MANUEL GONZALES PRADA: ESBOZO BIOGRAFICO

MANUEL JESUS LOPEZ GRANADOS

Nace en Lima el 6 de enero de 1848, sus padres fueron don Francisco Gonzales de Prada y doña Josefa Alvares de Ulloa, don Manuel suprimió después el «de» característico de los apellidos castellanos y se hizo llamar simplemente Gonzales Prada, con esa supresión su nombre quedaba estéticamente mas armonioso y sonoro, estudio en el seminario de santo Toribio, después sus padres decidieron enviarlo a Chile a cursar la enseñanza media, en Valparaíso ingreso al colegio Ingles de esa localidad.

Estando en Chile, empezaba a soplar los vientos anunciadores nacía el liberalismo de las ideas, sintió la influencia de corrientes nuevas, y estas tendencias fueron sin duda las que robustecieron e impulsaron las cualidades innatas de su espíritu, cerca de un año permaneció en Valparaíso, sin terminar sus estudios de humanidades volvió al Perú e ingreso a la facultad de filosofía y letras de la universidad de san Marcos, hasta graduarse de bachiller, luego eligió jurisprudencia pero no se recibió como abogado, abandono la facultad a los 19 años, el pesado ambiente intelectual de los claustros de san Marcos estaba formado por hombres que no podían ser hijos mas espirituales de la colonia, dentro del vetusto edificio que fue un convento, todo tenia olor a antigüedad y tradición, todo estaba estacionario, pensamientos, programas, métodos.

Lo que dio a Gonzales Prada todo su saber fue la autoeducación, su juventud fuerte fue dedicada al estudio y la lectura de todo libro que caía en sus manos, época fecunda para el, valiosa para su desarrollo intelectual, literatura, filosofía, los tratados políticos y sociales fueron su predilección, fue esta una de sus mas bellas épocas, paz, comodidad, satisfacción de sus gustos intelectuales; «el parnaso Peruano» de Cortez lo hizo conocido fuera del país, por el año 1871, tenia entonces 23 años, era un joven alto, de apostura elegante y bien conformada, de ojos azules, facciones perfectas, al respecto se cuenta una anécdota referida por Alfredo Verneuil, que refiere que visitaba Gonzales Prada el museo Grevin en París, singular por sus figuras de cera coloreadas, se sentó en un banco tranquilamente a reposar, entran de pronto 2 turistas ingleses, que con la guía en la mano empiezan a recorrer y observar las figuras, al llegar frente a Gonzales Prada empiezan a buscarle el numero asignado, este se levanta para retirarse y los turistas lo miran atónitos, lo habían confundido con una de las esculturas de cera, sus facciones casi perfectas los había engañado.

Se dedico a la literatura Europeas, gusto mas de la Francesa, esta alimento su espíritu la fuerza natural de su rebeldía, asimilaba perfectamente las luces intelectuales que venían de Europa, al mismo tiempo nacía su paganismo a base de las fuentes griegas, el análisis de la historia helena, la comprensión de aquel esplendente mundo antiguo, subyuga, atrae y comunica al espíritu el halito suave de su alma inmortal.

Para entonces Gonzales Prada era un descreído del catolicismo, era el hijo disidente en el seno del hogar católico, era un anticlerical, un hereje, que surgía en una familia religiosa por tradición, era el producto de un carácter desarrollado desde temprano en la independencia, cultivado por si solo, fuera de toda influencia de medio e imposición de la voluntad, todo esto nos muestra que en su hogar hubo una completa tolerancia a pesar de la época y los orígenes de la familia, lo que indica que en las familias cultas e inteligentes la diferencia de ideas y creencias no conducen nunca a la ruptura o el choque.

Sintió gran afición por la agricultura, como amante de la libertad social, optaba por ocupaciones en donde podía hacer uso de sus preferencias y actitudes, sin los estorbos y miramientos, sin los intereses creados, en Lima en las inmediaciones de donde es hoy el parque de la exposición, exploto Gonzales Prada una pequeña granja, pero su mayor actividad agrícola la dedico al valle de Mala, al sur de Lima, 10 años se dedico y tal vez lo hubiera hecho definitivamente, pero fue interrumpido por el gran acontecimiento de la historia nacional, la guerra con Chile de 1879.

Gonzales Prada asistió a la guerra, con su reguero de sangre, vino a cerrar la placidez de su juventud, con golpes de espada, tronar de cañones y lamentos de heridos, con ardoroso patriotismo se presento al estado mayor que disponía la defensa de la capital, se le confirió el grado de teniente coronel, y se le asigno la segunda jefatura de la guarnición «el pino» desde allí asistió a la batalla de Miraflores; cuando ya toda resistencia era inútil y evitar mas sacrificio de vidas, el primer comandante don Hipólito Cáceres imparte a Gonzales Prada la orden de hacer volar 2 de las mejores piezas que defendían aquel reducto, era preciso evitar que esas preciosas armas cayesen en poder del enemigo, en compañía del sargento mayor Eduardo Lavergne y secundado por Francisco Bolognesi, el hijo del héroe de Arica, haciendo prodigios de cautela para evadir las patrullas chilenas de reconocimiento, favorecidos por las sombras de la noche hicieron estallar los cañones.

Vencedor el enemigo en Miraflores y segura ya la ocupación de Lima, Gonzales Prada volvió a la ciudad con el enorme peso de la derrota, la patria estaba perdida, la capital iba a ser ocupada por el invasor y vendría luego la imposición de los términos de paz; por esta guerra sintió por vez primera el odio internacional, fue un odio verdadero porque conocía a fondo el origen del conflicto, que no fue otro que el deseo de obtener riquezas sin importar la manera de conseguirlos, si es condenable el despojo entre individuos como no lo será entre naciones, inútil es que se levante la voz de la diplomacia y de la historia Chilenas para justificar la guerra del 79, frente a esa voz el hombre civilizado, justo, sensato, cuya conciencia mora en un sitio superior sabe sonreír desdeñosamente, porque conoce a fondo los entretelones de esta historia.

Para evitar ver a los invasores en las calles de Lima e impedir incidentes, se recluyo en su casa durante toda la ocupación, vivió enteramente dedicado a sus estudios literarios y filosóficos, cultivaba su espíritu como sus plantas, fortalecía su inteligencia, fue durante ella protagonista de un caso que dice del temple de su carácter y de su odio al enemigo, firmada la paz de Ancón el ejercito chileno se retiro a las afueras de la ciudad, Prada creyó que todo estaba libre de invasores, salió a la calle a realizar una visita familiar, de pronto al llegar a una esquina ve un jefe chileno que se dirige a el con los brazos abiertos y el rostro sonriente a saludarlo, Gonzales Prada esquiva el saludo y cambia de dirección, diciendo que no podía aceptar el afecto del enemigo que mutila el cuerpo de la patria y dicta la paz mas ignominiosa, para el chileno fue grande la sorpresa ante esta actitud, pues ambos habían sido condiscípulos de curso y amigos siendo estudiantes en Valparaíso.

Cuando el vértice de la guerra paso después de cuatro años funestos y terribles, Gonzales Prada dolorido por la suerte de la patria da comienzo a la gran obra de su vida, la regeneración del espíritu nacional, en 1885 al año siguiente de la ratificación del tratado de Ancón da comienzo a su labor con » Miguel Grau» pieza literaria que es un homenaje a la personalidad de nuestro gran marino, fue el primer llamado a la conciencia de la patria, el principio de su obra reconfortadora de las fuerzas nacionales; en 1886 en una conferencia en el Ateneo de Lima, trata sobre tópicos literarios generales y de critica a la literatura nacional, pocos días después fue elegido presidente del «circulo literario», entre sus miembros se encontraban: Teobaldo Elías Corpancho Juan de Arona Arnaldo Márquez Numa Pompilio Llona Luis Benjamín Cisneros Ricardo Rosel

En 1887 fundo el partido «radical» la constitución de ese partido alarmo a los católicos y gente de espíritus placidos, este mismo año Gonzales Prada cumplía 39 años y contrajo matrimonio con la señorita Adriana de Verneuil, hija de una estimada familia francesa establecida en lima, a pesar de las diferencias religiosas el nuevo hogar fue un modelo, de allí nacieron 2 varones y una mujer, del cual solo vivió uno Alfredo que se dedico a la diplomacia.

En 1888 pronuncia su famoso discurso en el Politeama, ante los niños de los colegios de Lima, empieza diciendo: Queridos niños Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoy Para dar una lección a los que se acercan a las puertas del sepulcro Los viejos deben temblar ante los niños Porque la generación que se levanta es siempre acusadora de la generación que desciende De aquí de estos grupos alegres y bulliciosos Saldrá el pensador austero y taciturno De aquí el poeta que fulmine con estrofas de acero retemplado De aquí el historiador que marque la frente de los culpables con el sello indeleble de su ignominia Niños sed hombres temprano Madrugad a la vida Porque ninguna generación recibió herencia más triste Porque ninguno tuvo deberes más sagrados que cumplir Errores más graves que remediar Ni ofensas más justas que satisfacer

Luego fundo el partido «unión nacional» que no duro mucho, en 1902 se retiro definitivamente de ese grupo político, sustento después una serie de conferencias en instituciones sociales, escribió largos artículos que reunió en » Paginas libres y en horas de lucha» en 1912 fue llamado a ocupar la dirección de la biblioteca nacional, era la primera vez en su vida que desempeñaba un cargo publico, acepto la dirección de la biblioteca porque sabia que era un puesto donde difícilmente podían llegar los efectos de las mareas políticas, y la lucha por interés, además allí gozaba de una gran independencia, era la primera biblioteca del país que debidamente transformada y organizada, difundiría la cultura a todas las capas sociales; comenzó con gran entusiasmo su labor de reforma administrativa, con intención de darle el carácter de centro activo intelectual, centro de vida científica y artística, un suceso inesperado interrumpe su trabajo, en febrero de 1914 un golpe de estado impone un gobierno anticonstitucional, Gonzales Prada anciano ya, siente en su conciencia la indignación que causa este hecho y con un gesto digno de sus mejores años presenta su renuncia indeclinable al puesto, su dignidad y odio a la eterna comedia política se puso de manifiesto, libre otra vez hizo publico al país su opinión a los acontecimientos de febrero.

Cuando en 1916 un gobierno constitucional que provino de la voluntad popular quedo otra vez establecido, se le ofreció nuevamente la dirección de la biblioteca, vuelto a ella continuo su ardua labor de reorganizarla, cubierto de canas mantenía aun su capacidad intelectual y la delicadeza de los sentimientos, en el no se manifestó esa mediocridad y decadencia seniles que se presenta en la mayoría de personas, capto la simpatía de todos sus empleados, quienes veían en el al hombre integro, lo respetaban y llamaban » maestro» los estudiantes, los jóvenes y niños, el 22 de julio de 1918, la muerte lo sorprende a la edad de 70 años.

Link: http://www.eldiariointernacional.com/spip.php?article2843

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