Delfín Lévano: El perseguido (Canción libertaria con música de «Frios del Alma»)

Publicada por vez primera: La protesta v. III, no. 84. Lima, primera quincena de Enero de 1920; p. 3.
Versión digital: Espino Relucé Gonzalo, La lira rebelde, Biblioteca Virtual del Sistema de Bibliotecas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima – Perú), 2005, 2008; pp.108-109.
Esta edición: Marxists Internet Archive, enero de 2010.

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A la distinguida y sincera escritora, señorita Miguelina Acosta Cárdenas, estas mal hilvanadas palabras que semejan versos, compuse en uno de aquellos días en que el espíritu se ensancha para cantar al Ideal, olvidando las horns sombrias de la persecucion policial.

Nunca he pensado hacer versos, dada mi deficiencia intelectual; pero siempre he procurado engarzar mis ideas en la música de las canciones del pueblo.  — El autor.

Los torpes tiranos,
la cruel burguesía sus odios desatan con gran felonía:
pretenden, insanos,
mi verbo acallar
No saben que en mi mente
se alberga una idea que solo la muerte
truncando mi vida, mis acráticas luchas podra terminar.
Mi verbo predice
la bella ilusión
de un mundo de hermanos viviendo felices;
yo digo a los pueblos:
no mas opresión!

Yo tengo del pueblo
sus grandes amores,
del indio yo siento sus grandes dolores:
yo soy un rebelde al yugo burgues.

Yo busco al hermano
que sufre paciente,
suavizo sus penal,
su vida doliente,
llevando a su alma
un rayo de luz.
Soy un perseguido
pot hombres malvados porque llevo en mis pechos ideales sagrados,
porque voy por la tierra
sembrando el Amor.
No espere el tirano que caiga rendido, que deje al hermano
que yace oprimido: de mi solo espere
mi gran maldicion.
Ven, bella hermana, al pueblo de Acracia,
ven, libre y ufana,
al país de mis sueños,
veréis libre a la tierra de todo opresor.

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