BREVE HISTORIA DE LA FEDERACIÓN DE OBREROS PANADEROS ”ESTRELLA DEL PERÚ”

El 10 de abril de 1887, hace 122 años, unas decenas de obreros panaderos de Lima se asociaron para crear la Sociedad de Obreros Panaderos Estrella del Perú, y se afiliaron, como sección federada nº 9, a la Confederación de Artesanos «Unión Universal» que ya existía desde hace algunos años.

Las organizaciones obreras, en su mayor parte, se habían creado en aquella época bajo el lema del mutualismo, o en sociedades de resistencia, según el modelo de la Asociación Internacional de Trabajadores. En Buenos Aires se fundó así, el mismo año, la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y de Colocación de Obreros Panaderos. En otras ramas, fueron sobre todo los tipógrafos, los trabajadores agrícolas y los trabajadores del tabaco quienes se organizaron, por ejemplo, en Argentina, Cuba y México.

«Se llaman de resistencia, porque en su propia organización llevan invívitas las sacrosantas ideas de rebeldía, de lucha, de protesta, contra todo lo que significa explotación, opresión y servidumbre. Ellas son centro de recreos morales y de enseñanza artística. Son escuelas en las que el obrero estudia y trabaja y aprende a administrar una organización ante las luminosas proyecciones del racionalismo científico.»

Manuel Caracciolo Lévano, presidente de la Federación Estrella del Perú, 1910.

Estas primeras organizaciones fueron poco numerosas y, en su gran mayoría, efímeras.Sin embargo, la Federación de Obreros Panaderos del Perú se mantuvo contra vientos y mareas. En la región ya no quedan apenas sindicatos que puedan proclamarse de una tan larga existencia.

* * *

En 1903, el sindicato tenía 83 miembros; en 1919 contaba con 552. Este fuerte incremento fue debido a que del mutua1ismo se pasó al sindicalismo anarquista, a la radicalización de sus objetivos y a los combates, con frecuencia victoriosos, que se llevaron a cabo por la mejora de la vida obrera.

Como en tantos otros ejemplos históricos, fue decisivo el hecho que se encontraran los dirigentes de la Federación y el teórico libertario peruano, Manuel González Prada. Este último, aprendió la realidad obrera con los compañeros y afinó sus propias ideas; los sindicalistas descubrieron en él la historia de las luchas obreras en el mundo y el pensamiento anarquista.

En 1905, don Manuel González Prada, hizo un llamamiento a todos los obreros y artesanos de Lima para la primera celebración del Primero de Mayo en el país:

«El 1º de mayo tiende a ser para la humanidad lo que le 25 de diciembre para el mundo cristiano: una fecha de alegría, de esperanza, de regeneración… los revolucionarios saludan hoy al Mañana, el futuro advenimiento de una era en que se realice la liberación de todos los oprimidos y la fraternidad de todas las razas… todos son llamados a cobijarse bajo los pliegues de la bandera roja… »

La fiesta universal (1905)

El mismo día, el 1º de Mayo de 1905, la Federación de Obreros Panaderos Estrella del Perú adoptó una nueva acta constitutiva:

«ACTA PROGRAMA

La Federación de Obreros Panaderos Estrella del Perú tiene por objeto fomentar el espíritu de solidarismo entre todos los compañeros de oficio panadero y mejorar su condición moral y material por medio de la economía, de la resistencia, de la ilustración y del auxilio mutuo.

Además de las necesidades y de los intereses del obrero panadero, la Federación se hace cosmopolita y solidaria con los operarios de todas clases y oficios de ambos hemisferios, reconociendo ser una causa del malestar de los trabajadores: la explotación y el monopolio del capitalista.

La Federación estará siempre del lado de la justicia y de la libertad, luchando tenazmente por la reivindicación de los derechos usurpados por tanto tiempo al obrero.

La Federación hace suya la siguiente máxima de LA INTERNACIONAL: “la emancipación de los trabajadores tiene que ser obra de ellos mismos.” Por consiguiente, se excluye toda cuestión social que no encarne el más avanzado socialismo, declarando que todos los trabajadores del mundo somos hermanos.

Los que suscriben declaran solemnemente que aceptan de un modo incondicional los ideales que preceden y que jamás cambiarán los fines y principios de la Federación, prometiendo bajo palabra de honor, que cada uno hará cuanto fuere posible, sacrificándolo todo, por el engrandecimiento de la Federación.

Lima, 1° de mayo de 1905

Firman por la Federación:

El Comité: M. Caracciolo Lévano, Teodomiro Rodríguez, Juan Guerrero, Juvenal Vázquez, Roberto Ríos, Adalberto Sánchez, Moisés Sandobal, Leopoldo E. Umachea, Delfín A. Lévano, Germán Torres, Cecilio Gutiérrez, Carlos Wenglent, Miguel R. Moreno, Félix Arias, Belisario Bernaola, Francisco Miranda, Carlos Cabañas, José Hernández, Pastor Mendoza, Manuel Z. García.»

La solidaridad internacional formaba parte integrante de este programa: solidaridad con otros sindicatos de la región, y sobre todo solidaridad con la revolución mexicana de 1910, acompañada de colectas y diversas actividades de apoyo:

«¡Loor! a los que cayeron regando con libérrima sangre, en la lucha por el comunismo igualitario. Hosanna a los intrépidos, que escudados por el pendón rojo, hermosa antorcha de la verdad, van redimiendo y ensanchando el ideal libertario, a nuestras oprimidas multitudes. ¡Hermanos mexicanos, salud!»

Manuel Caracciolo Lévano, La Protesta, 10 de Mayo de 1913

Una de las mayores luchas de los años siguientes, fiel a la causa de los mártires de Chicago de 1886, fue por la jornada por las ocho horas. Los primeros en obtenerla fueron los jornaleros del Callao, distrito portuario de Lima, tras una huelga general en 1913.

En diciembre de 1918, los obreros de las hilanderías se declararon en huelga para conseguir las ochos horas, y el 2 de enero de 1919, los obreros panaderos se unieron al movimiento. Unos días después, un comité de coordinación organizó huelgas de solidaridad en los periódicos, en la industria del calzado, en el transporte y otros sectores en Lima y el Callao.

El 13 de enero, y bajo el impulso de los anarcos-sindicalistas, una huelga general de dos días intentó imponer la jornada de ocho horas. Los huelguistas tuvieron, por momentos, duros enfrentamientos con las fuerzas del orden, hasta que el gobierno firmó un decreto legalizando las ochos horas. Aunque este decreto no llegó a aplicarse en su generalidad, fue una importante victoria obrera.

Todo el año 1919 fue un año de graves luchas, en particular por el abaratamiento de las subsistencias. En abril, se formó un comité que lo componían delegados de los principales sindicatos y fábricas: trabajadores textiles, de los muelles, de la construcción, de panaderías y molinos, tipógrafos y empleados. Las huelgas y ocupaciones recibieron como respuesta una desmesurada represión que se saldó con varias víctimas, siguiéndole la instauración de la ley marcial.

Con la caída del gobierno, en el mes de julio, se obtuvo la liberación de los militantes obreros encarcelados y el reforzamiento de las organizaciones sindicales. Se había alcanzado uno de los objetivos del movimiento obrero.

En los años veinte, la Federación llegó a tener hasta 757 miembros, representando casi la totalidad de los obreros del sector. Continuó sus luchas por los salarios y condiciones de trabajo, la libertad de religión, de asociación y de acción.

* * *

La Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa marcaron con mucha fuerza el movimiento obrero en todo el mundo. En el mismo Perú cambió la situación política y social. Aparecieron nuevas formas de organización, movimientos de campesinos, reivindicaciones nacionalistas, formaciones políticas que, en el seno del sindicalismo anarquista, crearon nuevas inquietudes.

Los sindicatos tuvieron que definirse con respecto a esas corrientes, y ello no se haría sin originar ciertas dudas y desgarros. Sin embargo, los valores de autonomía y de acción directa prevalecieron en el seno de la Federación hasta fines de los años 30. En adelante, naufragaron esos ideales producto de la represión organizada por los gobiernos de turno. Luego, y ya con otra generación, la Federación, por desgracia,  viró hacia los rumbos del Partido Aprista que apuntaban a la toma del poder.

* * *

Esperamos que la Federación retome la senda libertaria y así salga definitivamente del entrampamiento que significó acercarse y colaborar con los partidos políticos.

No haya fronteras, en pueblos sin leyes, ni altares ni tronos
Sean los hombres amigos y hermanos.
Pueblos del mundo, romped las espadas, rasgad las banderas;
Cesen rencores de tribus y de razas.
(Manuel González Prada)

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Acta de Fundacion – FOPEP

ACTA PREPARATORIA

En la ciudad de Lima, capital de la República del Perú, a los seis días del mes de enero de 1887, reunidos 26 miembros del gremio de panaderos, en el local del Tiro al Blanco Alemán acordaron formar una sociedad, para lo que se nombró una mesa momentánea cuya elección recayó por unanimidad de votos en los señores: Emilio Rodríguez, como presidente; Manuel Hinsby, como vicepresidente; Manuel Camoretti, como tesorero; Juan Wetzell, como secretario; German Helferes, como prosecretario.

Acordose asimismo nombrar vocales de las siguientes panaderías a los señores don Carlos Sánchez, por la de Bravo; don Mariano Villanueva por la plazuela de Guadalupe; don Alberto Albertoletti, por la de Tintoreros, don Albino Bandini, por la calle de Guadalupe; don Luis Longolli, por la de Pericotes; don Gabriel Purisaca por Copacabana. Con lo que terminó la sesión a las 5 p.m., convocando a los presentes a una sesión que tendrá lugar el próximo jueves 13 en el mismo local.

Lima, enero 6 de 1887.

Firmado.- José del Carmen Retes.
Secretario

ACTA DE INSTALACIÓN SOLEMNE

En Lima, capital de la República del Perú, a los 10 días del mes de abril de 1887; reunidos los suscritos, en el salón de la Sociedad Amiga de las Artes, solicitada anticipadamente, por el socio José del Carmen Retes, con el exclusivo objeto de instalar la sociedad del gremio de panaderos que llevará por nombre “ESTRELLA DEL PERÚ” en conformidad con el trabajo que se había hecho en las juntas preparatorias, en el local de la antigua cervecería de Tiro al Blanco Alemán, situada en la plazuela de la Exposición y autorizado por las mismas justas preparatorias.

El señor Rafael Delgado presidente de la Sociedad Amiga de las Artes, fue designado para recibir el juramento al señor Emilio Rodríguez elegido para presidir la sociedad “Estrella del Perú”, estando presente, al efecto, todas las sociedades filantrópicas se procedió a tan solemne acto, a las 3 p. m. del citado día; prestando el referido juramento el señor Emilio Rodríguez, quien respectivamente lo tomó a todo el personal que compone el directorio elegido en el orden siguiente: Vicepresidente, Medardo Arana. Fiscal, Samuel Hinsby. Tesorero, Juan Camoretti. Secretario, José del Carmen Retes. Prosecretario, Carlos R. Sánchez. Presidente de Caridad don Alberto Albertoletti. Secretario de Caridad, Aquiles Albertoletti. Diputado del cuartel 1º, Tomás Martínez. Del cuartel 2º, Carlos Vera. Del 3º, Aniceto Velásquez. Del cuartel 4º, Aurelio Paul, Del cuartel 5º, Antonio Ponzat. Recaudador, Albino Bandini. Adjunto, Juan P. Martínez. Fiscal, Hugo Cordezo.

Constituido el directorio con el personal que antecede ocupó sus respectivos puestos; el presidente Sr. Rodríguez pronunció un bien concertado discurso, llevando al espíritu de los concurrentes el principio de confraternidad, tanto entre los asociados, como entre todas las instituciones que perciben igual objeto, mereciendo aplausos prolongados.

En este mismo orden se dejó oír la palabra del Sr. Delgado, al tomar el juramento al Sr. Rodríguez, haciendo también uso de la palabra el socio de la Amiga de las Artes, don Víctor Antonio Vera, y otros más.

A continuación el Sr. Rodríguez, manifestó que quedaba instalada la sociedad “Estrella del Perú”, designando a la vez como aniversario igual fecha en loa años venideros, y declarando suspendida la sesión a las 5 p. m. e invitando aun lunch que se había preparado al efecto, con lo que concluyó el acto, considerando esta acta como documento auténtico del primer trabajo de la sociedad “Estrella del Perú”; acordándose también que esta acta de fundación la firmasen todos los obreros panaderos de la capital que quisieran adherirse a la ”Estrella del Perú”.

En la ciudad de Lima, a los diez días del mes de abril de 1887.- Patria y trabajo.

Firmado.- José del Carmen Retes.
Secretario

Archivo FOPEP

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Sub-Comité de obreros japonés

Oficio del 30 de nov. de 1932

Señor

Presidente de la Federación de Obreros Panaderos «Estrella del Perú»

Salud.

S. P.

Los suscritos en representación de los obreros japoneses federados nos presentamos por intermedio de ud. en esta asamblea para exponer que:

Nosotros como proletarios también estamos hartos de la explotación que somos víctimas y ante la amenaza de una nueva rebaja de nuestros salarios declaramos que estamos prontos a luchar junto con nuestros hermanos peruanos por nuestros derechos conculcados para darles una prueba que somos obreros conscientes y que tenemos derecho a gozar de todos los derechos que la Federación concede a sus federados.

Esperamos, la orden de la Federación para demostrarles a nuestros compañeros que están muy engañados en el concepto que tienen formado de nosotros, pues sabremos luchar al lado de los obreros peruanos demostrándoles que sabemos que la causa de los trabajadores es una sola y por lo tanto sus derechos son iguales sin distinción de razas, idiomas ni doctrinas, a la lucha pues compañeros y ojalá esta lucha sea el lazo que una nuestros cuerpos en una sola alma, un solo ideal, puesto que somos todos hijos una sola madre, cual es la causa-proletaria, y abatidos por el mismo infortunio (la miseria) no debemos hostilizarnos ni quitarnos el pan los unos a los otros.

Con todo respeto y sinceridad a nuestros compañeros asambleístas

Lima 30 de Noviembre de 1932.

Archivo FOPEP

web: www.archivofopep.webcindario.com

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