Nils: Recuerdo de un anarquista

Hace unos meses, el compañero Nils o Víctor Gutiérrez nos dejó. Su partida
dejó un vacío que será duro reparar. Los que quedamos seguiremos en la
brega, como siempre. Aquí un texto quizá tardío (o quizá no tanto, porque
el recuerdo y la memoria a veces nos congela), pero de corazón, que sale
publicado en este número del periódico y que informa sobre su persona.

x Lucho Desobediencia

Hay personas y encuentros que bien merecen quedarse en nuestra memoria. Como cuando conocimos un/a amigo/a que devendrá en cómplice o el encuentro, incluso, con un libro, con una lectura que modifica nuestra vida en un antes y un después. Curioso es cuando una sola persona encierra un libro, un libro de vida y experiencia. Una vida arrojada a una idea. Víctor Gutiérrez, o Nils para los amigos, ha muerto y su ida deja un gran vacío. Porque a quien se le conociera cariñosamente como “el gringo” en otros tiempos se le estimaba como a un ser entrañable, cuya voz hacía brotar aquella sabiduría de quien había vivido momentos realmente álgidos y sabía transmitirlos.

Parece ayer cuando lo vi llegar por vez primera hace varios años ya a la tienda Universo Ácrata, con aquel sombrero distintivo y ese caminar señero. Casi desconfiando, se me acercó y me preguntó sobre una serie de temas relacionados a la idea anarquista. Yo respondía a discreción. Me contó que había visto el anuncio de la tienda en la Universidad de San Marcos, donde él había enseñado en una facultad que no precisamente se distinguía por lo social y humano que finalmente era lo que le interesaba. Aún recuerdo haberme reconocido en él, en sus historias, en sus lecturas y cómo recalcaba su emoción de haber encontrado por fin algún rastro visible de anarquistas en estos tiempos.

Luego se hizo un recurrente visitante de la tienda, un conversador exquisito con eso que nos gusta a algunos, derrochando anécdotas, datos de ediciones antiguas de libros y perspectivas y también enterándose de las últimas movidas y vaivenes. Recuerdo que hablaba bastante de Malatesta, aquel anarquista tan vigente como consecuente, que al igual que él, parecía haber salido de un cuadro de época. De aquellos luchadores legendarios. A Nils no le gustaba adjetivarse, cosa que compartíamos. Las definiciones a esas alturas de la vida le incomodaban. Solo se consideraba “un anarquista a secas”, con todo lo que ellos implicaba, es decir, aquel que no le rendía culto fanáticamente a ningún matiz concreto del anarquismo. Había aprendido de la experiencia, del activismo y de una síntesis de sapiencia.

Siempre militó de alguna forma en grupos relacionados a la idea libertaria en los cincuenta y sesenta, de manera clandestina o visible, en grupos pequeños o en organizaciones más grandes. Formó parte activa del grupo de anarquistas que tuvo una participación real en la década de los setenta en época de realizaciones con carácter autogestionario y cogestionario. Siempre encargándose de la contabilidad y de menesteres afines, pero no quedándose solo allí. Y ya habiendo llegado a la plenitud de la vida nunca cesó de involucrarse en actividades libertarias. Nuestro encuentro, y estoy orgulloso de eso, fue su acicate y resorte para volver a comprometerse. Lo llevé y convoqué a una serie de actividades anarquistas donde conoció compañerxs jóvenes que le inyectaron entusiasmo y vitalidad. Alguna vez, lo recuerdo, indignadísimo, levantándose con la vitalidad de un joven adolescente de su asiento en una intervención dentro de unas jornadas de debate, afirmando enfáticamente: “¡El anarquismo no es clasista!”, dando por sentado que él concebía la revolución como una subversión más amplia y honda del ser humano, irreductible a una cuestión económica abstracta y donde lo pedagógico es importantísimo. También donde la prédica mejor es la práctica y esto no dejó de recalcarlo nunca.

Dentro del abanico de diferencias y tonalidades ideológicas del anarquismo limeño, supo manejarse, no encerrándose en grupo libertario alguno. No perteneció a ningún grupo ácrata pero gustaba de dar esa idea, la idea aparente de pertenecer para que los ánimos no decaigan y los compañeros no reculen. Sin embargo, y a pesar de las diferencias, todas las perspectivas del anarquismo en estos lares coinciden en que es una gran pérdida. Quizá la más grande, pues él era compañero y maestro, pero no el maestro autoritario que conocemos, sino el cómplice y el amigo. Siempre preocupado por el devenir de las cosas y de los incidentes relevantes ligados al anarquismo. Un anarquista por antonomasia, finalmente.

Quizá se ha ido la referencia y la memoria caminante, pero su huella es imborrable para los que tuvimos la dicha de conocerlo, para enfatizar que su presencia y su estadía, su vuelta por fin, en esto que ha sido su vida, el anarquismo, no ha pasado desapercibida. Siempre fue digno, asistiendo a marchas y actividades, y comprendía que debido a sus años y de cara al presente había que aportar y sus canas y experiencia siempre transmitían temple y seguridad. Aún recuerdo algunas palabras suyas que resonaron mis oídos y que me motivan cada día que pasa y que sigo en esto y eso lo guardaré por siempre. Quizá ya no tendremos cerca la voz amiga de aquel último bastión anárquico que se fue la primavera del año pasado pero nunca lo olvidaremos, porque Nils no ha muerto, su recuerdo queda aún perenne. Simplemente te nos adelantaste, hermano y compañero.

Extraido del periodico: DESOBEDIENCIA n° 15

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Intervención en la presentación del Libro “La Utopía Libertaria en el Perú, Manuel y Delfín Lévano”, y homenaje a dirigentes sindicales de la Federación de Obreros.

Ps: Informe de gestion y labor parlamentria, Paginas: 78-79-80-81-82-83-84-85

Gestion Parlamentaria julio 2006 – julio 2007 del Congresista peruano Aldo Vladimiro Estrada Choque.

http://www.congreso.gob.pe/congresista/2006/aestrada/_gestion.htm

Señores:

En mi calidad de Presidente de la Comisión de Trabajo del Congreso, quiero expresar mi reconocimiento a la Señora Presidenta del Congreso Dra. Mercedes Cabanillas, a la Señora Ministra de Trabajo y Promoción del Empleo Dra. Susana Pinilla, a los Señores Congresistas, al Fondo Editorial del Congreso, a los señores dirigentes e integrantes de las Centrales Sindicales y a todos los amigos y amigas presentes en este acto de homenaje a los trabajadores de nuestra patria; y en el que se presentará el libro “La Utopía Libertaria en el Perú, Manuel y Delfín Levano”, y al mismo tiempo, expresar un afectuoso saludo a los ex trabajadores de la Federación de Obreros Panaderos “La Estrella del Perú”, quienes participaron en las gestas que tuvieron lugar a inicios del Siglo XX, por la consecución de la jornada de las ocho horas, todos integrantes del movimiento libertario – anarquista, liderados por los Levano y sobrevivientes de aquella epopeya. A todos los presentes, les expreso mi agradecimiento especial, por acompañarnos en este acto tan importante y trascendental en el cual queremos renovar nuestra fe, nuestra convicción y esperanza, por que los hermanos trabajadores, luego del tamiz inmisericorde del tiempo y de las múltiples circunstancias pasadas, puedan encontrar el camino que los conduzca a la consecución de sus derechos y reivindicaciones, conjugando la realidad con las capacidades y posibilidades que puedan darse, sin olvidar,

que cuanto mas unidos puedan estar con el pueblo, será posible alcanzar equidad y la justicia, por que por el pan, la libertad y la dignidad, bien vale arriesgar todo, incluso la existencia, aun cuando como alguien decía: que los bienes y glorias de la vida o nunca vienen o nos llegan tarde, más, hay

que estar convencidos, que nada grande se ha producido en el mundo sin pasión, sin esfuerzo y sacrificio, y esta es la condición para que algo grande y justo nazca de los hombres en bien de sus iguales. Los crímenes de Chicago que costaron la vida de cientos de trabajadores, lograron que los gobiernos reconocieran la jornada de las ocho horas y otras reivindicaciones que hoy tienen. En la actualidad, casi gran parte de los países democráticos, rememoran el primero de mayo, como el origen del movimiento obrero moderno y así lo reconoce la Organización Internacional del Trabajo. En nuestra Patria, es en 1896 en que los obreros inician sus jornadas para el reconocimiento de sus reivindicaciones y concretamente, en el año 1905, se celebra por primera vez, el día del trabajo en

Lima. Sin embargo, es con el gobierno de José Pardo y Barreda que los trabajadores, consiguen el 15 de enero de 1919, luego de memorables acciones que costaron grandes sacrificios y vidas inocentes, que por fin se reglamente para nuestros trabajadores el Decreto Supremo que oficialmente reconoce la jornada de las ocho horas en nuestra Patria.

Estos acontecimientos marcaron la emergencia del sindicalismo anarquista, que se organizó y tomó fuerza rápidamente, con Manuel y Delfín Levano desde el sindicato de panaderos “La Estrella”. Pues en 1905, cuando en la Rusia Socialista se desarrollaba la primera insurrección popular encabezada por el proletariado, en nuestra Patria los Delfín decían, que lo que hoy hacen los esclavos de Rusia, lo harán mañana los esclavos del Perú, refiriéndose a los trabajadores.

 

Las condiciones en que surge el sindicalismo peruano.

 

La Federación de Panaderos “La Estrella”, fue como lo demuestran un sin numero de documentos, la que inicio la lucha por lograr la dignidad del trabajador de la ciudad y del campo; al costo de sangre y vida entregadas a la defensa de la organización sindical y sus reivindicaciones.

Queremos destacar, que no solo el Perú ha sido la plataforma de la lucha de la clase obrera. En la historia de la Unión Internacional de Trabajadores, editada en español en 1989, encontramos el caso de los panaderos alemanes sobre su situación. Agusto Bebel el líder socialista y gran impulsor de la

organización proletaria de aquel país, publicó en 1990 los resultados de las encuestas realizadas a estos agremiados donde se dice: las panaderías casi generalmente emplean a cinco panaderos ayudantes y tres aprendices. Los ayudantes trabajan 14 horas diarias y los aprendices 16 horas. No hay ningún día de descanso en el curso del año. La alimentación es miserable y una parte del escaso salario sirve para completarla. Todos los empleados son brutalmente tratados”. Wolfang Gohete decía: “ aquí el drama se niega avanzar, una maldición pesa sobre esta realidad. Hay que hacer hablar a un Dios; por que los trabajadores vivan como verdaderos seres humanos”. Se refiere a la Alemania de esos tiempos. Nos preguntamos, que pensaría Gohete y tantos otros que se entregaron a la causa de las ocho horas de labor, si constataran y vieran que en el Perú de nuestros días, hay otra vez jornadas de trabajo de doce o más horas, sin que a nadie le interese solucionar esta realidad y menos a los propios explotados por el temor de ser despedidos y verse deambulando por calles y plazas buscando ocupación, de la mano con la necesidad y la pobreza? Manuel y Delfín Levano afirmaban: “Es cierto que el mundo descansa sobre los hombros de nosotros los trabajadores, y el hecho se nos explica como algo natural que durará eternamente. Más, cuando la manera de apreciar el fenómeno social, todo esto corresponde precisamente a todos los que se benefician con este estado de cosas” . Ante estos hechos y en una realidad de gran explotación, de vil aprovechamiento y sometimiento, a inicios del novecientos se generaron huelgas, paros, despidos en masa, prisiones, torturas, listas negras y muertes, hasta que al final los panaderos y textiles impulsaron el paro general del 13 de enero de 1919, y es entonces que el Presidente José Pardo y Barreda firmó el Decreto Supremo que concedía la jornada de las ocho horas y que fue leído por el Ministro ManuelVinelli en las gradas del Ministerio de Fomento, que así se llamaba entonces el hoy Ministerio de Trabajo y del Empleo, y se ubicaba en el local que es hoy del Museo de Arte. Hubo algarabía, llanto, abrazos, en fin, todo cuanto se pueda imaginar, ante el logro de algo que significaba una granepopeya. Hay que recordar que los trabajadores del Perú fueron los primeros del continente en conquistar la jornada de las ocho horas. Antes se implanto en Uruguay, pero fue idea del Presidente José Batlle y Ordóñez; en Cuba fue necesaria la revolución democrática de 1933. En Francia se logro con un movimiento impetuoso de los obreros para que el Parlamento, por

unanimidad, reconociera la jornada de las ocho horas el 23 de abril de 1919 y finalmente, el 28 de junio del mismo año el Tratado de Versalles declaró de importancia particular y urgente la adopción de las ocho horas. Antes hubo revoluciones en Rusia, Alemania y Hungría para que todo ello se alcanzara. En todas estas luchas y victorias, el gran protagonista fue Manuel Caracciolo Levano, de familia campesina y nacido en Lurín. Era panadero en Lima. Poco después se hizo anarquista, sacudido por la predica de Manuel Gonzáles Prada. Rechazaba todo partido político, creía que una

organización sindical poderosa y vigorosa, revolucionariamente bien orientada; podía tumbar por medio de una huelga general al capitalismo. Insurgió cuando el obrero era entonces un verdadero paria en el país, una época en donde un capataz tenía poder de decisión para de un puntapié despedir a quien quisiera. No existían indemnizaciones de ningún tipo. De allí que siempre se dijo: “si nadie, absolutamente nadie, se preocupa de nuestro bienestar, si las añejas doctrinas de la política conservadora no congenian con nuestros generosos sentimientos y propósitos regeneradores; entonces solo queda agruparse, luchar por la consecución de nuestras reivindicaciones por siempre desconocidas, aún cuando el costo sea la misma vida”. Delfín Levano, fue hijo de Manuel Caracciolo Levano, nació al comenzar el siglo en esta Lima, los nombres de los dos Levano marchaban juntos en la lucha hasta el punto de generar confusiones. Ambos desplegaron a lo largo de varios lustros, energía física, coraje, inteligencia y abnegación. Cien veces apresados y torturados y mil veces perseguidos; más tarde se incorporaron elementos notables a cual más, entre ellos Nicolás Gutarra, muerto en los Estados Unidos y Adalberto Fonker que se suicidó en Trujillo. La ideología libertaria anarquista, como todas las ideologías, fue una forma particular de ver la realidad. Expone las características del injusto orden social oligárquico y propone los medios de lucha social y gremial para combatirlo. Puedo decir, y de acuerdo con quienes han estudiado el movimiento anarquista peruano original, que fueron prácticos en la lucha social, y no obstante, un aporte original de este movimiento, es la enorme vitalidad artística y literaria, el intento sin precedentes en nuestro país de crear cultura nueva, revolucionaria, inspirada

en la libertad y la justicia social. Para ellos el Estado era la más clara expresión de la dominación política; era un organismo improductivo que consume y nada crea y tiene la única misión de explotarlos. Consiguientemente, la política era un semillero de ambiciones. Con relación a la Patria, decían, que ella no responde a nada necesario, por el contrario, es causa de conflictos, guerras y semillero de odio, por lo que proclamaban la abolición de las fronteras, para que todos los hombres se consideraran como lo que son, miembros de una sola especie, cuya nación es la tierra. Ya lo dije, Delfín Levano fue un hombre de similares horizontes sindicalistas que su padre. Su solidaridad y

militancia en la causa que abrazo, se reflejaba en todos los aspectos de su vida, particularmente en el movimiento libertario. A pesar de haber cursado solo eltercero de primaria, compenso con creces esa deficiencia, convirtiéndose en un autodidacta; fue dramaturgo, músico, además de poeta, pues, con sencillez de un hombre pobre canta sus dolores y esperanzas a la humanidad y a sus semejantes, con un realismo verdaderamente conmovedor. Sin embargo, por encima de todo, fue obrero panadero. Sus biógrafos dicen, que fue estoico ante las persecuciones, atropellos y abusos, irreductible ante la muerte. Decía como su padre: “ Hoy como ayer, como mañana, seguiremos afirmando nuestro ideal de redención social”. Para terminar con esta referencia a estos dos grandes del anarco-sindicalismo, a los que homenajeamos al presentar un libro relacionado a su vida, ellos, donde quiera que se encontraban decían: “ No somos místicos pensando en la otra vida. Nuestro ideal es el pan, es el bienestar, el poder comer los días y descansar todas las noches; por que esto que es tan poco, que constituye una aspiración tan modesta, nos lo niega la sociedad actual. Hay que conquistarlo y hacia esa conquista se dirigen nuestros esfuerzos”. Podríamos decir que ambos eran discípulos del ruso Krapotkin y del maestro Manuel Gonzáles Prada, quienes en sus escritos sostenían que era preciso asegurar el pan al pueblo. Es menester que la cuestión del pan preceda a todas las demás, luego acotaban: El bienestar para todos así, no es, ni será jamás un sueño. Quiero a continuación, saludar y rendir el más cálido y justo tributo de reconocimiento a quienes no obstante la tiranía del tiempo, hoy aun sobreviven, como integrantes de la Federación de Panaderos “La Estrella”, donde vivieron, militaron y lucharon Manuel y Delfín Levano; ellos son para nuestros días un verdadero patrimonio humano de vida, sacrificio y entrega en la lucha sindical, por la búsqueda de justicia social y reconocimiento de los derechos de los trabajadores de nuestra Patria; Juntamente que otros anarco-sindicalistas, hicieron conciencia de que la revolución es un constante movimiento de renovación moral, política y social, es una perenne lucha del espíritu humano que pugna por abrirse paso entre las marañas ancestrales, en busca de nuevos y más amplios horizontes hacia un nuevo estado de cosas, donde el hombre pueda desenvolverse libremente en sus aspiraciones de perfeccionamiento físico, intelectual, cultural y moral. Que la existencia, debía ser, transitar por el sendero de la vida con la vista fijada en la cumbre donde el sol resplandece, para llegar a la tan soñada tierra para que el bienestar, la libertad, la seguridad y la paz, al lado de la ciencia y de la cultura hagan triunfar a la sociedad, se entiende, una especie de utopía bajo los escombros de un pasado que avergüenza y un presente que nos llena de oprobio y que enerva el espíritu humano. Amigos homenajeados de la Federación de Panaderos “La Estrella”, ustedes se han formado y vivido en la dura escuela del sufrimiento, el abuso, la represión y la necesidad, donde se construyen los caracteres indestructibles de las personas y de los pueblos. Este patrimonio de vida que lo han llevado en todas las manifestaciones de vuestra existencia, encuentra eco, acogida, aplauso unánime en este Foro convocado para honrar la obra de Manuel y Delfín Levano y la de ustedes, sus compañeros de viaje, como primeros pioneros de las grandes reivindicaciones laborales. El solo verlos, abrazarlos, constituirá para nosotros sentir lo que es el trabajador, alguien siempre humano, espontáneo, vivo, dispuesto a darlo todo con generosidad y bondad sinlimites con la espontaneidad de quien espera de sus iguales una muestra de comprensión, sinceridad y verdad a cambio de poco o nada, que sea amor y humana sensibilidad. Un siglo de historia sindical es el que ustedes guardan, con participaciones a cual históricas en cada acontecimiento, en cada hazaña y en su momento. Han transcurrido tantos días, años, y no obstante el peso de los acontecimientos que han dejado hondas huellas en ustedes, aun sobreviven; vigorosos y serenos con una gran confianza en el porvenir del sindicalismo en nuestra patria, con esa maravillosa juventud de espíritu y diría, entonando aún ese canto a la resistencia y la victoria, en una guerra queno termina. Ustedes son

la voz viviente, el espíritu generoso, grande y combativo de aquellos tiempos, de ese periodo de envilecimiento, de abuso, represión y explotación, al mismo tiempo de lucha tenaz para el reconocimiento de derechos laborales, de la dignidad mancillada ante el abandono de las autoridades y el Estado, encontrando siempre en cada acción entereza, para vencer todas las vacilaciones y expulsar todas la vilezas y conformismos. Gracias amigos, gracias trabajadores de la Panadería La Estrella, a partir de ahora y en todos los años que vienen, aprenderemos a admirarlos, a quererlos de cerca y de lejos, recogeremos esta herencia de fe, de esperanzas, de luchas combativas, de fervor y amor por los demás y particularmente por la clase obrera. Ustedes son esos espíritus hechos de luz, esos hombres que el solo conocerlos es bastante para darle sentido a la vida. En medio de tantas amarguras, injusticias, de tantos errores, de tantas miserias, puede uno decir, hemos conocido a Manuel y Deflín Lévano, y eso es bastante. Amigos Secretarios Generales de las Centrale sSindicales presentes aquí, trabajadores de la ciudad y del campo, intelectuales y manuales, reciban el saludo de la Comisión de Trabajo del Congreso de la República, que Presido, en el día del trabajo, los abrazamos con afecto, con fe, augurándoles mejores días y oportunidades en las demandas por una vida humana y digna. Quiero decirles, con las mismas frases de unos de los ejecutados en Chicago, quevuestro silencio, llegará un momento, que será más poderoso que las voces y acciones de quienes se empeñan en ignorarlos o reprimirlos. Esperemos que en los años que vienen se restablezcan los derechos y reivindicaciones que les arrebataron las tiranías que gobernaron el país, y que en vuestros hogares tengan lo necesario e indispensable para cubrir la mesa familiar, con bienestar, derrotando el hambre y la necesidad de hoy, y recuperen esa alegría de vivir tan esperada y con dignidad y así alcanzar la siempre tan ansiada felicidad, siempre al costo de esfuerzo y sacrificio, algo que por ninguna razón se puede renunciar.

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GONZÁLEZ PRADA, Manuel (1844 – 1918)

Intelectual y político. Hijo de Francisco González de Prada y de María Josefa Ulloa. Bautizado como José Manuel de los Reyes, el futuro escritor nació el 5 de enero de 1844 y murió el 22 de julio de 1818. Luego de un período en el Colegio Inglés de Valparaíso (Chile), donde su padre se encontraba desterrado, cursó estudios en el seminario de Santo Toribio (1857-1859) de Lima. Sin embargo, rebelde ante la rigidez de aquel centro de formación, fugó para culminar estudios en el convictorio de San Carlos (1860-1862). Era aficionado a las ciencias, pero ante la presión familiar para que siguiera la carrera de Derecho, decidió dedicarse a la agricultura en el valle de Cañete por algún tiempo. Durante la guerra con Chile (1879-1883) se incorporó a la reserva, participó en la batalla de Miraflores (enero de 1881) y, ocupada Lima por los invasores, permaneció recluido en su casa. Indignado por la derrota y por las causas de la misma inició su vida pública como presidente del Club Literario (1885). A partir de aquel momento inició su alejamiento de los valores y principios de su clase, la aristocracia, primero en el orden religioso y poco después en el social e ideológico-político. Es también la época de múltiples discursos, como los pronunciados en el Politeama y en el Olimpo (1888), y artículos contra los vicios y la corrupción de la vida republicana hasta la formación de la Unión Nacional (1891), agrupación política de corte radical. Viajó a Francia por razones de salud de su esposa, Adriana de Verneuil, con la que había contraído matrimonio en 1887, y luego de siete años de permanencia en Europa regresó al Perú (2 de mayo de 1898). Continuó sus ataques contra la corrupción y la mediocridad, se apartó de la Unión Nacional por su alianza con los liberales, se presentó como opositor al gobierno de Nicolás de Piérola y fundó El Independiente (1899). Sus ideas anarquistas llegaron a los obreros en favor de una confraternidad universal y, cuando la indiferencia lo rodeaba, aceptó la dirección de la Biblioteca Nacional, vacante por la renuncia de Ricardo Palma (4 de marzo de 1912). La opinión pública censuró su aceptación, fue acusado de aprovecharse de la situación, ya que se encontraba distanciado del autor de las Tradiciones peruanas. Al asumir el cargo redactó una “Nota informativa acerca de la Biblioteca Nacional” que ningún diario capitalino quiso publicar, con excepción del periódico billinghurista La Acción Popular.

En 1914, con ocasión del golpe militar dirigido por Óscar R. Benavides que depuso a Guillermo Billinghurst, renunció al cargo, que le fue restablecido dos años después por el gobierno de José Pardo y Barreda. Un día de julio de 1918, cuando se aprestaba a acudir a su despacho en la biblioteca, falleció súbitamente en su domicilio.

González Prada se definió a sí mismo como “pensador libre”, adherente del positivismo y del progreso científico y técnico, lo cual explica la multiplicidad de temas que toca su obra: filosóficos, gramaticales, religiosos, políticos, entre otros. Impugnó la religión cristiana y a la jerarquía eclesiástica de su época; consideraba que muchos de los defectos del Perú republicano provenían de la dominación española; para él el indio no era inferior al blanco ni al mestizo y todo lo que requería era mejorar sus condiciones sociales y económicas y brindarle una educación capacitadora;

juzgaba vergonzosa la derrota ante Chile. Durante su etapa anarquista abrigaba esperanzas en la juventud peruana, estado de ánimo que fue diluyéndose en sus últimos años. Condenaba la propiedad privada, rechazaba la autoridad y el derecho establecido, prevenía contra el poder del Estado y pedía su extinción; exaltaba el socialismo libertario, el trabajo y el internacionalismo. Anunció la muerte del mundo burgués y la revolución proletaria mundial. Muchas de estas ideas

las planteó, también, en periódicos como El Libre Pensamiento que dirigía Christian Dam, órgano de la Liga de Librepensadores; La Idea Libre de Glicerio Tassara; y Los Parias, órgano que dirigió fugazmente. Al momento de su muerte, la obra édita de González Prada constaba sólo de dos recopilaciones de discursos y ensayos: Páginas libres (1894) y Horas de lucha (1908), y de tres libros de poemas: Minúsculas (1901), Presbiterianas (1909) y Exóticas (1911); el segundo de estos poemarios apareció en forma anónima.

Posteriormente su hijo Alfredo, su esposa, Adriana de Verneuil, y Luis Alberto Sánchez se ocuparían de publicar las ediciones ampliadas de algunos textos ya conocidos y otros títulos nuevos. En prosa: Bajo el oprobio (1933), Anarquía (1936), Nuevas páginas libres (1937), Figuras y figurones (1938), El tonel de Diógenes (1945). En verso: Trozos de vida (1933), Baladas pe-ruanas (1935), Grafitos (1937), Libertarias (1938), Baladas (1939), Adoración (1947), Poemas desconocidos (1973) y Letrillas (1975). Ortometría, apuntes para una rítmica es una obra de análisis literario y gramatical, que permaneció inédita hasta 1977. Entre 1985 y 1989 Luis Alberto Sánchez publicó la obra completa de Manuel González Prada en siete tomos.

[JLOP]

Extraido de: Grandes Forjadores – pag 190-191, Edicion 2008 (LEXUS EDITORES S.A. )

Av. Del Ejército 305 Miraflores, Lima Perú

www.lexuseditores.com

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La Reconstrucción Nacional: el discurso radical de Manuel Gonzáles Prada

El 29 de julio de 1888, con ocasión del aniversario patrio, se organizó una velada en el Teatro Politeama para reunir fondos para el rescate de Tacna y Arica. Allí, Manuel Gonzáles Prada (Lima 1844-1918) inició su famoso discurso con estas palabras: Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoy para dar una lección a los que se acercan a las puertas del sepulcro. La fiesta que presenciamos tiene mucho de patriotismo y algo de ironía: el niño quiere rescatar con el oro lo que el hombre no supo defender con el hierro.

Estas palabras significaron una de las más severas críticas a una clase política peruana que en el pasado había llevado al país a un período de desaciertos y ocasiones perdidas, pese a la bonanza guanera, que culminó en catástrofe con la Guerra del Pacífico. Pero también este discurso anunciaba tiempos de cambio que culminarían con la derrota de Cáceres en la guerra civil de 1895 y el advenimiento al poder de Nicolás de Piérola donde se dieron las bases para la formación de la República Oligárquica.

Nacido al interior de una familia aristocrática y muy conservadora, Gonzáles Prada fue educado en Valparaíso durante un destierro familiar por motivos políticos. De regreso a Lima fue matriculado en el Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo con la esperanza de consagrarlo al sacerdocio. Contestatario e insatisfecho con la carrera de seminarista, abandonó sus estudios teológicos y logró ingresar al Colegio de San Carlos donde destaca en los cursos de química, letras y filosofía

Entre 1870 y 1879 se retira a su hacienda Tutumo (en Mala) para dedicarse a la agricultura. Vivió muy cerca la tragedia de la guerra con Chile. Participó en la defensa de Lima y, destruidas las líneas de San Juan y Miraflores y ocupada la capital, optó por el encierro domiciliario para no ver, según sus propias palabras, la insolente figura de los vencedores.

Consagrado como un escritor de verbo penetrante, sus frases fueron verdaderos latigazos de cólera dirigidos a la clase política que llevó al Perú al desastre de 1879: ¿Qué fueron por lo general nuestros partidos en los últimos años? Sindicatos de ambiciones malsanas, clubs eleccionarios o sociedades mercantiles. ¿Qué nuestros caudillos? agentes de grandes sociedades financieras, paisanos astutos impulsivos que veían en la Presidencia de la República el último grado de la carrera militar.

Por ello, en el Politeama decía a los estudiantes de Lima: Niños, sed hombres, madrugad a la vida, porque ninguna generación recibió herencia más triste, porque ninguna tuvo deberes más sagrados que cumplir, errores más graves que remediar ni venganzas más justas que satisfacer.

Tampoco ocultó su odio a Chile: Si somos versátiles en amor, no lo somos menos en el odio: el puñal está penetrando en nuestras entrañas y ya perdonamos al asesino. Alguien ha talado nuestros campos y quemado nuestras ciudades y mutilado nuestro territorio y asaltado nuestras riquezas y convertido al país entero en ruinas de un cementerio; pues bien, señores, ese alguien a quien jurábamos rencor eterno y venganza implacable, empieza a ser contado en el número de nuestros amigos, no es aborrecido por nosotros con todo el fuego de la sangre, con toda la cólera del corazón. Si el odio injusto pierde a los individuos, el odio justo siempre salva a las naciones.

Convertido al anarquismo, al anticlericalismo e incluso al ateísmo, Gonzáles Prada se definió como un «libre pensador» y se perfiló en uno de los intelectuales de mayor trascendencia en el desarrollo de las ideas políticas del siglo XX. Por ejemplo, influyó notablemente en el pensamiento de la Generación del 900 y en las ideas de Víctor Raúl Haya de la Torre y José Carlos Mariátegui.

En 1891 fundó un partido, la Unión Nacional, con una propuesta parecida a los planteamientos de la «Revista de Lima» pero cargada de sugerencias revolucionarias para la época: régimen federal de gobierno; sufragio directo extendido aún a los extranjeros; reforma del régimen tributario; devolución de tierras usurpadas a las comunidades indígenas; mejoramiento de la condición de vida a los obreros; reorganización de la Guardia Nacional, etc. Lo acompañaron en esta agrupación Abelardo Gamarra «El Tunante», Germán Leguía y Martínez, Luis Ulloa, Carlos Germán Amézaga y otros.

Murió en 1918 cuando ocupaba la dirección de la Biblioteca Nacional. En vida publicó sólo dos libros de ensayos, Páginas libres (1894), Horas de lucha (1908) y tres versos. Luego, su hijo y su esposa reunieron y publicaron algunos de sus escritos en prosa y verso. Aún no se ha publicado una edición completa de sus obras.

Blog de: Juan Luis Orrego Penagos

link: http://blog.pucp.edu.pe/item/29914/la-reconstruccion-nacional-el-discurso-radical-de-manuel-gonzales-prada

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Manuel González Prada: el primer peruano moderno

Entrevista a Juan Luis Orrego en Biblioteca Imprescindibles Peruanos publicada por el diario El Comercio

La obra en prosa de González Prada es una consecuencia de la guerra con Chile. ¿Se puede decir que con la derrota nace tanto el Perú contemporáneo como su primer pensador moderno?

Históricamente sí, pues el Perú moderno nace después del fracaso de la primera república, marcado por el caudillismo, el derroche del guano y la derrota contra Chile. Horas de lucha se termina de escribir, a pesar del criticismo de su autor, cuando nacía lo que Basadre llamó la “República Aristocrática”, un periodo marcado por el consenso político, la estabilidad institucional y un crecimiento y desarrollo autónomos. Ahora, si bien es cierto que antes de la Guerra del Pacífico hubo algunos políticos e intelectuales que denunciaron la decadencia o la inmoralidad (Fernando Casós, por ejemplo), Gonzáles Prada se presenta como un “libre pensador” convertido al anarquismo, al anticlericalismo e, incluso, al ateísmo; no hay duda que es tributario de una pensamiento que le era ajeno a cualquier crítico precedente. Es también moderno porque se perfiló en uno de los intelectuales de mayor trascendencia en el desarrollo de las ideas políticas del siglo XX peruano. Influyó notablemente en el pensamiento de la Generación del 900 y en las ideas de Haya de la Torre y Mariátegui.

José Carlos Mariátegui escribió: “González Prada no interpretó este pueblo, no esclareció sus problemas, no legó un programa a la generación que debía venir después. Mas representa, de toda suerte, un instante –el primer instante lúcido– de la conciencia del Perú”. ¿Considera que esta es una apreciación correcta?

Si tenemos en cuenta que el estilo de Gonzáles Prada se quedó en el discurso, el ensayo o el estilo panfletario, la opinión de Mariátegui se ajustaría a lo correcto. No hay en el autor de Páginas libres un libro orgánico, una investigación sólida y documentada sobre un tema en particular o un programa político integral y de largo aliento para el país. El libro que comentamos aparece en 1908 y, aun año antes, en Francia, Francisco García Calderón ya había publicado Le Pérou contemporain, primer libro de interpretación de la realidad peruana desde la óptica del civilismo más “progresista”. Para algunos, su figura tampoco calzaría en el perfil de maestro, pues su espíritu libre le impidió formar un grupo o una generación de discípulos. Sin embargo, sus ideas, que eran como latigazos a la conciencia nacional, su espíritu hipercrítico, casi incendiario, y su lucidez para captar lo que otros no veían o no querían poner por escrito, lo colocan como referente del intelectual que es percibido como la “reserva moral” de un país.

A través de su vida González Prada fue positivista, liberal, librepensador y anarquista. ¿De él se puede decir que legó una ideología o de un espíritu de denuncia?
Más que una ideología, nos legó un espíritu de denuncia, una voz de alarma, por ejemplo, ante la mediocridad y la corrupción públicas. De allí su ascendencia, especialmente en los jóvenes (como en el caso del joven Haya de la Torre), por ese espíritu de rebeldía ante el orden establecido.

Es notoria su influencia en la obra de Mariátegui y Haya de la Torre, sobre todo en lo que respecta al problema del indio. ¿Cómo se puede evaluar la importancia de Páginas Libres y Horas de Lucha en el derrotero del siglo XX peruano?
En efecto, para nuestro autor el Perú estaba formado, básicamente, por una multitud de indios diseminados en la Cordillera. El problema del indio –añadió- había sido creado por la Conquista por la crueldad y la ambición de los invasores. El indio, sin embargo, no era inferior al blanco o al mestizo. Su problema se resolvería dándole educación de calidad e independizarlo de las tres “autoridades” que lo explotaban (el gamonal, el prefecto y el cura) para que logre mejores condiciones sociales y económicas en la vida nacional. La república criolla, concluyó Gonzáles Prada, no había cambiado el estado de postración del hombre andino. Estas ideas tuvieron enorme influencia no solo en Haya o Mariátegui sino también en la generación de intelectuales indigenistas de la década de 1920. Asimismo, al afirmar que los grandes problemas del Perú, provenían del legado de España, una nación atrasada a la que había que olvidar si queríamos construir un país moderno, fue uno de los precursores, también a nivel intelectual, de lo que luego las ciencias sociales, en la segunda mitad del siglo XX, llamó la “herencia colonial” para explicar la realidad peruana.

Nada escapa del fuste de Horas de Lucha. ¿Cómo encajó la sociedad peruana este ataque contra ella?
A corto plazo, en casi nada. La “República Aristocrática”, dominada por el civilismo, siguió su curso, sin grandes sobresaltos, hasta 1919. El modelo económico, orientado a la exportación, y la situación del indio, a pesar de la rebelión de Rumi Maqui (Puno, 1915), se mantuvieron casi inalterables. Por su lado, la Generación del 900, encabezada por José de la Riva-Agüero y los hermanos Francisco y Ventura García Calderón, si bien en un inicio se entusiasmó con las ideas del ilustre librepensador, no encontró sitio en el Partido Civil. Los García Calderón se fueron del país antes de la publicación de Horas de lucha y Riva-Agüero, luego de la creación de un partido que no tuvo arraigo popular y del golpe de Leguía, se autoexilió y, de su liberalismo inicial, emigró a posturas más conservadoras. En todo caso, las luchas obreras que se dieron durante estos años sí estuvieron teñidas por las ideas anarquistas defendidas por Gonzáles Prada y algunos inmigrantes europeos, especialmente italianos, asentados en Lima.

Luis Alberto Sánchez señala que la obra de González Prada ha pasado por diversos procesos de apreciación y negación. ¿No es una ironía de la historia hacer de él un autor “oficial”? ¿Ha terminado siendo más importante para la literatura que para la política?
Desde muy joven, Luis Alberto Sánchez fue admirador de las ideas de Gonzáles Prada y, cuando escribió su historia de la literatura peruana, lo incluyó en un lugar protagónico. Para bien o para mal, sabemos que la obra de Sánchez estableció el canon de los autores y las obras que debían formar parte de la literatura nacional. De allí que aparezca un escritor tan contestatario (y solitario) formando parte de la lista “oficial” de autores peruanos.

En Horas de Lucha se aprecia el germen de varias corrientes que no aflorarían sino hasta varias décadas después, como el feminismo, el vegetarianismo, el laicismo y hasta incluso un indigenismo más sociológico que romántico, por llamarlo de alguna forma. ¿Qué tan adelantado estaba González Prada a su época?
No sé si “adelantado”, aunque por lo menos bastante “actualizado” con las corrientes ideológicas e intelectuales de su época. Su formación académica, su estancia en Europa y el deseo de estar al día con las nuevas ideas hicieron de él también un hombre cosmopolita. Cuando leemos Horas de lucha constatamos su gran dominio de la historia, de los autores clásicos y los pensadores de su tiempo.

¿Por qué un peruano debería leer Horas de Lucha ahora? ¿Cuál es su vigencia más de cien años después?
Porque nunca debe perderse el horizonte crítico, la capacidad de rebelarse o de indignarse frente al atropello, la corrupción la explotación o la inoperancia. Esa es, en el fondo, su vigencia. Frente al acomodamiento, a la mirada al costado o a la contemplación pasiva, Horas de lucha es un llamado a la reflexión y a la acción. También es un llamado a la honestidad intelectual, a la coherencia entre el pensamiento y la vida práctica.

Blog de: Juan Luis Orrego Penagos

link: http://blog.pucp.edu.pe/item/132347/manuel-gonzalez-prada-el-primer-peruano-moderno

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CREACIÓN HEROICA DE LOS TRABAJADORES

MÚSICA EN EL CENTRO DE LOS OBREROS

La música es un arte liberador. En esta oportunidad, el autor nos cuenta la historia de un Centro Musical conformado por los trabajadores que lucharon por la jornada de las 8 horas en 1919. Ellos vieron en la música una forma de ampliar su cultura y expresar su creatividad.
El 13, 14 y 15 de enero de 1919, estuvieron inmovilizadas la ciudad de Lima y el puerto del Callao, debido al más grande paro general –hasta esa fecha –, en busca de una justa jornada laboral.
El tercer día de dicho paro, el gobierno de José Pardo envió al director de Fomento hasta el Parque Neptuno –hoy Parque de los Museos – donde estaban concentrados los huelguistas para dar lectura al Decreto con el que se oficializó la jornada de las ocho horas de trabajo en el Perú.
El 11 de noviembre de 1922, la música del triunfo conquistado, dio como resultado el nacimiento del Centro Musical Obrero de Lima.
«… El director del Centro era Delfín Lévano Gómez, obrero panadero, conspicuo dirigente del movimiento obrero inicial. El conjunto se componía de violín, guitarra, piano y clarinete. (…) el violín corría a cargo de un músico profesional invitado, de apellido La Madrid. Así lo atestigua Liberto Lévano, hijo del segundo matrimonio de Manuel Caracciolo Lévano Chumpitaz, padre de Delfín Lévano. La guitarra la tocaba el sastre anarquista Julio Caycho, muy activo en las luchas sociales de comienzos de siglo; un músico Reyes, de Huaraz, simpatizante de las ideas de los animadores, era el pianista. Delfín Lévano tocaba el clarinete, que lo había aprendido, por música, en sus días de recluta del Ejército». (1)
Su objetivo no fue exclusivamente tocar música, consciente o inconscientemente despertaron su creativa musical y la de los allegados a este grupo. Se esforzaron por dar una educación musical a sus hijos, ya que sabían que ésta amplía la percepción y por tanto el juicio critico.
Afortunadamente esta historia está respaldada por los manuscritos que pudieron salvarse del olvido del tiempo. Este «cancionero escondido» nos muestra la calidad de los géneros musicales a los que nuestros trabajadores tenían acceso. Se encuentran doce piezas de jazz, diez valses, seis tangos, tres himnos, dos pasodobles, una polca, una habanera, una mazurca, tres canciones francesas, muy aparte de los fragmentos de óperas y operetas encontrados.

 

SU OBJETIVO NO FUE EXCLUSIVAMENTE TOCAR MÚSICA, CONSCIENTEO INCONSCIENTEMENTE DESPERTARON SU CREATIVIDAD MUSICAL Y LA DE LOS ALLEGADOS A ESTE GRUPO. SE ESFORZARON POR DAR UNA EDUCACIÓN MUSICAL A SUS HIJOS, YA QUE SABÍAN QUE ÉSTA AMPLÍA LA PERCEPCIÓN Y POR TANTO EL JUICIO CRÍTICO.
En ese entonces, Lima tenía sólo cuatro barrios populosos: el Rímac, Monserrate, Barrios Altos, y La Victoria, siendo precisamente las zonas donde se dieron sus principales actuaciones.
El Centro Musical no duró mucho, Leguía y su oncenio terminaron por sepultarlo antes de 1925 y como es de imaginar fue destruido todo material que recordara su existencia.
Es conocida la amistad de Felipe Pinglo y Delfín Lévano, lo que explicaría la elevación de la calidad melódica y literaria en su obra, a fines de la década del 20.
Por otro lado, en el Callao, Eduardo Márquez Talledo detiene sus composiciones románticas, en solidaridad con los problemas de sus compañeros de clase y escribe los valses «Pobre obrero».

«Esa eterna misión del obrero,
labrar el porvenir del mundo entero,
ser el crisol donde perpetuamente
se funden porciones de dinero.

Ya suenan las sirenas matinales
Llamando con afán al pobre obrero
Que acude con sus callosas manos
A convertir en oro, el hierro y el acero/…

Y «Sábado, día del Pueblo»

Sábado, día del pueblo
Tremenda equivocación
El pueblo no tiene día
Sólo tiene explotación /…

Estos dos valses junto con 7 obras de Felipe Pinglo Alva, fueron prohibidas de ser cantadas en la Radio, durante el gobierno de Oscar R. Benavides, por considerarlas subversivas.
Lo que nos invita a recordar que un artista verdadero, no puede estar indiferente ante los problemas de su pueblo.
Desde 1905 en el Perú, se conmemora el 1º de mayo como «Día del Trabajador» en honor a los mártires de Chicago ejecutados en dicha fecha de 1886.

 

(1) «Un cancionero escondido» Edmundo Lévano- PUCP: 1998

ESCRITO POR: MANUEL ACOSTA OJEDA

Tomado de la revista VARIEDADES del 3 de mayo del 2010.

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SITUATION DESASTREUSE DU SYNDICALISME PERUVIEN

vendredi 26 novembre 2004.

SITUATION DESASTREUSE DU SYNDICALISME PERUVIEN

Le syndicalisme péruvien a connu des moments de victoire et aussi de défaite. Il s’est développé en périodes de démocratie bourgeoise et a été férocement réprimé par les dictatures militaires et civiles qui ont secoué le pays. Aujourd’hui, le mouvement syndical sort de la dure épreuve que lui a fait subir la dictature d’Alberto Fujimori. Le nouveau gouvernement de la droite neo libérale, présidé par Alejandro Toledo, a modifié la loi de réglementation des syndicats qui avait été imposé par la dictature et qui avait réduit à presque rien l’existence du syndicalisme. Comme nous allons le voir, cette nouvelle loi restreint le droit à la syndicalisation et le droit de grève. Néanmoins, il y a des raisons d’avoir de l’espoir, car les travailleurs péruviens souhaitent combattre pour leurs revendications et pour un nouveau monde sans exploitation ni oppression, poussés par la situation économique misérable et par une conscience de classe forgée par un siècle de combat.

Un peu d’histoire

Le syndicalisme péruvien est né en 1904, quand la Fédération des Ouvriers Boulangers du Pérou, créée comme corporation mutualiste en 1899, se sépare de la Fédération d’Artisans et devient l’axe centralisateur des luttes ouvrières urbaines. Le 1er mai 1905, cette Fédération organise un acte de masse, invitant plusieurs secteurs ouvriers à célébrer la journée internationale des travailleurs. Durant cette réunion on décide d’initier une lutte commune pour arracher la journée de 8 heures de travail. Autour de cette revendication, le prolétariat de la capitale (Lima) commence à prendre conscience de sa classe et à s’organiser.

Les dirigeants ouvriers les plus combatifs adoptèrent les idées anarchistes. Les anarchistes étaient méfiants vis à vis des partis politiques et postulèrent l’action directe des ouvriers. Leur but était la grève générale, la destruction immédiate de l’Etat et l’organisation de la société sur la base d’unités de producteurs libres (communisme libertaire). “ La Protesta ” (1911-1926), devint le principal moyen de communication des ouvriers pendant de nombreuses années. Ils regroupaient le noyau anarchiste le plus actif, à la tête duquel étaient les boulangers Manuel Caracciolo Levano et son fils Delfín, l’ouvrier du textile Luis Felipe Grillo et l’ouvrier du bâtiment Abraham Gamero. Ils comptèrent sur la présence de l’écrivain Manuel González Prada, premier propagandiste de l’anarchisme au Pérou.

Certains anarchistes du groupe “ La Protesta ” proposèrent d’améliorer les méthodes d’organisation et de lutte des travailleurs, en développant l’organisation syndicale. Ainsi naquit l’anarcho-syndicalisme L’organisation syndicale, déjà existante dans le secteur textile, se répandit dans presque tous les groupes ouvriers combatifs. En 1913, les anarchistes formèrent une Fédération Ouvrière Régionale Péruvienne, première tentative de centralisation syndicale du prolétariat péruvien. En 1915 la Fédération des Travailleurs en Tissus du Pérou fut créée. Elle regroupait les grandes usines textiles de la capitale. Les anarchistes essayèrent, aussi, de former des syndicats parmi les ouvriers des mines et des grandes haciendas du Nord du pays. Ces efforts se sont heurtés à une répression très dure, mais laissèrent quelques graines.

La conquête de la journée de huit heures de travail

En 1918, les anarcho-syndicalistes fondèrent la Fédération Ouvrière Locale de Lima (FOL), en remplaçant la Fédération Ouvrière Régionale qui n’avait pas pu se développer. En décembre 1918, la FOL tint un Congrès qui donna la priorité à la lutte pour la journée de 8 heures. Quelques jours après le Congrès, les ouvriers du textile de Vitarte (ville à l’Est de Lima) commencèrent une grève pour ce motif. Rapidement, tous les syndicats appelèrent à la grève. Les capitalistes et le gouvernement ne voulaient pas céder.

La répression fut brutale. Les manifestations étaient dissoutes à coups de sabre. Les garanties individuelles furent suspendues. Les ouvriers de Vitarte subirent une attaque armée et de nombreux dirigeants furent emprisonnés. La FOL lança la consigne de Grève Générale, appuyée par la Fédération d’Artisans, la Fédération d’étudiants du Pérou (FEP) et de nombreuses organisations.

A Lima, l’arrêt du travail fut presque total. La FOL et le gouvernement entamèrent des négociations. Finalement, le Président Pardo céda et, le 15 janvier 1919, édicta la loi reconnaissant la journée de 8 heures pour tous les travailleurs du pays. La victoire des travailleurs était totale. Les véritables leaders de cette lutte furent l’artisan ébéniste Nicolas Gutarra, l’ouvrier textile Adalberto Fonken et le cordonnier Carlos Barba, tous anarcho-syndicalistes.

Les anarcho-syndicalistes organisèrent encore d’autres luttes comme celle du Comité pour la Baisse des Prix des Produits de Subsistance, qui décréta une grève du paiement des loyers et, ensuite, la grève générale. La police réprima violemment les manifestations. Le gouvernement arrêta la majorité des dirigeants et, sans direction, le mouvement populaire se transforma en violence désorganisée et sans espoir. Des terribles combats furent livrés entre la troupe et les ouvriers, qui levèrent des barricades.

La crise de l’anarcho-syndicalisme

A partir de 1924 des partis politiques ouvriers et populaires s’organisent, comme l’Apra (Alliance Populaire Révolutionnaire Américaine) en 1924 et le Parti Socialiste en 1928 (qui deviendra peu après Parti Communiste). Le message de la révolution chinoise (1911) et de la révolution russe (1917) arrive, avec force, au Pérou, apporté par Victor Raúl Haya de la Torre (fondateur de l’Apra) et par José Carlos Mariátegui (fondateur du Parti Socialiste). Le message était clair : les syndicats sont nécessaires mais pas suffisants pour émanciper le prolétariat de l’exploitation et l’oppression. Il faut que les ouvriers s’organisent en parti politique (Parti Socialiste) ou en parti d’alliance entre les ouvriers et les classes moyennes (Apra). On ne peut pas arriver directement au communisme libertaire ; il faut passer par une période de transition ou dictature du prolétariat (Parti Socialiste) ou par un État anti-impérialiste (Apra). Aussi bien l’Apra que le Parti Socialiste font miroiter aux ouvriers des lendemains qui chantent s’ils adhèrent ou soutiennent leurs partis. En plus, l’action directe pratiquée par l’anarcho-syndicalisme se heurte à une répression féroce ; alors les ouvriers se tournent vers les partis politiques comme soupape de sécurité. Ainsi, l’anarcho-syndicalisme entre en crise. Au Deuxième Congrès Ouvrier il perd la majorité. “ La Protesta ” disparaît en 1926. Le mouvement syndical vivra jusqu’à aujourd’hui sous l‘hégémonie ouverte de l’Apra, ou du Parti Communiste.

Les derniers 20 ans et la situation actuelle

Entre 1977 et 1990 il y a eu plus de 20 grèves générales de 24 heures. En fait, les partis, surtout de gauche, utilisèrent le mouvement syndical comme tremplin pour accéder au pouvoir par la voie électorale, mais sans succès. Ces grèves de protestation contre la politique de soumission au diktat du FMI des gouvernement successifs (Morales Bermúdez, Belaunde et Alán García) servirent plus à affaiblir le mouvement (toujours avec des dirigeants licenciés, des morts, des blessés et des détenus) qu’à obtenir une quelconque revendication. La gauche perdit les élections en 1980, 1985 et 1990, la dernière au profit d’Alberto Fujimori (à qui la gauche donna ses votes au deuxième tour). Fujimori démantela le mouvement syndical avec des lois qui limitaient la syndicalisation et le droit de grève, favorisa les licenciements massifs, un statut précaire des travailleurs. Les escadrons de la mort perpétrèrent des assassinats sélectifs de dirigeants syndicaux, comme les cas de Pedro Huillca (Secrétaire Général de la CGTP), Saúl Cantoral (Secrétaire Général de la Fédération Minière) et Luis Ramírez (dirigeant de la Confédération Intersectoriale des Travailleurs de l’Etat). Il faut dire, aussi, que la guerre interne entre le Sentier Lumineux et l’Etat a été le prétexte pour réprimer les syndicats (plusieurs dirigeants finirent en prison, accusés faussement d’appartenir au Sentier Lumineux). Finalement, après les élections truquées d’avril 2000, la réélection de Fujimori et le scandale des vidéos de son conseiller Vladimiro Montesinos dans lesquels celui-ci apparaissait donnant des milliers de dollars à des députés, des entrepreneurs, des maires, hommes de la TV, la radio et la presse pour qu’ils soutiennent Fujimori, provoquèrent un puissant mouvement populaire contre la dictature. Fujimori abandonne le pays pour fuir la justice et part se réfugier au Japon. Reconnu citoyen japonais, il obtient la protection de ce pays. Un gouvernement de transition présidé par Valentin Paniagua le remplace. Il organise des élections générales en avril 2001. C’est Alejandro Toledo qui est élu, (formé comme économiste à Harvard), et qui va mener la même politique économique que son prédécesseur, c’est-à-dire, capitaliste ultra libérale.

La loi antisyndicale de Toledo

Le Congrès (au Pérou il y a un parlement et une seule chambre) approuve en 2002 une loi de “ relations collectives de travail ” ou de réglementation des syndicats, rapidement signée par le Président de la République, le 12 décembre 2002, et qui a donc force de loi. Elle rétablit les négociations par branche qui avaient été supprimées par Fujimori pour “ casser ” la Fédération du Bâtiment qui était la seule à se maintenir, et concède qu’on peut se syndiquer à partir du début du contrat de travail et non après la période d’essai (trois mois). Ce sont les deux seuls points positifs de la loi.

Voyons maintenant les points négatifs qui la transforment en une loi antisyndicale. Primo : les syndicats peuvent s’organiser mais dans les entreprises privées de plus de 20 travailleurs et, dans les entreprises d’une autre nature, à partir de 50 travailleurs. Cette disposition exclue de l’organisation syndicale plus de 80% des travailleurs puisque, à Lima, sur 3 600 000 personnes occupées, 2 500 000 travaillent dans des entreprises de moins de 9 employés. Si nous prenons en compte, en plus, qu’au Pérou seulement 46% de travailleurs exercent une profession dans le secteur formel de l’économie, nous voyons donc que l’immense majorité des travailleurs est exclue de la syndicalisation. Secundo, la loi contient aussi un dispositif qui supprime, d’un coup de plume, la possibilité de faire des grèves de solidarité. Tertio : la loi stipule que, si une grève se prolonge trop ou est accompagnée “ d’actes de violence ”, le gouvernement tentera de favoriser la négociation directe entre patrons et ouvriers, et en cas d’échec, cela ne marche pas “ le Ministère du Travail et de l’Emploi décidera définitivement ”. Quarto : en cas de grève, la loi impose aux travailleurs un service minimum qui est en fait un service maximum car elle autorise les patrons à présenter, aux ouvriers qui vont se déclarer en grève et aux autorités du ministère du Travail, des listes de travailleurs nécessaires pour maintenir le service pour les clients ou les usagers. Finalement, la loi formule une liste de services, non close, où on voit bien que le service maximum va affecter tant le secteur public que le secteur privé, étant donné la privatisation de plusieurs services publics ces dernières années. La loi rend donc méconnaissable le droit de grève, et on voit mal comment les grèves peuvent être efficaces si les entreprises continuent à fonctionner normalement. Les trois centrales syndicales ont manifesté leur accord avec cette loi scélérate.

Les luttes syndicales et populaires actuelles.

Après l’élection de Toledo à la présidence de la République et le retour d’un espace de libertés publiques, le mouvement syndical et populaire a initié un processus de restructuration et de relance des luttes sociales. Fin 2001- début 2002, des licenciés de l’administration publique réclament -et réclament encore à ce jour- leur réincorporation. Ils réorganisent la Confédération Intersectorielle des Travailleurs de l’Etat (CITE), occupent le local du Syndicat du Ministère de Transports et organisent une marche vers le Ministère de Travail pour exiger leur réintégration. On les accuse alors d’être des “ terroristes ” à la suite de certains dégâts occasionnées aux locaux du Ministère. Plusieurs membres sont arrêtés et délogés du local occupé. Le Ministre de l’Intérieur, Fernando Rospigliosi, en profite pour suggérer que le Congrès vote une loi sanctionnant de 4 à 6 ans de prison les auteurs occupant des locaux publics ou privés et bloquant des routes. Ainsi on s’achemine vers la criminalisation du mouvement social, notamment de l’action directe des travailleurs. Cette loi n’est pas encore passée, mais le gouvernement a obtenu du Congrès l’autorisation de légiférer en matière “ anti-terroriste ”. Aujourd’hui, on peut donc craindre que, profitant de la peur du terrorisme dans la population, il se décide a faire passer des lois ou des décrets criminalisant le mouvement social dans ses aspects les plus combatifs.

En juin 2002, éclate au Sud du Pérou (à Arequipa, Cuzco, Puno, Moquegua et Tacna) une grève générale à l’appel des Fédérations Syndicales Départementales contre la décision du gouvernement de Toledo de privatiser les entreprises d’électricité du Sud (Egasa et Egesur). Cette grève a été suivie massivement par tous les syndicats locaux et a duré pendant 6 ou 7 jours. Au même temps, treize Maires d’Arequipa se sont déclarés en grève de la faim, ainsi que 26 agriculteurs de Sabandía, Socabaya, el Cural, la Joya et Vítor, à la tête desquels se trouvait le dirigeant paysan Yamel Romero Peralta. Le Front Civique de Lima (la capitale) a appuyé la grève régionale du Sud, avec une manifestation jusqu’au Congrès de la République. Les manifestants sont partis du local du Syndicat des Travailleurs de Telefónica (entreprise espagnole), où diverses organisations se sont jointes à la marche de protestation, telles que Agora Populaire, Agora Populaire de la Jeunesse, La Lutte Continue, Sutep, Alpha et Omega, et d’autres mouvements. Les manifestants ont protesté contre la privatisation de Sedapal (l’entreprise de l’eau) et, bien sûr, de Egasa et Egesur. Mais, le 19 juin 2002, la police réprime sauvagement une manifestation à Arequipa, en tuant un participant qui était un ouvrier.

Devançant l’explosion sociale, Toledo suspend les privatisations. Le Ministre de l’Intérieur, Rospigliosi, démissionne sans demander d’excuses au peuple d’Arequipa et les grévistes suspendent leur action. Ils écrivent alors la “ Déclaration d’Arequipa ”, un accord avec le gouvernement, expliquant que “ La représentation du gouvernement, avec l’accord des représentants de l’Assemblée des Maires et du Front Elargi Civique d’Arequipa, exprime formellement sa décision de suspendre tous les actes du processus de privatisation d’Egasa et Egesur, y compris ceux qui conduisaient à la signature des contrats, et ce jusqu’à la décision du Pouvoir Judiciaire. Les représentants du gouvernement reconnaissent que le sentiment et l’opinion de la communauté d’Arequipa sont visiblement opposés au processus de privatisation ”. Le peuple péruvien remporte ainsi une victoire totale face à la politique de privatisations du gouvernement de Toledo, qui est en panne jusqu’à aujourd’hui.

Au mois d’août 2002, les cultivateurs de coca des vallées de l’Ene et de l’Apurimac (sud-est du pays), au nombre de 5.000, accompagnés de leurs épouses et enfants, organisent une “ marche de sacrifice ” jusqu’à Lima (500 kilomètres à travers la Cordillère des Andes), protestant contre l’échec des cultures alternatives à la feuille de coca et en réclamant de nouvelles solution aux problèmes de l’agriculture. Le gouvernement, craignant les conséquences du mouvement de ces milliers de paysans dans les rues de Lima, négocie et trouve un accord avec les organisateurs. Dans le premier point de cet accord, on peut lire les décisions suivantes : “ 1. On créera une Commission Spéciale constituée de représentants du gouvernement, de congressistes et de producteurs agraires ; dans 60 jours un projet de loi sur le traitement de la feuille de coca et son industrialisation sera présenté (…) 3. Enaco (l’entreprise d’Etat de la coca) déploiera tout l’effort nécessaire afin que, dans le cadre de la loi, le prix d’achat de la feuille de coca augmente dans les vallées des rivières Ene et Apurimac. ” Nouveau recul du gouvernement, nouvelle victoire populaire, cette fois des paysans cultivateurs de coca.

Le 26 novembre 2002, les Universités Nationales se réveillent à leur tour, les enseignants, étudiants et travailleurs de celles-ci se déclarent en grève de la faim indéfinie pour obtenir une augmentation sensible du Budget de l’Etat destiné aux Universités Publiques. Ernesto Tapia, président de la Fédération d’Etudiants du Pérou, déclare le même jour que “ les étudiants de l’Université Publique, outre qu’ils n’ont pas de moyens pour leur formation, doivent aussi faire face à divers problèmes de santé, à cause d’une mauvaise alimentation car plusieurs cantines universitaires ont été fermées par manque de budget ”. A Puno, un affrontement de 4 heures entre jeunes de l’Université de l’Altiplano et la police, se solde par 4 étudiants blessés par balles. Ce mouvement s’est achevé par un autre recul du gouvernement promettant d’augmenter le budget de l’éducation nationale.

Au début de cette année, le président Toledo, dans un message à la Nation du mardi 7 janvier, demande des moyens extraordinaires pour légiférer en matière anti-terroriste et de sécurité citoyenne. Quelques jours après, il obtient l’accord du Congrès. Bien que le terrorisme de Sentier Lumineux ait presque disparu (la guérilla conserve un groupe dans une zone reculée de l’Amazonie de quelques 300 combattants), Toledo utilise clairement le problème du terrorisme comme épouvantail pour mettre une camisole de force au mouvement social qui grandit en organisation et combativité. La loi syndicale actuelle ne ferait-elle pas partie de sa détermination à mettre fin aux protestations contre sa politique ultra-libérale, la même qu’à l’époque de la dictature fujimoriste ? Actuellement, la Confédération Générale des Travailleurs du Pérou (CGTP) demande au gouvernement une augmentation du salaire minimum, gelé depuis des années (420 soles par mois, soit 116 euros). Les travailleurs du secteur informel (la majorité des salariés), gagnent encore moins. Toledo a répondu à la CGTP en proposant qu’au lieu d’augmenter le salaire, l’Etat donne aux travailleurs des tickets d’alimentation (afin d’épargner aux bourgeois l’augmentation des salaires). Le 3 avril dernier, sous la pression de la base, la CGTP, la CUT, la CTP et plusieurs organisations politiques et associatives ont organisé une mobilisation nationale devant le Congrès de la République. La mobilisation a été massive, des milliers de manifestants ont réclamé l’augmentation des salaires, la promulgation d’une loi générale du travail contre la flexibilité et la précarité, l’arrêt de la politique ultra-libérale du gouvernement, la libération des 18 travailleurs du bâtiment injustement arrêtes suite à des actions de grève, et contre la guerre en Irak. Enfin, la CGTP a menacé d’appelé à la grève générale (de 24 heures), si ses revendications n’aboutissaient pas.

Pour terminer sur les luttes actuelles, je dois dire que le peuple péruvien a exprimé dans la rue son opposition à la guerre impérialiste contre l’Irak, lors d’une manifestation de plusieurs dizaines de milliers de personnes le 27 mars 2003, jusqu’à la résidence de l’Ambassadeur des Etats Unis, et en dépit du fait que les quotidiens et la TV n’ont pas relayé l’appel à manifester. Selon les sondages, 85,8% de Péruviens sont contre la guerre. Le dimanche 23 mars, des habitants de Puno, Huanuco, Junin et Barranca se sont mobilisé contre la guerre en organisant des marches et des journées de prière (il faut savoir que plus du 90% de la population péruvienne est chrétienne), en peignant des slogans sur les murs et en déclarant que ce conflit produira la mort massive d’innocents. Le 29 mars, plus de vingt mille personnes se sont réunies au Parc des Légendes, à Lima, pour écouter un concert de musique folklorique dédiée à la lutte contre la guerre en Irak. On peut dire aussi que, malgré la timidité des centrales syndicales, il y a, à Lima, 9 manifestations par jour. Des chômeurs, des habitants des bidonvilles, des femmes au foyer, des syndicalistes manifestent leur mécontentement tous les jours. Ce n’est pas un hasard si Peru Possible (le parti politique de Toledo) n’a obtenu que 12% des votes aux dernières élections régionales et municipales (novembre 2002). Il n’a gagné qu’une région sur 25, la moins peuplée. C’est vrai aussi que les partis vainqueurs (surtout l’Apra) ne représentent pas, non plus, une amélioration véritable de la situation économique, sociale et politique. Le peuple péruvien est de plus en plus convaincu que seule la lutte peut l’amener à son émancipation définitive.

La distribution des cartes dans le mouvement syndical

Au Pérou il existe trois centrales syndicales actuellement : la CGTP, la CUT et la CTP, sous le contrôle, respectivement, du Parti Communiste, des indépendants et de l’Apra. La CUT et la CTP sont affiliées à l’ORIT (Organisation Régionale Interaméricaine de Travailleurs), fondée à l’époque de la guerre froide par la CIA et l’AFL-CIO américaines, afin de combattre le communisme dans le mouvement syndical et soutenir les gouvernements oligarchiques de l’Amérique Latine. La CUT est liée aussi à la CFDT française.

La centrale la plus importante est la CGTP, mais elle est gagnée par l’opportunisme de droite et le réformisme de ses dirigeants (communistes). Ainsi, nous pouvons lire dans le rapport présenté à la Huitième Réunion du Conseil National élargi de la CGTP : “ La tactique d’alliance stratégique avec un secteur du patronat est correcte s’il s’agit de défendre les intérêts nationaux et d’intégration régionale et sous-régionale, de favoriser le développement de l’industrie nationale avec création d’emplois dignes de ce nom et le respect des droits. Il appartient au mouvement syndical et populaire de développer un niveau de participation responsable en préservant la réalisation des objectifs visés par le gouvernement, en contribuant à sa consolidation sans risquer son intégrité, ni créer de fissures ”. Face au modèle néo-libéral imposé par la puissance nord-américaine, ils choisissent donc le capitalisme national comme solution, au lieu de lutter pour une alternative autonome de la classe ouvrière et toutes les classes populaires qui dépasse le capitalisme et ouvre la voie d’une véritable émancipation des travailleurs et du peuple péruvien. A la fin de ce document, ils proposent la création d’un front politique électoral à tous les partis, syndicats ou groupes “ progressistes ” et “ représentatifs ”, en hypothéquant donc le mouvement ouvrier à un leadership bourgeois “ progressiste ”.

Face à l’opportunisme des trois centrales syndicales, il existe donc un espace pour le développement d’une tendance anarcho-syndicaliste et syndicaliste révolutionnaire. Mais nous ne pouvons identifier, en ce moment, aucun syndicat ou fédération anarcho-syndicaliste, bien que nous ayons des contacts avec certains dirigeants plus ou moins proches des idées anarcho-syndicalistes. Les conditions objectives sont mûres pour le développement d’un syndicalisme de lutte de classes. Il manque que se cristallisent les conditions subjectives, les facteurs de la conscience, de l’organisation et de l’orientation.

Miguel Tauro Intercorporatif de Nantes et sa région, 9 avril 2003

Fondation Pierre Besnard

link: http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=52

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El estado y la represion al proletariado a comienzos del siglo XX

El estado en la historia a mostrado el claro papel de organización de las clases dominantes. La historia peruana también lo verifica en el legajo material que desde épocas prehispanicas hasta nuestros días arrastramos. Ya la gran maquinaria coaccionadora , explotadora y acaparadora de la producción reflejada en el imperio inca, el estado colonial, en el estado republicano oligárquico y aristócrata y terminando por el estado democrático producto de la globalizacion de la ideología democrática, no son mas que una muestra de cómo el estado se recicla continuamente, perfeccionando la característica innata de la represión social.Sin embargo el estado peruano del S. XIX y comienzos del XX manejado por una burguesía oligárquica terrateniente que dio vida a caudillos militares y al conocido Civilismo padeció de un Estado Fuerte. Por aquel entonces el proletariado en le Perú comienza a tomar forma y si bien inmadura en los niveles de conciencia de clase mostraba que a la postre se perfilaba como la principal fuerza opositora y destructora del sistema al ir abstrayendo las ideas malsanas y disociadores catalogadas por el estado a todo lo que tenga que ver con Comunismo. (1)

Es así como la minoría proletaria atraída por la negatividad al sistema rompería con el mutualismo(2) buscando nuevas forma de organización de lucha. A pequeños grupos de anarquistas se debió el primer tipo de organización obrera de lucha contra el estado «el Sindicato anarquista»(3). Las primeras huelgas violentas, los ataques a la propiedad burguesa tanto del campo y en la ciudad, la educación proletaria antiestatal, escuelas obreras manejados por los primeros sindicatos maduro por lo menos una minoría activa proletaria muy clara en los sentidos de «Autonomía proletaria» y en las decisiones de clase. Sin embargo el sindicalismo tenia grandes limites políticos que mostraría muy pronto ante la modernización del estado es decir la modernización de la represión.

Podemos plantear que las acciones anarcosindicalistas tuvieron cierto éxito debido a la debilidad del estado civilista incapaz de un control político interno del país, que beneficiaba al imperialismo ingles y a los gamonales (la otra facción burguesa terrateniente) . Es así como el movimiento obrero sindical escalaría posiciones tras el uso de la violencia política colectiva , grandes huelgas y boicots, caracterizaron sus acciones, inclusive en el mundo campesino donde obreros anarquistas lograron difundir la utopía de la revolución comunista. Entre 1918 y 1919 serian los años cumbres de las acciones anarquistas y anarcosindicalistas, el presidente Pardo caería por el peso de ellas, pese a que saco a todo el ejercito y lleno de bloques de ametralladoras la ciudad de Lima ante la violencia imparable del proletariado que marchaba por las calles cantando la internacional, izando banderas rojas y enfrentándose al ejercito, tanto a si que los corresponsales extranjeros preveían una repetición de lo ocurrido en Rusia en 1917. Tal situación sin embargo desde el punto de vista proletario no prospero en 1919 Pardo representante de la burguesía terrateniente caía bajo golpe de estado planeado por Leguía (representante de la burguesía industrial nacional) apoyada por los EEUU.

Leguía adualaria al movimiento sindical en un primer momento puesto que gracias a sus acciones había sido desacreditado al civilismo. Una gran facción del movimiento obrero caería en el juego leguisita mostrando este sus limitaciones y su reformismo. Por ejemplo para la minoría activa anarquista especialmente para Delfín Levano las luchas de 1919 que lograron las 8 horas, no fueron la gran victoria que la historia tradicional habla sino una derrota, producto de la ruptura de la Autonomía proletaria en las luchas al inmiscuirse elementos reformistas (intelectuales y mutualistas) que apoyaban a Leguía y buscaban la pacificación de la violencia obrera frente a minoría obrera que buscaba expandir la lucha a niveles nacionales. El reformismo de la mayoría sindical haría eco a tales argumentos de paz logrando el estado ganar tiempo para la modernización de la maquinaria represiva con el apoyo de los EEUU. El sindicato en otras palabras mostraba su innato reformismo ante las victorias inmediatistas y escalonadas.

Asesores norteamericanos se encargaron de los proyectos de modernización del ejercito y la policía . Y al igual que en los EEUU cuya política represiva creo el FBI para eliminar las acciones comunistas anárquicas de la IWW en el Perú se creo la Policía de investigaciones, que se convirtió en la principal fuerza mimada por el gobierno leguiísta. La política de la soploneria se financio a todas sus hanchas, Las imprentas vigiladas, las asambleas sindicales, seguimiento personales etc. etc. etc. se amparaban ante el aumento de las intendencia policiales en todo el país especialmente en las zonas en que contaban con un número significante de obreros. Se logro de esta forma un cierto control político interno a fin de sofocar las revueltas violentas de los obreros organizados afianzado con lazos de asociación con el campesinado de la sierra.

A ello se sumo toda una política de control de las fronteras y de los correos a fin de detectar y destruir toda prensa u propaganda disociadora especialmente anarquista nacional e internacional, con ello también se limito la entrada a extranjeros afines alas organizaciones de lucha proletaria, con lo cual se logro detectar a los grupos anarquistas nacionales. Las cárceles se llenaron de presos obreros, otros perseguidos, deportados así como torturados. Y por otro lado el estado financiaba a las organizaciones mutualistas enemigas de la revolución proletaria.

Pero que pasaba? La s limitaciones de la política sindical en la cual cayo un gran sector de anarquistas al enfrascarse en este tipo de organización olvidando el papel de la «minoría activa» al margen del sindicato hacia posible la victoria del estado y con ello la critica a la violencia obrera desde el interior del proletariado . Poco a poco la represión al sindicato abrió el camino a los intelectuales pequeño burgueses como Haya de la Torre y Mariategui que haciendo gala del snobismo leninista y la pretendida revolución rusa ponían como ejemplo a seguir frente a los reveses de la practica anarquista. La utopía del comunismo anárquico fue de esta manera desplazado y el culto al partido único y al frentismo que dio vida la Partido socialista o comunista y a l APRA llenaron los espacios de dirección en el movimiento obrero. Con ello la autonomía proletaria si bien limitada por la estructura sindical se minimizo aun mas al subordinarse a partidos de pequeños burgueses radicalizados.

La represión estatal sin embargo no se paralizo, ella no puede parar, y es así que tras la dictadura de la democracia leguiísta apareció la dictadura del fascismo de Unión revolucionaria Sanchezcerrita que derroco a la anterior, pero esta vez desarticulada la minoría activa obrera, la represión caería sobre las clases medias politizadas como izquierdistas y demócratas (APRA y partido Comunista), es decir represión se convertía en una guerra entre capitalistas.

(1) entiéndase por comunismo como la libertad de lucha, el movimeinto real de destrucción de toda forma de estado y el capital. Comunismo como sinónimo de anarquismo y socialismo, en fin una unidad.

(2) el mutualismo fue una de las primeras formas de organización obrera pero sin ningún papel revolucionario. Se caracterizo por su filantropía en caso de enfermedad o muerte de los obreros. Por lo general asociadas a cofradías religiosas y apadrinadas por los dueños de los medios de producción artesanales. Su papel fue vital en el mundo popular como agentes del nacionalismo y patriotismo y el apoyo a caudillos políticos electoreros.

(3) El sindicato anarquista o anarcosindicalismo, Hace su aparición en el Perú en 1904 tras la fundación del primer sindicato.

El estado en la historia a mostrado el claro papel de organización de las clases dominantes. La historia peruana también lo verifica en el legajo material que desde épocas prehispanicas hasta nuestros días arrastramos. Ya la gran maquinaria coaccionadora , explotadora y acaparadora de la producción reflejada en el imperio inca, el estado colonial, en el estado republicano oligárquico y aristócrata y terminando por el estado democrático producto de la globalizacion de la ideología democrática, no son mas que una muestra de cómo el estado se recicla continuamente, perfeccionando la característica innata de la represión social.

Sin embargo el estado peruano del S. XIX y comienzos del XX manejado por una burguesía oligárquica terrateniente que dio vida a caudillos militares y al conocido Civilismo padeció de un Estado Fuerte. Por aquel entonces el proletariado en le Perú comienza a tomar forma y si bien inmadura en los niveles de conciencia de clase mostraba que a la postre se perfilaba como la principal fuerza opositora y destructora del sistema al ir abstrayendo las ideas malsanas y disociadores catalogadas por el estado a todo lo que tenga que ver con Comunismo. (1)

Es así como la minoría proletaria atraída por la negatividad al sistema rompería con el mutualismo(2) buscando nuevas forma de organización de lucha. A pequeños grupos de anarquistas se debió el primer tipo de organización obrera de lucha contra el estado «el Sindicato anarquista»(3). Las primeras huelgas violentas, los ataques a la propiedad burguesa tanto del campo y en la ciudad, la educación proletaria antiestatal, escuelas obreras manejados por los primeros sindicatos maduro por lo menos una minoría activa proletaria muy clara en los sentidos de «Autonomía proletaria» y en las decisiones de clase. Sin embargo el sindicalismo tenia grandes limites políticos que mostraría muy pronto ante la modernización del estado es decir la modernización de la represión.

Podemos plantear que las acciones anarcosindicalistas tuvieron cierto éxito debido a la debilidad del estado civilista incapaz de un control político interno del país, que beneficiaba al imperialismo ingles y a los gamonales (la otra facción burguesa terrateniente) . Es así como el movimiento obrero sindical escalaría posiciones tras el uso de la violencia política colectiva , grandes huelgas y boicots, caracterizaron sus acciones, inclusive en el mundo campesino donde obreros anarquistas lograron difundir la utopía de la revolución comunista. Entre 1918 y 1919 serian los años cumbres de las acciones anarquistas y anarcosindicalistas, el presidente Pardo caería por el peso de ellas, pese a que saco a todo el ejercito y lleno de bloques de ametralladoras la ciudad de Lima ante la violencia imparable del proletariado que marchaba por las calles cantando la internacional, izando banderas rojas y enfrentándose al ejercito, tanto a si que los corresponsales extranjeros preveían una repetición de lo ocurrido en Rusia en 1917. Tal situación sin embargo desde el punto de vista proletario no prospero en 1919 Pardo representante de la burguesía terrateniente caía bajo golpe de estado planeado por Leguía (representante de la burguesía industrial nacional) apoyada por los EEUU.

Leguía adualaria al movimiento sindical en un primer momento puesto que gracias a sus acciones había sido desacreditado al civilismo. Una gran facción del movimiento obrero caería en el juego leguisita mostrando este sus limitaciones y su reformismo. Por ejemplo para la minoría activa anarquista especialmente para Delfín Levano las luchas de 1919 que lograron las 8 horas, no fueron la gran victoria que la historia tradicional habla sino una derrota, producto de la ruptura de la Autonomía proletaria en las luchas al inmiscuirse elementos reformistas (intelectuales y mutualistas) que apoyaban a Leguía y buscaban la pacificación de la violencia obrera frente a minoría obrera que buscaba expandir la lucha a niveles nacionales. El reformismo de la mayoría sindical haría eco a tales argumentos de paz logrando el estado ganar tiempo para la modernización de la maquinaria represiva con el apoyo de los EEUU. El sindicato en otras palabras mostraba su innato reformismo ante las victorias inmediatistas y escalonadas.

Asesores norteamericanos se encargaron de los proyectos de modernización del ejercito y la policía . Y al igual que en los EEUU cuya política represiva creo el FBI para eliminar las acciones comunistas anárquicas de la IWW en el Perú se creo la Policía de investigaciones, que se convirtió en la principal fuerza mimada por el gobierno leguiísta. La política de la soploneria se financio a todas sus hanchas, Las imprentas vigiladas, las asambleas sindicales, seguimiento personales etc. etc. etc. se amparaban ante el aumento de las intendencia policiales en todo el país especialmente en las zonas en que contaban con un número significante de obreros. Se logro de esta forma un cierto control político interno a fin de sofocar las revueltas violentas de los obreros organizados afianzado con lazos de asociación con el campesinado de la sierra.

A ello se sumo toda una política de control de las fronteras y de los correos a fin de detectar y destruir toda prensa u propaganda disociadora especialmente anarquista nacional e internacional, con ello también se limito la entrada a extranjeros afines alas organizaciones de lucha proletaria, con lo cual se logro detectar a los grupos anarquistas nacionales. Las cárceles se llenaron de presos obreros, otros perseguidos, deportados así como torturados. Y por otro lado el estado financiaba a las organizaciones mutualistas enemigas de la revolución proletaria.

Pero que pasaba? La s limitaciones de la política sindical en la cual cayo un gran sector de anarquistas al enfrascarse en este tipo de organización olvidando el papel de la «minoría activa» al margen del sindicato hacia posible la victoria del estado y con ello la critica a la violencia obrera desde el interior del proletariado . Poco a poco la represión al sindicato abrió el camino a los intelectuales pequeño burgueses como Haya de la Torre y Mariategui que haciendo gala del snobismo leninista y la pretendida revolución rusa ponían como ejemplo a seguir frente a los reveses de la practica anarquista. La utopía del comunismo anárquico fue de esta manera desplazado y el culto al partido único y al frentismo que dio vida la Partido socialista o comunista y a l APRA llenaron los espacios de dirección en el movimiento obrero. Con ello la autonomía proletaria si bien limitada por la estructura sindical se minimizo aun mas al subordinarse a partidos de pequeños burgueses radicalizados.

La represión estatal sin embargo no se paralizo, ella no puede parar, y es así que tras la dictadura de la democracia leguiísta apareció la dictadura del fascismo de Unión revolucionaria Sanchezcerrita que derroco a la anterior, pero esta vez desarticulada la minoría activa obrera, la represión caería sobre las clases medias politizadas como izquierdistas y demócratas (APRA y partido Comunista), es decir represión se convertía en una guerra entre capitalistas.

(1) entiéndase por comunismo como la libertad de lucha, el movimeinto real de destrucción de toda forma de estado y el capital. Comunismo como sinónimo de anarquismo y socialismo, en fin una unidad.

(2) el mutualismo fue una de las primeras formas de organización obrera pero sin ningún papel revolucionario. Se caracterizo por su filantropía en caso de enfermedad o muerte de los obreros. Por lo general asociadas a cofradías religiosas y apadrinadas por los dueños de los medios de producción artesanales. Su papel fue vital en el mundo popular como agentes del nacionalismo y patriotismo y el apoyo a caudillos políticos electoreros.

(3) El sindicato anarquista o anarcosindicalismo, Hace su aparición en el Perú en 1904 tras la fundación del Extraido de la pagina de: Autonomia (grupo punk rock – peruano)

Link: http://www.oocities.org/colmena01/autonomia.html

y la FORA argentina sirvieron de ejemplos para la materialización del anarcosindicalismo en el Perú frente al anarcocomunismo. Este planteaba convertir a los sindicatos en las únicas organizaciones de lucha proletaria y a través de ella crear un poder paralelo frente al estado a costa de victorias escalonadas tras huelgas violentas hasta el nivel coyuntural revolucionario de destrucción del estado, dando paso a la libertad comunista cuyas bases sociales y productivas de organización recaerían en los propios sindicatos.

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