Intelectual y político. Hijo de Francisco González de Prada y de María Josefa Ulloa. Bautizado como José Manuel de los Reyes, el futuro escritor nació el 5 de enero de 1844 y murió el 22 de julio de 1818. Luego de un período en el Colegio Inglés de Valparaíso (Chile), donde su padre se encontraba desterrado, cursó estudios en el seminario de Santo Toribio (1857-1859) de Lima. Sin embargo, rebelde ante la rigidez de aquel centro de formación, fugó para culminar estudios en el convictorio de San Carlos (1860-1862). Era aficionado a las ciencias, pero ante la presión familiar para que siguiera la carrera de Derecho, decidió dedicarse a la agricultura en el valle de Cañete por algún tiempo. Durante la guerra con Chile (1879-1883) se incorporó a la reserva, participó en la batalla de Miraflores (enero de 1881) y, ocupada Lima por los invasores, permaneció recluido en su casa. Indignado por la derrota y por las causas de la misma inició su vida pública como presidente del Club Literario (1885). A partir de aquel momento inició su alejamiento de los valores y principios de su clase, la aristocracia, primero en el orden religioso y poco después en el social e ideológico-político. Es también la época de múltiples discursos, como los pronunciados en el Politeama y en el Olimpo (1888), y artículos contra los vicios y la corrupción de la vida republicana hasta la formación de la Unión Nacional (1891), agrupación política de corte radical. Viajó a Francia por razones de salud de su esposa, Adriana de Verneuil, con la que había contraído matrimonio en 1887, y luego de siete años de permanencia en Europa regresó al Perú (2 de mayo de 1898). Continuó sus ataques contra la corrupción y la mediocridad, se apartó de la Unión Nacional por su alianza con los liberales, se presentó como opositor al gobierno de Nicolás de Piérola y fundó El Independiente (1899). Sus ideas anarquistas llegaron a los obreros en favor de una confraternidad universal y, cuando la indiferencia lo rodeaba, aceptó la dirección de la Biblioteca Nacional, vacante por la renuncia de Ricardo Palma (4 de marzo de 1912). La opinión pública censuró su aceptación, fue acusado de aprovecharse de la situación, ya que se encontraba distanciado del autor de las Tradiciones peruanas. Al asumir el cargo redactó una “Nota informativa acerca de la Biblioteca Nacional” que ningún diario capitalino quiso publicar, con excepción del periódico billinghurista La Acción Popular.
En 1914, con ocasión del golpe militar dirigido por Óscar R. Benavides que depuso a Guillermo Billinghurst, renunció al cargo, que le fue restablecido dos años después por el gobierno de José Pardo y Barreda. Un día de julio de 1918, cuando se aprestaba a acudir a su despacho en la biblioteca, falleció súbitamente en su domicilio.
González Prada se definió a sí mismo como “pensador libre”, adherente del positivismo y del progreso científico y técnico, lo cual explica la multiplicidad de temas que toca su obra: filosóficos, gramaticales, religiosos, políticos, entre otros. Impugnó la religión cristiana y a la jerarquía eclesiástica de su época; consideraba que muchos de los defectos del Perú republicano provenían de la dominación española; para él el indio no era inferior al blanco ni al mestizo y todo lo que requería era mejorar sus condiciones sociales y económicas y brindarle una educación capacitadora;
juzgaba vergonzosa la derrota ante Chile. Durante su etapa anarquista abrigaba esperanzas en la juventud peruana, estado de ánimo que fue diluyéndose en sus últimos años. Condenaba la propiedad privada, rechazaba la autoridad y el derecho establecido, prevenía contra el poder del Estado y pedía su extinción; exaltaba el socialismo libertario, el trabajo y el internacionalismo. Anunció la muerte del mundo burgués y la revolución proletaria mundial. Muchas de estas ideas
las planteó, también, en periódicos como El Libre Pensamiento que dirigía Christian Dam, órgano de la Liga de Librepensadores; La Idea Libre de Glicerio Tassara; y Los Parias, órgano que dirigió fugazmente. Al momento de su muerte, la obra édita de González Prada constaba sólo de dos recopilaciones de discursos y ensayos: Páginas libres (1894) y Horas de lucha (1908), y de tres libros de poemas: Minúsculas (1901), Presbiterianas (1909) y Exóticas (1911); el segundo de estos poemarios apareció en forma anónima.
Posteriormente su hijo Alfredo, su esposa, Adriana de Verneuil, y Luis Alberto Sánchez se ocuparían de publicar las ediciones ampliadas de algunos textos ya conocidos y otros títulos nuevos. En prosa: Bajo el oprobio (1933), Anarquía (1936), Nuevas páginas libres (1937), Figuras y figurones (1938), El tonel de Diógenes (1945). En verso: Trozos de vida (1933), Baladas pe-ruanas (1935), Grafitos (1937), Libertarias (1938), Baladas (1939), Adoración (1947), Poemas desconocidos (1973) y Letrillas (1975). Ortometría, apuntes para una rítmica es una obra de análisis literario y gramatical, que permaneció inédita hasta 1977. Entre 1985 y 1989 Luis Alberto Sánchez publicó la obra completa de Manuel González Prada en siete tomos.
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Extraido de: Grandes Forjadores – pag 190-191, Edicion 2008 (LEXUS EDITORES S.A. )
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