Resumen
Este breve texto trata del mensaje humanista, libertario y justiciero de M.G.P., anarquista pequeño-burgués.
Lo esencial del pensamiento de Manuel González es su mensaje libertario, que devuelve la dignidad del hombre y que puso al descubierto que nuestra pequeñez proviene de conceder al estómago la primacía sobre el corazón. Hoy más que nunca su mensaje sobre el desalojo del envilecido y cadavérico mundo burgués es más perentorio que nunca.
Prada es un político, un poeta, un filósofo, un ciudadano puntilloso, gran patriota, combativo escritor ateo, anarquista, anticlerical, antioligárquico y antimilitarista fue esencialmente un humanista.
Sin aquella fina y fiera sensibilidad humanista suya no seria posible concebir su combate contra todas aquellas fuerzas que oprimen la libertad del hombre. Aquella imagen romántica del Perú republicano sintetizada por Antonio Raimondi con su frase: «El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro» fue desplazada por la urticante frase pradeana: «En el Perú donde se pone el dedo salta la pus». Con M.G.P. la percepción que el país tenía de si mismo cambio. Sus lacras morales y materiales salieron a la luz. Su más alto mérito no es haber enseñado antagonizar razonando sino en haber corrido el velo de la miseria humana con Montaigne y Maquiavelo haciendo evidente que la cultura humana no tiene salida civilizándose sino moralizándose.
Para ello nuestro «Griego extraviado entre zambos» como lo llama Federico More, expondrá con una fraseología lapidaria cinco grandes ideas creadoras en en su libro Horas de lucha: (1) la misión propagandista e incitadora del intelectual revolucionario, (2) la alianza entre el intelectual y la clase obrera, (3) el imperativo de una revolución social antilatinfundista y antioligárquica, (4) el anticlericalismo contra el celestinaje de la curia romana, y (5) el desalojo del envilecimiento y cadavérico mundo burgués como requisito para regenerar moral e intelectualmente al país.
El radicalismo de estas tesis hizo que la oligarquía y el clero urdiera el mito de que fuera una nulidad, el anarquismo criollo háblese de un héroe sin defectos, los socialistas lo sindicaran como su mentor y profeta olvidado, y los comunistas lo vieran como precursor de Mariáteguí y patriarca de la revolución. Cierto que mientras no desaparezca la gangrena moral que corroe el Perú el odio a su obra y a su personalidad no se extinguirá.
En un país mimético desde la conquista de la originalidad anarquista de Prada es una excepción. Frente a un Vigil y un José Gálvez como auténticos representantes de la burguesía liberal criolla en violenta lucha contra la burguesía conservadora y su adalid Bartolomé Herrera, M.G.P. es consecuencia de una lucha de clases que quedó trunca y a mitad de camino. Tras los tira y afloja de constituciones liberales y conservadoras en 1850 con Castilla y Echenique, al final resultó un país andrógino que al no triunfar su sector liberal se quedó sin revolución industrial y anclado al gamonalismo feudal. Al Perú de 1850 le faltó una guerra civil, cruenta y la industrialización liberal. La derrota de 1879 evidenció todo el fracaso de un país que se quedó a medias por falta de radicalismo de sus hombres.
Este equilibrio de fuerzas sólo pudo romperse a favor de los liberales transitoriamente con Castilla, Leguía y Velasco, pero éste último subió al escenario cuando las fuerzas externas del imperialismo ya habían diseñado para nosotros un destino neocolonial y no industrial, Así con J. Velasco Alvarado sólo se pudo pasar del capitalismo semifeudal al capitalismo oligopólitico encabezado por el Estado y pocos grupos nacionales privados.
Prada encarna no sólo el fracaso del liberalismo plutocrático del S. XIX sino incluso del liberalismo oligopólico del S. XX en el Perú y del socialismo autoritario en el mundo. Como aristócrata venido a menos y burgués sin fortuna encarnó el descontento anarquista pequeño-burgués. Su desencanto por la incipiente burguesía nacional es notorio, desahucia el liberalismo por falta de liberales, condena el feudalismo retrógrada y clerical, y preconiza una revolución de los oprimidos contra los opresores.
Para Prada nuestra fealdad y pequeñez proviene de conceder al estómago la primacía sobre el corazón, los gobiernos saben que al asegurar la ración de pasto consigue del pueblo rocinante una mansedumbre evangélica, el fermento corruptor del hombre está en el hogar, matronas sanchopancescas crean seres glaciales y egoístas nacidos viejos, aplanadoras de toda dignidad e idea propia que ahogan todo impulso de erguirse moralmente apostrofándose el sonsonete «come y calla», el pueblo ayuna y calla sin averiguar el valor moral e intelectual de sus conductores (Bajo el oprobio, 1933), y sigue concluyendo en el mismo libro que en el Perú se vive una verdadera revolución, mandones semibárbaros, traidores y rapaces envilecen a todos con el servilismo y la resignación.
El mensaje humanista, libertario y justiciero de M.G.P. es lo esencial y permanente de su pensamiento, recuperando la dignidad del hombre la cual comienza con el desdén al poder y el ejercicio de la libertad de acción y pensamiento contra los gobiernos abusivos, Prada pertenece al futuro ácrata de la humanidad, de donde todos los individuos anden como él con gallardía y noble continente, posean la bondad del niño, la indulgencia del anciano, la serenidad, del cielo azul, la fortaleza de las montañas, la iracunda del rayo, y la eterna juventud de la energía del espíritu.
Abstract
Resumen
It is a brief paper on M. González Prada´s humanist, libertarian and justice´s message de M.G.P., an small-burgueois anarchist.
Gustavo Flores Quelopana, 26/01/93