Perú: «Las leyes antiterroristas limitaron el desarrollo de los grupos anarquistas»

Perú acaba el presente siglo bajo el signo del autoritarismo gálopante de un presidente que aplica con todo su rigor los preceptos del neoliberalismo más salvaje. El autogolpe que Alberto Fujimorí (alias «El Chino») perpetraría en 1992 le ha permitido, durante los 8 años siguientes, tener las manos libres para emprender toda suerte de medidas económicas antisociales y ejercer una feroz represión contra todo atisbo de activismo pólítico radical.

El resultado, transcurrido ese periodo, se traduce en que según las organizaciones de Derechos Humanos actualmente se encuentran privadas de libertad más de 1000 personas inocentes acusadas, en su momento, de vínculos conel terrorismo por unos tribunales militares cuyo único desvelo consistió en encarcelar opositores o simples sospechosos de serlo. La indiscriminada persecución le daría a»El Chino» sus frutos. Vale la pena que destaquemos esta declaración del ‘cabecilla terrorista maoista abimael guzman: «No hay que hacer caso de la propaganda anarquista que está apareciendo en algunos lugares»). Así, libres de estorbo, Fujimorí y su equipo se han entregado a la labor de exprimir a la población con toda clase de gravámenes a través de la SUNAT (lo que vendría a ser la «Hacienda» local). Siendo común en todo el país observar comercios cerrados con grandes cartelones de «clausurado» sobre sus puertas por no haber entregado el consiguiente recibo de venta a un cliente. El lema de la temida SUNAT es bien específico: «Cada día más cerca de Usted» Impuestos y más impuestos.

Pero a «El Chino» aun le quedaba una asignatura pendiente: la de suavizar la imagen de dictador que tenía interacionalmente. Con ese propósito ordenó recientemente (1999) la retirada de las bases militares que ocupaban desde 1991 los tejados de las universidades del país con el fin de «extirpar la subversión» de los jóvenes estudiantes. Una medida, entre otras muchas, que tan sólo persigue atraer al capital extranjero que ya empieza a establecerse con fuerza, destacando el español (Telefónica, BBV, Banco de Santander…) que imposibilitado para competir en Europa clava sus faucesen estas tierras (América en general). Un país, cuya población torea como puede los vaivenes económicos y el mesianismo de un presidente (cualquiera se cree el ‘mesías’ de los ‘problemas’) que, saltándose a la torera sus propias leyes constitucionales, pretendía aspirar a una nueva reelección. Ante tan sombrío panorama no faltan quienes apuestan por unos modelos organizativos más justos e igualitarios.

El Anarquismo en el Perú

Hacia 1870 ya se detectan militantes despotricando contra el Estado y el Capital en el Perú, pero no es hasta 1904 en que asomarán los primeros grupos decididamente organizados. En ese año se forma la Unión de Panaderos con clara influencia anarquista, convocandose la primera huelga en el siempre combativo puerto de El Callao. En 1906 aparece en Lima el periódico Humanidad y ya en 1910 el Centro Racionalista Francisco Ferrer editaría Páginas Libres. Tres años más tarde se declara la Huelga General dentro de la campaña por las ocho horas iníciada por la Unión de Jornaleros en la que tendrían destacada participación los anarquistas a través de sus grupos «Luchadores por la Verdad», «Luz y Amor» y los editores del más significativo periódico libertario peruano:La Protesta. Esta campaña iría consiguiendo sus objetivos por gremios hasta que en 1919, desbordado por el desarrollo y proporción de la lucha anarcosindicalista, el gobierno se ve forzado a establecer obligatoriamente la jornada de ocho horas diarias en todo el país.

El siguiente paso sería la creación del Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias persiguiendo la baja de precios en productos básicos, transportes e impuestos, dando lugar esta lucha a la aparición de la FORP (Federación Obrera Regional Peruana) que, de condición anarquista, conseguiría notables éxitos obreros. Destacados luchadores de esa época serian Delfin Lévano, Carlos Barba y Nicolás Gutarra entre otros. Aunque, sin duda, la figura más relevante y con mayor influencia en circulos obreros e intelectuales resultaría ser Manuel González Prada, cuya memoria es aún reivindicada por los activistas actuales. González Prada publicaría entre otros significativos textos: «Pájinas Libres» ( se escribe con ‘J’ adrede por el propio MGP) (1894) y «Horas de Lucha» (1908). A principios de los veinte aparece una nueva organización orientada por anarquistas: Unión de Trabajadores de Construcción Civil publicándose El Nivel y El Obrero Constructor. Son años en que la incesante actividad obrera sufrirá la respuesta represiva del gobierno,de los comunistas(José Carlos Mariátegui y de los apristas (APRA)tanto en las universidades como en los gremios. Se decomisan las imprentas, se cierran los locales y se acaba con buena parte de la infraestructura de un movimiento en el que los anarquistas eran mayoría asesinando a muchos de sus miembros. La ciudad de Trujillo vivirá todavía un levantamiento auspiciado por jornaleros anarcosindicalistas, de cuyo protagonismo se adueñaría hasta el día de hoy (incréíble) el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana partido de corte social demócrata miembro de la tercera internacional socialista) ya conformado como partido*. Víctima de la represión y desvirtuado por los incipientes partidos políticos, el movimiento obrero perdería la fuerza adquirida fundando algunos de los supervivientes la Federación Anarquista del Perú a través de la cual se mantendría vivo, aunque ya de forma mucho más minoritaria, el pensamiento libertario, reeditando durante dos años La Protesta y publicando documentos sobre el anarcosindicalismo en el Perú hasta que desapareciera en los anos sesenta.

Tiempos Modernos

La actividad libertaria no reaparece concretamente (en 1984 aparce aparce un brote pero es opacado por Sendero Luminoso)hasta finales de la década de los 80, momento en que asoman en Lima grupos de carácter musical con ciertas inquietudes políticas. Serían las primeras expresiones del llamado «Rock Subterráneo» (movimiento punk), movimiento que tiene muchas connotaciones con el punk. Estos grupos irán adquiriendo mayor politización con el tiempo pasando el aspecto musical a un segundo plano, dejando de ser un fin para convertirse sólo en uno de los medios posibles. En esta época las guerrillas (MRTA y Sendero Luminoso) captarían, gracias a su mayor propaganda y mejores infraestructuras y preparación, a militantes de entre los simpatizantes libertarios de ese movimiento cayendo así ,luego bajo la ley antiterrorista casi todo un movimiento de lucha autónoma y anarquista.

Las leyes antiterroristas limitarían también en buena medida el crecimiento y desarrollo de esos grupos ácratas produciéndose además entre estos cierta autolimitación con el fin de no ser identificados con los grupos armados. Esto ha ocurrido hasta el agosto del 2000 En 1989 se crea la CAJA (Colectivo de Juventudes Autónomas) que reune a muchos de los integrantes del llamado «Movimiento Subterráneo» y que sin ser abiertamente libertario (aunque con anarquistas y/o autónomos en su seno) tendría una vida efimera. A principios de los noventa aparecen nuevos militantes que ya no parten de esa base musical que junto a los que ya habían evolucionado desde el rock subterráneo crearán grupos más definidos, teniendo gran influencia sobre ellos la propaganda libertaria que, principalmente de España, les llegaría desde fuera. Surgen, siempre en Lima y Arequipa, muchos colectivos como Autonomia Proletaria y Colectivización Autonomía Proletaria centra su trabajo en el campo anarcosindicalista, aunque ya no vea en él un arma tan efectiva como antaño. Realiza una labor de divulgación entre los trabajadores editando una publicación que lleva por título el nombre de la organización, comentando a través de ella todo lo relacionado con la lucha sindical tanto peruana como internacional. En 1996 cambiarán su nombre por el de El Obrero al sentirse sus miembros vigilados y vistos como «elemento extrano» por parte de aparatos políticos.

Fuera de la capital y empezando por el norte encontramos representación libertaria en Piura con el colectivo Reconstruir y la publicación El Inconforme, además de fanzines y bandas musicales «subterráneas». En Huánuco grupos ecologistas distribuyen material alternativo y libertario mientras que en Huancayo flinciona Proyección Popular y se publica el fanzine Reacciona que ya va por el número 12.

Al sur, en Arequipa está La Lucha y sale a la calle la revista Yaiyarguarta, que en lengua quéchua quiere decir «la sangre del pueblo», con alguna de sus páginas en esa lengua haciendo recordar el trabajo que la Federación Obrera Regional Indígena del Perú realizaría allá por los años 20-30 sirviendo de nexo entre el anarcosindicalismo peruano y el movimiento indígena campesino de esa zona sur del país. En Arequipa también son numerosas las bandas musicales y lós fanzines contestatarios. Y ya en el Cuzco, la antigua capital de los incas, encontramos el MAP (Movimiento Anarquists del Perú) que más que un movimiento se trata de un pequeo colectivo editor (3 ó 4 personas) de una publicación del mismo nombre.

Toda una amalgama de grupos y publicaciones que tratan de coordinarse y lograr una mayor efectividad pero que se enfrentan a no pocos obstáculos. Se editan revistas de igual nombre y vincula sus actividades a los ambientes universitarios, realiza balances históricos y sociológicos sobre la actuál coyuntura peruana planteando las ideas libertarias con intención renovadora. Avancemos por ejemplo , es un colectivo que pretende trascender el aspecto musical que aún rodea a parte de los simpatizantes llevando la discusión al terreno más político. Realizan conciertos, charlas, debates y otras acciónes cuyos beneficios se revierten en la organización de nuevas actividades. Avancemos se convertirá poco después en la Coordinadora Sonidos de Acción, agrupación que busca ser núcleo de un movimiento que de forma autónoma se extienda por diferentes barrios de Lima y otras ciudades. La Coordinadora imprime las publicaciones Barricada y Despiert@. Otros colectivos son Cambio Radical (que actúa en la zona norte de la ciudad) y el grupo lkaria que reivindican un anarquismo «nihílista». Existe una gran profusión de fanzines (Buscando un camino; Cultura, y un largo etc.) y de grupos musicales que simpatizan con las ideas, entre estos ulfimos destacan Autonomía ( de quienes ya hbrán leído algo), Generación Perdida, Al Margen de la Ley, Lanza Llamas ,etc. Desde las universidades se vienen organizando por parte de estudiantes con inquietudes diferentes charlas sobre la Historia del Movimiento Obrero, González Prada y otros temas con participación de cómpaneros libertarios. También hay simpatizantes entre activistas de los derechos de los animales que periódicamente organizan campañas contra las corridas de toros y por la liberación animal.

Toda esta actividad límena no es extraño que venga siendo realizada por parte de personas que se repiten en varios colectivos por lo que no podemos hablar de una cantidad ingente de militantes. El «Fujimorazo» de 1992 obligaría a los compañeros peruanos a tomar sus precauciones. Los anarquistas están catalogados según las leyes represivas peruanás como «terroristas independientes» al no encajar en los «terrorismos» tipificados, algo que puede conllevar rigurosas condenas carcelarias. Así los libertarios locales se ven forzados a cambiar sus lugares de reunión, a ser discretos cuando hablan de anarquismo, a cambiar de nombre de las publicaciones cuando consideran que empiezan a ser detectadas y otras medidas en el mismo sentido. Otro grave problema es la falta de locales donde reunirse,teniendo que hacerlo en ocasiones en lugares públicos llamando una atención indeseada. Más recientemente también sufren el «acercamiento» de los hasta hace poco marxistas, leninistas, maoistas, etc. con el fin de sacar un rendimiento político a su trabajo y de las ideas libertarias en general. A pesar de las evidentes dificultades, los compañeros peruanos son optimistas en cuanto a su trabajo y esperan llevar adelante las ideas que consideran más justas.

Ediciones musicales Perú

Nota *El Aprismo se caracteriza en esa época por el aprovechamiento de la figura de Gonzalez Prada y de las ideas anarquistas en su discurso, sirviendo como agente ‘degenerador’ del movimiento obrero. En tiempos más cercanos ha protagonizado escandalosos actos de corrupción (como bajo el gobierno del Aprista Alan García) y en la actualidad algunos de sus integrantes colaboran con el gobierno Fujimori.

sacado de: http://lahaine.org/internacional/lasleyes_peru.htm

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Hechos Y Figuras Del Anarquismo

Son muchos los intelectuales que han analizado el anarquismo en el Perú como un fenómeno ideológico e intelectual que se incorporo a nuestro desarrollo histórico a partir del Positivismo y el cientificismo de fines del siglo XIX. Así, Augusto Salazar Bondy, Beatriz Benoit de Velazco y David Sobrevilla, no logran acercase a la realidad de los hechos, al tratar de circunscribir el anarquismo a un circulo de personas ilustradas llegadas desde Argentina o Italia, además de reconocer solo a Manuel González de Prada y Ulloa como único anarquista peruano. Estos intelectuales cumplen un objetivo de la clase burguesa: mentir. Por el contrario de lo que piensan, proponen y difunden, el anarquismo en el Perú presentó una acción social de lucha y cambio muy importante.
Más allá de la obra creadora e iluminadora de González de Prada, se encuentran los trabajos y las acciones de cientos de hombres y mujeres peruanas que lucharon desde el anarquismo y las clases trabajadoras proletarias con la aspiración de construir una sociedad distinta al capitalismo liberal e imperialista.

El compañero Delfín Lévano, leyendo La Protesta

Sobre Manuel González de Prada se ha escrito mucho, desde los infantiles e inútiles trabajos de L. A. Sánchez, Hugo García Salvatecci y Haya de la Torre. En estas líneas presentamos a otros personajes.

Esther del Solar, mujer obrera que en la huelga de 1914 asumió la función de recaudar fondos en Lima para proveer de alimento a las familias obreras, además de agitar a los trabajadores de los mercados. Junto a ella participo Maria Rodenes, mujer proletaria que activó círculos de resistencia. Mujeres lúcidas que comprendían que la lucha de la mujer es contra el capitalismo explotador y no solo contra sus maridos.

Eulogio Otazu es otro anarquista importante. En 1911 convoco a un paro general en solidaridad con la huelga de artesanos; esto demuestra su gran identidad y conciencia de clase proletaria contra la burguesía. El paro general fue combatido-como siempre- con la detención de los dirigentes Justo González, Celso Chirinos y Arturo Salazar. Entonces Otazu tomó la dirección del movimiento y logró la libertad de sus camaradas de trabajo, además de conseguir que el Estado atienda los reclamos de los artesanos trabajadores. Trabajadores e intelectuales como Juan Tassara, Adolfo Saurre, Pietro Ferrari, Diego Uribe y Francisco Loayza practicaron la poesía como un medio para la denuncia, el esclarecimiento y la agitación social, publicando bellos poemas sociales. Francisco A. Loayza, además, publico el semanario FRAY K. B. ZON entre 1906 y 1910 y su folleto titulado LLAMARADAS fue publicado por la imprenta proletaria.

Un personaje importante que trabajó intelectualmente para el esclarecimiento del proletariado norteño fue Julio Reynaga, trabajador chalaco que llego a Trujillo a fines del XIX y rápidamente se incorporo a las luchas de los trabajadores cañeros de las haciendas norteñas. Junto a Tomas Morales-otro esclarecido camarada anarquista- fundó la Liga de Artesanos y obreros del Perú en 1898 sufriendo persecución y cárcel por esta acción. Desde las páginas de LA ANTORCHA, Semanario órgano de la clase obrera, ambos instruyeron a los proletarios en la idea que solamente la organización sindical y las luchas permitirían al trabajador su libertad y la construcción de una sociedad distinta y opuesta a la capitalista explotadora. En 1904 Reynaga y otros redactores de LA ANTORCHA – como Rivadeneira, Tremann, Caypo, Mendoza, Huapaya y Márquez- fueron detenidos por la policía trujillana, pero esto determinó movilizaciones en todo el país exigiendo la liberación de los trabajadores detenidos.

Jesús Riera era otro trabajador anarquista que mantenía correspondencia con camaradas catalanes y desde Barcelona recibía gran cantidad de publicaciones: libros, folletos, periódicos, revistas y diarios que hacía circular entre los trabajadores textiles de la fábrica de La Victoria, siendo expulsado por los gerentes ingleses al tener conocimiento de sus acciones de clase. Young Montoya fue otro luchador libertario responsable de la publicación de EL LIBERTARIO. Carlos Barba, Adalberto Fonken, Alberto Ghiraldo, Ángel Falcón, Antonio Zozzala, Ismael Gacitúa, Gumersindo Calderón, Juan Manuel Carreño, Leopoldo Urmachea, Pedro Biasseti, Carlos Ugarte, Ángel Origgi Galli, Alfredo Baldessari, Santiago Tohmson, Manuel Pedraza, Agustina Aranibar, Miguel Pasquel, Fidel de la Sota, Nicolás Gutarra, Germán Guillinta, Nicanor Alegre,… son muchos los hombres y mujeres, camaradas anarquistas, que desde las ideas y la acción, lucharon contra el capitalismo explotador, pero cuya memoria la historia y los historiadores burgueses formados en universidades burguesas intentan sepultar para inventar otra funcional a los intereses de la burguesía y en contra del proletario y de las masas populares.

PRENSA OBRERA; PRENSA DE CLASE Y ESCLARECIMIENTO

La vieja aristocracia colonial y la burguesía eran clase sociales que a inicios del siglo XX monopolizaban la información periodística controlando la prensa. Diarios como El Comercio, La Prensa y la Crónica respondían al interés de estas clases, desinformando sobre las causas reales de los desórdenes sociales y construyendo un discurso político e ideológico favorable al capitalismo explotador. Pero los camaradas anarquistas también tenían la capacidad intelectual y la fuerza material necesaria para mantener sus propias publicaciones, alternativas y contrarias a la prensa burguesa. Surgió así la Prensa Obrera, en realidad una prensa de clase y de esclarecimiento.

Pedro Pablo Astete y Manuel González de Prada y Ulloa iniciaron la publicación de Los Parias en 1904, alcanzando una tirada de tres mil ejemplares hasta 1909. En sus páginas buscaron difundir las bases ideológicas del anarquismo y la importancia de la organización sindical para forjar luchas y lograr conquistas para el proletariado. El Centro de Estudios Sociales 1º de Mayo inicio en 1907 la publicación de El Oprimido, que se prolongó hasta 1909. En sus páginas destacan artículos de Julio Reynaga, Ismael Gacitúa y Manuel Caracciolo Lévano. Luisa Bustencio y Carlos Ugarte publicaron en 1905 Simiente Roja, publicación eventual de ideas ácratas.

En 1911 el grupo Luchadores por la Verdad, inicio la publicación de LA PROTESTA, quizás la publicación anarquista más importante realizada en el Perú.

En La Protesta se trataron una diversidad de temas que iban desde las bases ideológicas y programáticas del anarquismo hasta el desenmascaramiento de la política de la burguesía y del Estado. Además difundieron textos de los clásicos como Bakunin, Kropotkin, Malatesta, Anselmo Lorenzo, etc., así como informes editados por la prensa obrera y anarquista de los camaradas españoles-catalanes, madrileños y vascos-, argentinos, italianos, uruguayos y otros. Es decir, a través de sus páginas, sus lectores- la mayoría proletarios- pudieron experimentar un proceso de esclarecimiento ideológico muy elevado, importante para las luchas que luego realizaron. Formalmente se conoce que La Protesta se publicó hasta 1921 pero, posteriormente otras agrupaciones han publicado bajo el mismo nombre diferentes periódicos. (1)

La Federación Obrera Regional Peruana (FORP) inició en 1921 la publicación de El Proletariado. Publicaron en sus paginas Delfín Lévano, Eulogio Otazu, Gumersindo Calderón, Pedro Ulloa, Jesús Farfán, Fausto Posadas y Enrique Paredes, la mayoría reconocidos anarquistas, dirigentes sindicales y lúcidos intelectuales. Esta práctica real del proletariado a través de las publicaciones rompe con los ideales conservadores de la burguesía, que sostiene existen trabajadores manuales y trabajadores intelectuales, afirmación reaccionaria y retrógrada que quedaba superada en la práctica misma por los camaradas anarquistas. Delfín Lévano, por ejemplo, era un obrero panadero que a la vez era redactor en La Protesta y El Proletariado; él es un ejemplo de que las posibilidades de liberación de la clase están en la propia clase obrera, y de que es el proletariado el portador de la única verdad social.

ARTE PROLETARIO

En las diferentes publicaciones anarquistas siempre hubo un espacio para las diferentes creaciones artísticas de los propios trabajadores. Los textos eran acompañados de hermosas xilografías que representaban a la libertad , a la clase proletaria y la lucha del pueblo por su liberación. Además, se respetaron espacios para la creación poética de los propios trabajadores; los trabajadores poetas tomaron las formas poéticas de los cánones literarios impuestos por la burguesía, pero el contenido fue transformado totalmente, es decir, mantuvieron la forma pero cambiaron el fondo.

A. Ormeño Bernales escribió en 1905 (Los Parias Nº 14): “Llegó la hora de romper las vallas/llegó la hora de cambiar de senda/de abandonar las torpes tradiciones/que ignorancia y mentira solo encierran”. En 1901 Miguel Pasquale publico “por caridad, señor, clamo angustiada/tenedme compasión; agonizante/se halla mi padre anciano, en este instante/y no hay lumbre ni pan en mi morada” (La Idea Libre Nº 64). Pietro Ferrari en 1911 publico: “Avanza, avanza; oh, pueblo ya cansado/gente triste y proscrita/para tí, mas fecunda que el arado/rugió la dinamita”. (La Protesta Nº 2). Estos son unos pocos ejemplos de la poesía proletaria y anarquista que se produjo en el Perú a inicios de siglo XX, pero que aun no ha sido suficientemente estudiada por los investigadores e intelectuales de la burguesía, quizá por el temor de reconocer su gran nivel académico a pesar de haber sido escrita fuera de las paredes de las universidades burguesas.

En 1911 los trabajadores de Vitarte formaron el Centro Artístico de Vitarte a iniciativa del camarada Carrera, quien reunió a otros camaradas anarquistas como Fernando Borgas y Nemesio Chevez. Posteriormente Adalberto Fonkén y Noé Salcedo le cambiaron de nombre por el de Centro Artístico Nueve de Enero, fecha en que el obrero Videla murió baleado por la policía durante una huelga. Este centro artístico aglutinó trabajadores de la textil Vitarte, quienes luego de largas jornadas de trabajo (de hasta 16 horas diarias) ensayaban en su estrechos cuartos dentro de la fábrica. Primero representaron El Cristo Moderno pero, en la primera función los actores fueron apresados. El pueblo de Vitarte asistió en forma masiva a esa primera y única función. Libres los trabajadores y con la incorporación de Lino Larrea y Adalberto Benítez se presentaron en Lima, poniendo en escena La Hoguera, siendo catalogados de profesionales por compañías de actores formados teatralmente en centros académicos. También representaron Juan Ose, de Joaquín Dicenta, que termina cuando el trabajador vence al patrón que se insinuaba a la esposa del primero. Eran obras de gran contenido social que representaban la lucha de clases en toda su extensión.

Se realizaron gran cantidad de veladas artístico-literarias donde eran los propios trabajadores quienes exponían ante auditorios colmados de trabajadores. La música fue otro aspecto desarrollado en estas funciones. Los ritmos eran el valse criollo, la polka, el yaraví, el one step y el fox-trot, muy de moda entre las clases populares urbanas; pero las letras eran de una fuerte denuncia social contra el capitalismo explotador, el Estado represor y la burguesía hambrienta de la sangre del pueblo y de sus hijos mas destacados: LOS ANARQUISTAS:

LUCHADORES ANARQUISTAS DE SIEMPRE

Los anarquistas participes de las gloriosas jornadas de lucha por las ocho horas continuaron durante largo tiempo con la trayectoria de sus compañeros de los años 1910 – 1925, manteniendo su ideales y acciones para construir una nueva sociedad libre de las cadenas del salario impuestas por el gran capital y el Estado, que esclavizan a los seres humanos estableciendo entre ellos las categorías de gobernantes y gobernados. Los datos sobre los anarquistas de esos años los hemos obtenido de periódicos, revistas, boletines y recuerdos de compañeros. Extraemos algunos de los nombres de estos magníficos combatientes por la revolución, que a continuación presentamos para que sirvan de ejemplo en la marcha por la redención social. Ellos son, entre muchos otros:

El compañero Víctor Serna, uno de los componentes de la Federación de Zapateros, organización en la que combatió por el establecimiento de las ocho horas. El compañero Serna fue uno de los detenidos por la represión burguesa con motivo de las jornadas por el abaratamiento de las subsistencias en el año 1919, siendo puesto en libertad por presión de las organizaciones proletarias. Posteriormente fue él uno de los fundadores del barrio Leticia, en el cerro San Cristóbal (Rímac). Imbuido de sus ideales libertarios, animaba la organización de este barrio para que sea autogestionario y decía que “no debería haber en él, ni comisaría ni iglesia”; todo esto por el año 1930. Con el tiempo se afincó en Magdalena del Mar, en la octava cuadra del jirón Leoncio Prado, donde trabaja como zapatero en un garaje. Siempre inquieto por las reivindicaciones sociales, organizó un sindicato de inquilinos en Magdalena y también difundía el periódico LA PROTESTA, en el año 1946. Este compañero falleció en el año 1947.

En la consecución de las actividades libertarias, entusiastas compañeros pro- siguieron los ideales de González Prada y se agruparon para organizarse y difundir la lucha contra la sociedad burguesa y los estragos que produce su accionar.

En el año 1973 trabajaron en un grupo libertario de San Martín de Porras varios compañeros, siendo el compañero Benavides el más animoso en su constitución. Este compañero difundía la prensa anarquista, pues él había tenido la casilla del correo de Lima (central); obtuvo la llave del compañero Wenceslao Zavala, que había fallecido en el año 1961. La revista que difundía era TIERRA Y LIBERTAD, de México. Benavides murió en el año 1974.

El grupo de San Martín de Porras tenía como militante al compañero Jacinto Ramírez, quien venia a las reuniones desde Huaraz. Era un compañero muy culto e informado de los ideales anarquistas; él vivía en la Calle Derecha de Huaral; tenía una buena biblioteca anarquista.

También habían compañeros españoles con los que teníamos contactos indirectos, tales como el compañero Axbuque, que era refugiado de la España franquista; él había tenido una actuación expectante en el año de 1934 en la revolución de Asturias contra el estado republicano burgués, habiendo sido sentenciado a muerte, por lo cual fugó a Sudamérica. Este compañero posteriormente fue expulsado del Perú por ser ilegal.

Otro compañero español fue Enrique Díaz, combatiente durante la guerra civil española en la columna de Durruti. Durante el sitio de Madrid luchó en los predios de la Ciudad Universitaria de Madrid; en Lima trabajaba en la cuadra catorce de la avenida de Manco Cápac (La Victoria) en un negocio que él regentaba. De él no se ha sabido más. (2)

Otro que era de la organización era el compañero Bermeo; este compañero nos contaba cómo, mediante una serie de vicios, se había formado la CGTP, traicionando a la organización proletaria de la Federación Regional del Perú cuando los anarquistas eran perseguidos por el gobierno de Leguía. También se guarda recuerdo del compañero Víctor Laysequilla, artesano, sastre, antiguo luchador que por sus actividades anarquistas e ideales fue deportado a la Argentina, teniendo contacto con la F.O.R.A. Posteriormente regresó al país; recibía publicaciones anarquistas que le llegaban de Francia, España y EEUU y que luego él difundía.
Para todos ellos y muchos otros que seria largo mencionar va nuestro homenaje y estas palabras de Manuel González Prada:

Los individuos que defendieron sus ideales, que no se dejaron absorber por la multitud ni gobernar por las autoridades, se levantan y brillan en la historia de los pueblos como bienhechoras columnas de luz en medio de la noche.

ANARQUISTAS EN PIE DE LUCHA.

2004: ¡Continuamos en la lucha!

Notas.
1- De buena fuente sabemos que La Protesta era distribuido aun en 1935 en Pueblo Libre. Hasta 10 años después habían “Círculos Libertarios” que conmemoraban el aniversario del nacimiento y muerte de Manuel González Prada, y en los 50`s/60`s –y mas aun con el “reverdecimiento” que para las ideas anarquistas significó el mayo 68 francés- era común oír hablar de “libertarios” involucrados o bien en la resistencia insurreccional contra el gobierno militar, o bien en las experiencias cooperativistas inauguradas por aquellos años. Todos estos esfuerzos –pequeños si bien significativos- comenzaron a venirse abajo cuando el velascato, en reacción a la huelga policial del 72, anuncio que toleraría la franela del PCP, mas no la ANARQUIA. El golpe del gorila Morales Bermúdez acabo con todo ello….en apariencia. [subir]

2- El año 1991 visitamos en su departamento de San Felipe al Dr. Jorge Jurufe, quien –siendo estudiante de medicina en Madrid el año 1936- fue testigo del heroico develamiento del levantamiento militar por las milicias anarcosindicalistas y participo junto a ellas en mas de una campaña. Pronto publicaremos su valiosísimo testimonio.
en reacción a la huelga policial del 72, anuncio que toleraría la franela del PCP, mas no la ANARQUIA. El golpe del gorila Morales Bermúdez acabo con todo ello….en apariencia.[subir]

de: La Protesta, Publicacion Anarquista – Primavera del 2004 Nro.03 Lima-Perù

http://www.laprotesta.freeservers.com/

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Horas de lucha: Manuel y Defín Lévano en el recuerdo

Manuel y Defín Lévano en el recuerdo. Acaba de aparecer La utopía libertaria en el Perú (Fondo Editorial del Congreso), que recoge el espíritu de los obreros anarquistas de inicios del siglo XX, padres de la lucha por las ocho horas de trabajo. Conversamos, con César Lévano, uno de sus autores y nieto e hijo de estos pioneros.

1901. El siglo veinte se inicia en Lima con una huelga de panaderos. La ciudad acostumbrada al consumo de pan (en una panadería popular de la época se podían encontrar hasta trece variedades), siente la pegada. A partir de entonces se sucederán diversas paralizaciones en 1904, 1905, 1912, 1918 hasta la consecución de la jornada de las ocho horas de trabajo en 1919. Los gestores de estas luchas fue un grupo de obreros panaderos olvidado por la historia oficial, que sin embargo logró organizar a los diversos sindicatos de Lima y otras ciudades alrededor de las ideas anarquistas de Manuel González Prada. Eran tiempos difíciles. Estos hombres tenían que trabajar de noche, de doce a quince horas, en condiciones paupérrimas, y su despido dependía más o menos del humor del capataz de turno. Aún así se dieron tiempo y maña para organizar a los dispersos gremios obreros, escribir artículos, editar periódicos, animar veladas sindicales y fundar centros culturales en Barrios Altos, La Victoria, Vitarte y otros barrios de la ciudad. Dos de las cabezas visibles de este movimiento fueron Manuel Caracciolo Lévano Chumpitás y su hijo Delfín Lévano, ambos, ahora, rescatados del anonimato por un libro que recoge de primera mano la historia del anarcosindicalismo peruano.

El volumen es una compilación de discursos, artículos, manuscritos, conferencias y material poético y en prosa del movimiento y su coautor -junto a Luis Tejada- es el periodista y profesor universitario César Lévano, hijo y nieto de estos dos pioneros.

De voz sosegada, pero vigorosa, Lévano siente que ha pagado un tributo personal e histórico, pues el libro no es solo un relato intimista de dos luchadores sociales, sino también una fuente indispensable para los historiadores, quienes, en adelante, no podrán eludir los hechos que aquí se narran. «Para mí ellos son como los Guamán Poma del movimiento obrero inicial», dice.

¿El libro es una recompensa histórica de los obreros anarquistas de inicios del siglo XX?

El movimiento anarquista peruano tiene como maestro a Manuel González Prada. Ese aristocratismo que se le reprocha a González Prada no es cierto. Él iba al callejón donde yo nací (jirón Mapiri, hoy Aljovín) a visitar a mi padre. Esa fue la gran influencia ideológica de ellos. Él les enseñó, sobre todo, que las reivindicaciones sociales no servirían de nada si el trabajador no tenía un afán por la cultura y la dignidad. Y no solo el trabajador de la ciudad, sino también el indio y el campesino. Hay huellas del trabajo de los anarquistas en Lima, Trujillo, Chiclayo, en la sierra central, Cusco, Puno. Es evidente que este movimiento ayudó al nacimiento del Apra y del Partido Socialista de Mariátegui y también fue fuente del indigenismo de los años veinte en el Cusco, muchos de sus miembros eran ex anarquistas o anarquistas.

El movimiento tenía como padres intelectuales a los anarquistas rusos.

Yo creo que la mayor influencia no fue Bakunin, sino Koprovski, el príncipe ruso. Pero a diferencia de los anarquistas de otras partes, que eran violentos, ellos nunca incidieron en un acto terrorista, nunca pusieron una bomba ni mataron a un gobernador, ni a un presidente, jamás. Su interés mayor estaba en organizar el movimiento obrero, después buscaban la reivindicación social y un componente importante de su discurso fue su vocación de cultura y su sentido de lo nacional. Luego, tenían un sentido ético y moral muy grande y el valor que más proclamaron fue la solidaridad. En el pabellón de los tejedores de Vitarte está la palabra «Solidaridad», que según me contó Héctor Merel, un vitartino de la época, fue puesta por mi padre.

Ochenta años antes de Walesa.

(Risas). Sí, pues. Ese sentido de la solidaridad y desde luego su apartamiento de la política. Hasta el último, ellos no creían ni en el aprismo ni en el socialismo. Creían más en una especie de utopía libertaria, que el movimiento obrero podía hacer colapsar al capitalismo, sin la ayuda de ningún partido.

Una aclaración importante del libro es sobre quiénes fueron los gestores de la jornada de las ocho horas, ¿Haya no fue el padre de la idea como muchos piensan?

En el libro se recoge el discurso de mi abuelo del 1 de mayo de 1905, donde él plantea la conquista de las ocho horas. También se reproduce el fragmento del estatuto de la Federación de Panaderos La Estrella del Perú y ahí dice con mucha claridad, «luchar por las jornadas de las ocho horas». Ellos comenzaron esas luchas. En 1917, en Huacho, hubo una matanza terrible (150 mujeres), cuando las fuerzas del Estado reprimieron una movilización de campesinos que reclamaban las ocho horas de trabajo, y en esa época el señor Haya de la Torre todavía no había venido a Lima.

Sobre la actividad cultural de los anarquistas, siempre me causó impresión cómo, siendo obreros, podían tener ese gusto por el teatro, la poesía, incluso la ópera.

Lo interesante es que tanto el Centro Apolo (creado en 1906) como el Teatro de Vitarte eran de obreros. Ellos ponían obras teatrales de Florencio Sánchez, quien es hasta ahora el mayor autor teatral que ha dado América Latina, y quien creó la obra El canillita, nombre con el que desde entonces se conoce a los vendedores de periódicos. Ellos hacían adaptaciones de obras de Tolstoi, y si uno piensa ese era el mejor teatro de Lima en ese momento, interpretado por hombres y mujeres trabajadores. Hay una entrevista que le hacen a Carlos Revolledo, el actor teatral de la primera mitad del siglo XX, y él contaba que se inició en el grupo teatral obrero y que hacían teatro de la calle, imagínate cien años antes.

¿Cómo eran estas jornadas culturales?

Eran veladas. Hacían el programa en los capillos de bautizo, y uno se asombra de lo que ahí se anunciaba: se cantaba la internacional, que era el himno de los trabajadores, después alguien recitaba, otro cantaba un aria de ópera, algo increíble. Y después, venía la fiesta propiamente dicha. Los sindicatos eran movimientos sociales y culturales.

Cuando salió Horas de lucha, el libro de González Prada, se hizo una gran velada para recibirlo.

Sí, pero la más importante fue la del 1 de mayo de 1905, cuando González Prada pronunció su discurso El intelectual y el obrero, un acto decisivo en el sindicalismo peruano, que tuvo un peso y una trascendencia enorme. En esa misma ceremonia mi abuelo pronunció el discurso donde reclamaba por las ocho horas de trabajo. Ambas intervenciones fueron publicadas en La Prensa, el 2 de mayo de 1905.

El libro también recoge importante material en prosa y en verso y muchos textos son firmados por Lirio del Monte, ¿quién era este personaje?

Era mi padre. Se llamaba Delfín Amador Lévano Gómez y a veces firmaba como Amador Gómez. Mi abuelo también firmaba a veces como Manuel Chumpitás o Comnalevich. Pero normalmente mi padre era más literato.

Ahí se recoge el cuento Noche de Navidad, que es un relato áspero, de gran intensidad, y que denota, además, el nivel cultural de su autor. Pocos podrían pensar que se trataba de un trabajador panadero de entonces.

Sí, cuando estábamos armando esta edición, Rafael Tapia, (del Fondo Editorial del Congreso) se sorprendía de la energía de estos hombres. Tenían un estilo de luchadores, que entregaban el alma, aunque siempre eran equilibrados emocionalmente.

¿Y cómo se fue apagando el movimiento?

Surgió la división, y al mismo tiempo fue emergiendo el aprismo y después el socialismo. Pero también hubo una represión muy fuerte durante el gobierno de Leguía y después durante las dictaduras de Sánchez Cerro y Benavides. Entonces, quedaron los apristas y comunistas, que tenían ideas más modernas. Pero se perdió ese sentido del sindicato como instrumento de cultura. Ahora para el 1 de mayo hay sindicatos que organizan bailes, juegos de fulbito, y ni se acuerdan el significado de esta fecha.

periodico: El Comercio

http://elcomercio.pe/EdicionImpresa/Html/2006-06-16/impDominical0524582.html

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Intervención de César Lévano: en la presentaciòn del libro “La Utopìa Libertaria en el Perù”.

De El Intelectual y el Obrero
al Obrero Intelectual

Intervención de César Lévano
EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LA UTOPÍA LIBERTARIA”.

(El 28 de abril de 2006, en el Auditórium de de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú)

El libro que hoy se presenta aporta sorpresas. En primer lugar, que a la serie Pensadores Peruanos editada por el Fondo Editorial del Congreso se incorporan los escritos de dos obreros panaderos, de esos que trabajaban doce horas diarias y de noche. Esa sorpresa encierra otra: Que el Fondo Editorial haya tenido la audacia, aparte de la lucidez, de editar estos trabajos, algunos de los cuales estaban en manuscritos en lápiz tinta y podían perderse para la memoria colectiva.

Otra sorpresa: que el libro lo presenten la Confederación General de Trabajadores y la Federación de Trabajadores en Construcción Civil. Debo empezar por agradecer a quienes han permitido esas sorpresas. La doctora Martha Hildebrandt, presidenta de la Comisión de Cultura del Congreso, y el historiador Rafael Tapia, director del fondo Editorial de esa institución, son merecedores de un reconocimiento muy hondo, de una gratitud que no es solo personal y familiar. Acá están una hija de Manuel Caracciolo Levano, doña Eirene Lévano, y una hija de Delfín, mi hermana Nelly, así como sus descendientes. Asumo el honor de representarlos en esa gratitud.

Extendemos esa gratitud a Mario Huamán, presidente de la CGTP y secretario general de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil, y a Juan José Gorriti. Ellos nos han brindado su generosa hospitalidad.

Este libro es un documento para la historia del movimiento obrero, pero también una pieza fundamental para la comprensión de la historia social del Perú del siglo XX. No sólo está aquí, historiada por la mano de los protagonistas, el proceso heroico y la conquista de la jornada de ocho horas, y el esfuerzo prolongado por la organización sindical, sino también la irrupción de las masas urbanas en la escena política e intelectual. El gran animador es Manuel González Prada, el apóstol que en 1905 pronunció su discurso célebre sobre El Intelectual y el Obrero. En esa misma velada de Primero de Mayo, Manuel Caracciolo Lévano leyó su discurso “Que son los gremios obreros en el Perú y lo que debieran ser”. Un obrero se había convertido ya en intelectual.

Un consejo para los intelectuales de hoy y de mañana, y para los dirigentes populares de hoy y de siempre: No se puede comprender cabalmente a José Carlos Mariátegui a Víctor Raúl Haya de la Torre sin recorrer las páginas, escritas con sangre, del movimiento obrero inicial. No quiero prolongar en exceso mis palabras. Acosado por la necesidad de ganarme el pan como periodista y como profesor, no he podido pergeñar el trabajo compendioso y articulado que debiera. Ni siquiera he tenido tiempo para ser breve.

Ofrezco, por eso, en lugar de una tonada, una rapsodia, Es decir, fragmentos de artículos. Uno de ellos pertenece a mi padre, Delfín Lévano. Agrego al final unas reflexiones sobre la actualidad de estos años, de estos días.

El siguiente es un texto de Delfín Lévano, publicado en 1913.

La aurora de este día con sus resplandores fortalecientes, nos saluda cariñosamente y besa con sus labios de fuego nuestras frentes erguidas ante el común enemigo, como un reto de desafío a los prepotentes que ultrajan nuestros derechos y escarnecen la dignidad humana.
Cuando los obreros de Estados Unidos, el 1º de mayo de 1886, se lanzaron a la huelga nada menos de ocho horas, no fueron a festejar días de paz y de fraternidad con sus explotadores, sino a luchar varonilmente afirmando como clase desheredada el derecho a una mejor vida y enfrentando a los favorecidos por el oro y el poder su pujante fuerza dispuesta a implantar la resolución aprobada por el congreso de la Federación de trabajadores en 1884.

Consecuencia de esta lucha fue que el 14 de mayo, mientras la política cargaba contra una indefensa multitud de huelguistas, estallara una bomba en las filas de los legales asesinos de casaca. ¿Se trató de buscar el autor de este hecho premeditado por capitalistas y autoridades, y ejecutado por una mano mercenaria? No- Estaba demás y era peligrosa toda investigación. Se quería sofocar el despertar proletario, y la autoridad se concentró a apresar a los que por su valentía, inteligencia y entusiasmo en la lucha se habían distinguido entre sus compañeros. La rabia patronal se ensañó contra ocho obreros que, por su verbo candente de luz y de verdad, habían sido el alma del colosal movimiento de reivindicación. Spies, Fischer, Engel, Parsons y Lingg fueron condenados a muerte y el 11 de noviembre de 1887 los cuatro primeros subían al patíbulo, siempre altivos, desafiantes y temibles hasta el ultimo momento de sus heroicas vidas. Lingg se suicidó en la prisión mordiendo un cartucho de dinamita. Fue rebelde al extremo, pues no permitió que sus verdugos saciaran sus cobardes venganzas, Viéndolo pender de la horca Schwab, Neebe y Fieldens fueron condenados a prisión perpetua.

Que los detenidos eran inocentes lo demostraron los trámites del proceso; lo dijo la prensa obrera del mundo entero; lo confirmó más tarde la investigación y revisión del proceso abierta por un gobernador integérrimo que puso en libertad a los que vivían en prisión, publicando además una memoria donde se probaba con miles de detalles y de pruebas que los ahorcados eran inocentes del delito que se les imputó por los que creyeron matar al anarquismo suprimiendo a sus pregoneros.

Todo este cúmulo de intrigas, componendas y soborno con que se fraguó este asesinato jurídico, tamaño crimen perpetrado por jueces venales, que procesaron y condenaron las ideas de los acusados, inspirados por el temor y el miedo, los discursos solemnes de los presos y la valentía y serenidad con que se subieron al patíbulo, produjeron una gran conmoción en el mundo obreros, y el 1 de mayo tomo cuerpo en el espíritu de las masas como fecha de lucha y rebeldía.

Desde entonces, cada mayo significa el comienzo de una nueva jornada hacia la sociedad ideal que forjaran las mentes robustas de los mártires por su amor infinito a la universal familia del dolor. Las horcas de Chicago son lumbreras que nos guían en el laberinto social y nos instan a seguir nuestra peregrinación de rebeldes voceros del rojo evangelio de la humana redención.

¡Mayo! Encarnación del entusiasmo y del coraje de la indómita e inmensa columna del trabajo, anhelante de renovar este armatoste social cimentado sobre la mentira y la ignorancia elevadas a virtudes y la explotación y la tiranía endiosadas como derecho indiscutible e inolvidable.

¡Mayo! Reconcentración de fuerza y revista de la falange proletaria que afirma el mismo derecho a la equidad económica social para todos los seres humanos.

¡Trabajadores! Afirmemos en este día nuestro pacto de solidaridad internacional, sin importarnos los límites de una patria que nos aniquila lentamente, y de un Estado que sienta sobre nuestras espaldas el peso de su brutal y represiva mano.

¡Adelante la columna de trabajo! Que no se detenga la marcha arrolladora de los que piensan y sienten el calor vivificante del ácrata ideal. El progreso está con nosotros. El porvenir nos pertenece. Somos los más, y el triunfo es de los fuertes y los rebeldes que no transigen con el Mal.

Escuche en este día, la casta parasitaria de curas, militares, patrones y gobernantes, el chirrido de cadenas que se rompen, el anatema del esclavo, la imprecación del luchador y el crujir de esta vieja sociedad que se derrumba.

¡Salve, OH Mayo! ¡Salud proletarios de la Tierra!

La Protesta une su voz de lucha y rebelión al himno universal que hoy entornan los Gladiadores libertarios que apresuran la Revolución Social.”

Amador Gómez (seudónimo de Delfín Lévano)

La Protesta, año III, No 21, Lima, Mayo de 1913.

Reproduzco enseguida, un texto mío publicado
el 30 de abril de 1980 en la revista Marka.


1º DE MAYO: PASADO Y FUTURO

“En 1905, hace 75 años, se conmemoró por primera vez el 1 de Mayo en el Perú. Se hizo con desfile obrero a la tumba de Florencio Aliaga, muerto una año antes en la primera huelga peruana por la jornada de ocho horas, En la noche hubo un acto en que Manuel González Prada leyó su ensayo sobre El Intelectual y el Obrero y el panadero Manuel C. Lévano su discurso- programa “ Qué son los gremios obreros en el Perú y lo que debieran ser” Esa noche, con la presencia de dos mil trabajadores, la clase obrera hizo su ingreso a nuestra historia social como ser colectivo, con una fuerza organizativa, una esperanza de revolución y un ansia de justicia y de cultura.

El acto del 1 de Mayo de 1905 en Lima iba a ser recordado años después en “La Protesta” como la pascua roja de los revolucionarios del Perú. El discurso de González Prada sería reproducido innumerables veces, incluso por José Carlos Mariátegui en “Labor”. Del impulso de esa noche memorable iba a surgir el movimiento por la jornada de ocho horas y el fermento de la evolución política y social del siglo XX peruano.

Lima tenía entonces menos de 150,000 habitantes (140,000 había señalado el censo de 1903); el Callao, según censo de 1905, alcanzó 31,128. En la Lima de 1980, que pasa de los cinco millones de habitantes, y en que el proletariado industrial supera los 200,000 hombres, cabe preguntarse; ¿cuánto se a avanzado en organización y conciencia de clase? ¿Hasta que punto tiende a volverse cierta la profecía de González Prada esa noche ardiente de 1905: “Mañana, cuando surjan olas de proletarios que se lancen a embestir contra los muros de la vieja sociedad, los depredadores y los opresores palparán que les llegó la hora de la batalla decisiva y sin cuartel.”?
Son preguntas que exigen una respuesta autocrítica, Porque, pongámonos una mano sobre el pecho, ninguna fuerza política o sindical es hoy capaz de congregar para el 1º de Mayo lo que seria el equivalente vegetativo de los que se reunieron en aquel 1905: sesenta mil obreros.

Igual podría plantearse respecto de la prensa obrera y popular. “La Protesta” el órgano obrero mas serio y pertinaz de los años aurorales del siglo, nació en 1911 con dos mil ejemplares de tirada. De eso hay cuenta minuciosa en cada edición. ¿Cuál es el periódico obrero y/o popular que llega hoy a una tirada equivalente, es decir, a lanzar más de 60,000 ejemplares?

Algo ha ocurrido en el seno de la clase obrera y de la sociedad peruana que exige explicaciones. No vamos a improvisarlas aquí, pero la reflexión queda planteada y prometida.
HISTORIA Y CONCIENCIA

No creemos, por de pronto, que el problema sean sólo las condiciones económicas y sociales nuevas. Incluso está por estudiarse el nivel de consumo, alimentario por ejemplo, de los trabajadores peruanos a lo largo del siglo. Queremos solamente recordar que los trabajadores de 1905 consumían en Lima mucho más carne que hoy. Allí están las estadísticas para demostrarlo. Para una comparación entre salarios y precios basten algunas referencias. Según Glicerio Tassara en el No. 1 de “Los Parias”, marzo de 1904, un obrero limeño ganaba entre S/1,20 (el peón no calificado) y S/.3, 00 o 4,00 (los metalúrgicos o los mecánicos), Una libra de carne costaba S/ 0.30.

Carlos B. Cisneros, en una monografía sobre Lima, confirma en 1911 estos datos. Los textiles aparecen allí con salarios entre S/.1, 80 y 3,00, y la libra de carne de vaca de primera, con un precio de S/. 025 O sea que una textil calificado podía comprar con su jornal diario seis kilos de carne de primera, Comparar esto con la actualidad es un sarcasmo (casi tan impúdico como las quejas de los “asilados” cubano en cuanto a la leche para los niños y ración de carne).

Recuérdese que hasta la primera guerra mundial el Perú fue un país de inflación mínima. Los salarios y los precios no sufrían esa dramática tensión que hoy nos aflige. La explotación de los trabajadores era inmisericorde en otro ámbito: sus jornadas de trabajo eran de diez, once o doce horas diarias. La legislación social se situaba en grado cero.

La lucha obrera apareció en el Perú gracias a una ruptura en el nivel de la conciencia. Fueron las ideas de justicia, de reivindicación internacional obrera, de rebeldía e independencia de clase las que permitieron a los obreros anarcosindicalistas levantar a las masas a la lucha por sus derechos.

Un factor decisivo en esas luchas fue el estudio de la historia obrera mundial.

El recuerdo de los mártires de Chicago y de las luchas internacionales por las 8 horas fue para ellos lección y acicate. Esto nos hace recordar las perspicacia con que Lenin fustiga en “Qué hacer” a los círculos obreros marxistas de Rusia que editaban “Hojas que flagelan los abusos que se cometen en las fabricas, la parcialidad del gobierno hacia los capitalistas, así como las violencias de la policía”,pero se olvidaban de lo más importante: “Las conferencias y las charlas sobre la historia del movimiento revolucionario, sobre la política interior y exterior de nuestro gobierno, sobre la evolución económica de Rusia y Europa, sobre la situación de las distintas clases en la sociedad contemporánea”
(SUBRAYADO NUESTRO).

Hablo ahora de la actualidad:
EN LA CRUZ DE LA HISTORIA

En la historia no hay puntos muertos. Hay lucha, conquistas, represión, repliegues, lucha. Los que declaran muerta a la izquierda y sepultado al socialismo confunden sus deseos con realidades.

Mientras haya explotación, injusticia, hambre, marginación, engaño político y social, habrá izquierda, y una y otra vez se levantará la bandera del socialismo.

Un recorrido rápido por la historia de la lucha de obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales reafirma que en ese sentido viaja la flecha de la historia.

Hay fechas, hitos, que es bueno precisar.

1904. Una huelga de trabajadores del puerto del Callao incluye en su pliego de reclamos el aumento de salarios y la jornada de ocho horas. En la lucha muere, sableado por la fuerza pública, el joven estibador Florencio Aliaga. Fallece el 19 de mayo de ese año. Está enterrado en el cementerio de Bellavista, en el cuartel San Melchor. En su lápida se lee: “Hermano: Tu muerte no ha sido en vano. Algo se consiguió y vamos a conseguir más.” Los portuarios habían conseguido aumento salarial, no las ocho horas. No tenían sindicato.

1905. Manuel Lévano, presidente de la Federación de Obreros “Estrellas del Perú”, primera organización de tipo sindical, organiza la primera conmemoración del Primero de Mayo en el Perú. En la mañana hay una romería a la tumba de Florencio Aliaga, y en la noche, la velada en que González Prada pronuncia su discurso “El Intelectual y el obrero”, y Manuel Lévano lee su texto “Qué son los gremios obreros en el Perú y lo que debieran ser”. Contiene todo un programa de reivindicaciones, incluida la jornada de ocho horas y un norte de largo alcance: la revolución social.

1911. Huelga de los textiles de Vitarte. Se produce el primer paro general del Perú, en solidaridad con ellos.

1912. Una huelga de trabajadores del azúcar en el valle de Chicaza produce la matanza de por lo menos 150 trabajadores. Jefe de la represión es el coronel César González.

1913. En una gran concentración obrera en la Carpa de Moda del Callao se acuerda el primer paro general por la jornada de ocho horas. Se produce la primera conquista, pero sólo para los portuarios y algunos gremios más.

1917. Una huelga de peones agrícolas en los valles de Huacho, Sayán y Pativilca por la jornada de ocho horas concluye con una matanza de mujeres que desfilaban por las calles de Huacho.

1919. Paro general por las ocho horas que concluye con la victoria. En el transcurso del paro, los patronos de panaderías reconocen la jornada de ocho horas, pero los panaderos deciden continuar en la paralización por solidaridad con los demás trabajadores.

1929. José Carlos Mariátegui dirige el trabajo por la organización de la Confederación General de Trabajadores del Perú. La CGTP se funda en setiembre de 1929.

1930 Después de varias acciones de represión sanguinaria, la dictadura de Luis M. Sánchez Cerro decreta, el 11 de noviembre de 1930, la “disolución” de la CGTP. El decreto respectivo dice que la central obrera había “ordenado” un paro, que el régimen consideraba subversivo.

1968. En el ambiente de cambio social bajo el régimen del general Juan Velasco Alvarado se restablece la CGTP, luego de intensas luchas del sindicalismo clasista en todo el país. La dirige el patriarca de construcción civil, Isidoro Gamarra. En los años anteriores, la dirección sindical del Apra había impreso a la Confederación de Trabajadores del Perú, creada en 1943, una orientación propatronal y proimperialista, bajo los auspicios del sindicalismo amarillo de Estados Unidos. Serafino Romualdi, agente de la CIA encargado de vínculos con el sindicalismo hispanoamericano, escribió en su libro Presidentes y trabajadores: “Con el paso del tiempo, los dirigentes apristas de la CTP han madurado su juicio y han adoptado una política de cooperación y colaboración con los empresarios.”

1990 Se instala el régimen de Alberto Fujimori, que destruye los derechos sindicales, instala el trabajo precario y anula la posibilidad de seguro social, vacaciones, pago por tiempo de servicios, jubilación y retiro para cientos de miles de trabajadores, en particular para los jóvenes y las mujeres.

1992 El 6 de diciembre de 1992, en la Conferencia Anual de Ejecutivos, CADE ‘92’ Fujimori, que en abril ha dado el autogolpe civil-militar, declara: “Señores empresarios: ¡éste ya no es el país donde manda la cúpula de la CGTP!”. Doce días después, el 18 de diciembre, es asesinado Pedro Huilca, secretario general de la CGTP y dirigente de Construcción Civil. Ahora se sabe que lo victimó el grupo paramilitar Colina.

2006 Después de Alberto Fujimori arrasara los derechos de los trabajadores, el Presidente Toledo continúa, en lo sustantivo, la línea antisindical del prófugo. Las banderas de lucha de los trabajadores peruanos son hoy: reconquista de todos los derechos conculcados; defensa de la seguridad social y extensión de prestaciones a todos los peruanos pobres; solidaridad con los campesinos, defensa de sus tierras y de sus comunidades y de su derecho al agua; defensa de los derechos de la mujer y el joven. Y, sobre todo, rechazo al imperialismo yanqui, que ha emprendido una agresión sanguinaria contra los países como Irak y Haití, e interviene militarmente en Colombia; solidaridad con Cuba, trinchera de la dignidad y la independencia de los países latinoamericanos contra la ambición del “norte revuelto y brutal que nos desprecia” (José Martí).

Para todo eso, hay que fortalecer la organización sindical, forjar alianzas y fusiones sindicales. Hay que recurrir, otra vez, a la imaginación organizadora.
Ruego prestar atención a la idea de fusión sindical. En Alemania, hace poco tiempo, acordaron unificarse organismos sindicales de la industria gráfica, de la fabricación de maquinaria de imprenta y de los periodistas. Eso les da una fuerza funcional y numérica muy grande.

América Latina es el continente de las desigualdades económicas en el mundo, y en esa constelación de miseria el Perú brilla como una estrella de primera magnitud.

El 50 por ciento de los peruanos (14 millones) vive con 58 dólares, menos de 200 soles, al mes, y el 20 por ciento, casi seis millones, con apenas 32 dólares mensuales, poco más de cien soles.

Ocurre esto después de 26 años de neoliberalismo, iniciado en 1980 con el segundo gobierno de Fernando Belaúnde y profundizado con el de Fujimori.

En ese marco surge contra los trabajadores una nueva amenaza: el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Si se fijan bien: ningún organismo sindical, ningún trabajador de la ciudad o el campo, conoce el texto completo de ese Tratado. No ha sido publicado íntegro en español. Pero por lo poco que se ha difundido en el aspecto laboral, se ve que allí se dice que cada Parte “procurará” “garantizar que sus normas laborales sean consistentes con los derechos laborales internacionalmente reconocidos”. En el “procurará” está el peligro.

Para remate, en un ayuda memoria del gobierno se lee, bajo el título de “Beneficios para el Perú”: “Se garantiza el pleno respeto de nuestra Constitución y autonomía normativa a fin de regular las relaciones laborales de acuerdo a nuestra realidad y sistema legal”.

“Nuestra realidad” es la realidad que ellos han implantado.

Cambiar esa realidad cruel es el mandato de José Carlos Mariátegui, de Manuel y Delfín Lévano, de Emilio Huamantica, de Isidoro Gamarra, de Pedro Huilca. Esa es su bandera unitaria, inmarcesible, flamante siempre.

¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO!

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Anarquismo en Perú: Vigencia de las ideas libertarias en Perú

Perú acaba el presente siglo bajo el signo del autoritarismo gálopante de un presidente que aplica con todo su rigor los preceptos del neoliberalismo más salvaje. El autogolpe que Alberto Fujimorí (alias “El Chino”) perpetraría en 1992 le ha permitido, durante los 8 años siguientes, tener las manos libres para emprender toda suerte de medidas económicas antisociales y ejercer una feroz represión contra todo atisbo de activismo pólítico radical.

El resultado, transcurrido ese periodo, se traduce en que segun las organizaciones de Derechos Humanos actualmente se encuentran privadas de libertad más de 500 personas inocentes acusadas, en su momento, de vínculos con la guerrilla por unos tribunales militares cuyo único desvelo consistió en encarcelar opositores o simples sospechosos de serlo. La indiscriminada persecución le daría a “El Chino” sus frutos, quedando las otrora fuertes organizaciones armadas muy debilitadas: el MRTA (Movimiento RevolucionarioTupac Amaru) aun no parece haber encajado el golpe de la embajada japonesa en Lima mientras que Sendero Luminoso se encuentra dividido desde que su líder máximo, Abimael Guzman, ordenara desde prisión, posiblemente después de ser torturado fisica y psíquicamente, el cese de la lucha armada. (De entre las jugosas declaraciones del “camarada” Abimael merece la pena que destaquemos esta: “No hay que hacer caso de la propaganda anarquista que está apareciendo en algunos lugares”). Así, libres de estorbo, Fujimorí y su equipo se han entregado a la labor de exprimir a la población con toda clase de gravámenes a través de la SUNAT (lo que vendría a ser la “Hacienda” local). Siendo común en todo el país observar comercios cerrados con grandes cartelones de “clausurado” sobre sus puertas por no haber entregado el consiguiente recibodeventaauncliente. El lema de la temida SUNAT es bien específico: “Cada día más cerca de Usted”.

Pero a “El Chino” aun le que- da una asignatura pendiente: la de suavizar la imagen de dictador que tiene intemacionalmente. Con ese propósito ordenó recientemente la retirada de los retenes militares que ocupaban desde 1992 los tejados de las universidades del país con el fin de “extirpar la subversión” de los jóvenes estudiantes. Una medida, entre otras muchas, que tan sólo persigue atraer al capital extranjero que ya empieza a establecerse con fuerza, destacando el español (Telefónica, BBV, Banco de Santander…) que imposibilitado para competir en Europa clava sus fauces en estas tierras. Un país, cuya población torea como puede los vaivenes económicos y el mesianismo de un presidente que, saltándose a la torera sus propias leyes constitucionales, pretende aspirar a una nueva reelección. Ante tan sombrío panorama no faltan quienes apuestan por unos modelos organizativos más justos e igualitarios.

El Anarquismo en el Perú

Hacia 1870 ya se detectan militantes despotricando contra el Estado y el Capital en el Perú, pero no es hasta 1904 en que asomarán los primeros grupos decididamente organizados. En ese año se forma la Unión de Panaderos con clara influencia anarquista, convocandose la primera huelga en el siempre combativo puerto de El Callao. En 1906 aparece en Lima el periódico Humanidad y ya en 1910 el Centro Racionalista Francisco Ferrer editaría Páginas Libres. Tres años más tarde se declara la Huelga General dentro de la campaña por las ocho horas iníciada por la Unión de Jornaleros en la que tendrían destacada participación los anarquistas a través de sus grupos “Luchadores por la Verdad”, “Luz y Amor” y los editores del más significativo periódico libertario peruano:La Protesta. Esta campaña iría consiguiendo sus objetivos por gremios hasta que en 1919, desbordado por el desarrollo y proporción de la lucha, el gobierno se ve forzado a establecer obligatoriamente la jornada de ocho horas diarias en todo el país. El siguiente paso sería la creación del Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias persiguiendo la baja de precios en productos básicos, transportes e impuestos, dando lugar esta lucha a la aparición de la FORP (Federación Obrera Regional Peruana) que, de condición anarquista, conseguiría notables éxitos obreros. Destacados luchadores de esa época serian Delfin Lévano, Carlos Barba y Nicolás Gutarra entre otros. Aunque, sin duda, la figura más relevante y con mayor influencia en circulos obreros e intelectuales resultaría ser Manuel González Prada, cuya memoria es aún reivindicada por los activistas actuales. González Prada publicaría entre otros significativos textos: “PáginasLibres” (1894) y “Horas de Lucha” (1908). Aprincipios de los veinte aparece una nueva organización orientada por anarquistas: Unión de Trabajadores de Construcción Civil publicándose El Nivel y El Obrero Constructor. Son años en que la incesante actividad obrera sufrirá la respuesta represiva del gobierno. Se decomisan las imprentas, se cierran los locales y se acaba con buena parte de la infraestructura de un movimiento en el que los anarquistas eran mayoría asesinando a muchos de sus miembros. La ciudad de Trujillo vivirá todavía un levantamiento auspiciado por jornaleros anarcosindicalistas, de cuyo protagonismo se adueñaría el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) ya conformado como partido*. Víctima de la represión y desvirtuado por los incipientes partidos políticos, el movimiento obrero perdería la fuerza adquirida fundando algunos de los supervivientes la Federación Anarquista del Perú a través de la cual se mantendría vivo, aunque ya de forma mucho más minoritaria, el pensamiento libertario, reeditando durante dos años La Protesta y publicando documentos sobre el anarcosindicalismo en el Perú hasta que desapareciera en los anos sesenta.

Tiempos Modernos

La actividad libertaria no reaparece hasta finales de la década de los 80, momento en que asoman en Lima grupos de carácter musical con ciertas inquietudes políticas. Serían las primeras expresiones del llamado “Rock Subterráneo”, movimiento que tiene muchas connotaciones con el punk. Estos grupos irán adquiriendo mayor politización con el tiempo pasando el aspecto musical a un segundo plano, dejando de ser un fin para convertirse sólo en uno de los medios posibles. En esta época las guerrillas (MRTA y Sendero Luminoso) captarían, gracias a su mayor propaganda y mejores infraestructuras y preparación, a militantes de entre los simpatizantes libertarios de ese movimiento.

Las leyes antiterroristas limitarían también en buena medida el crecimiento y desarrollo de esos grupos ácratas produciéndose además entre estos cierta autolimitación con el fin de no ser identificados con los grupos armados. En 1989 se crea la CAJA (Colectivo de Juventudes Autónomas) que reune a muchos de los integrantes del llamado “Movimiento Subterráneo” y que sin ser abiertamente libertario (aunque con anarquistas en su seno) tendría una vida efimera. A principios de los noventa aparecen nuevos militantes que ya no parten de esa base musical que junto a los que ya habían evolucionado desde el rock subterráneo crearán grupos más definidos, teniendo gran influencia sobre ellos la propaganda libertaria que, principalmente de España, les llegaría desde fuera. Surgen, siempre en Lima, Autonomia Proletaria y Colectivización, ambos colectivos aún activos en la actualidad. Autonomía Proletaria centra su trabajo en el campo anarcosindicalista, aunque ya no vea en él un arma tan efectiva como antaño. Realiza una labor de divulgación entre los trabajadores editando una publicación que lleva por título el nombre de la organización, comentando a través de ella todo lo relacionado con la lucha sindical tanto peruana como internacional. En 1996 cambiarán su nombre por el de El Obrero al sentirse sus miembros vigilados y vistos como “elemento extrano” por parte de aparatos políticos.

Fuera de la capital y empezando por el norte encontramos representación libertaria en Piura con el colectivo Reconstruir y la publicación El Inconforme, además de fanzines y bandas musicales “subterráneas”. En Huánuco grupos ecologistas distribuyen material alternativo y libertario mientras que en Huancayo flinciona Proyección Popular y se publica el fanzine Reacciona que ya va por el número 12.

Al sur, en Arequipa está La Lucha y sale a la calle la revista Yaiyarguarta, que en lengua quéchua quiere decir “la sangre del pueblo”, con alguna de sus páginas en esa lengua haciendo recordar el trabajo que la Federación Obrera Regional Indígena del Perú realizaría allá por los anos 20-30 sirviendo de nexo entre el anarcosindicalismo peruano y el movimiento indígena campesino de esa zona sur del país. En Arequipa también son numerosas las bandas musicales y lós fanzines contestatarios. Y ya en el Cuzco, la antigua capital de los incas, encontramos el MAP (Movimiento Anarquists del Perú) que más que un movimiento se trata de un pequeno colectivo editor de una publicación del mismo nombre.

Toda una amalgama de grupos y publicaciones que tratan de coordirarse y lograr una mayor efectividad pero que se enfrentan a no pocos obstáculos. Colectiviz’ación edita una revista de igual nombre y vincula sus actividades a los ambientes universitarios, realiza balances históricos y sociológicos sobre la actuál coyuntura peruana planteando las ideas libertarias con intención renovadora. Avancemos, es otro colectivo que pretende trascender el aspecto musical que aún rodea a parte de los simpatizantes llevando la discusión al terreno más político. Realizan conciertos, charlas, debates y otras acciónes cuyos beneficios se revierten en la organización de nuevas actividades. Avancemos se convertirá poco después en la Coordinadora Sonidos de Acción, agrupación que busca ser núcleo de un movimiento que de forma autónoma se extienda por diferentes barrios de Lima y otras ciudades. La Coordinadora imprime las publicaciones Barricada y Despiert@. Otros colectivos son Cambio Radical (que actúa en la zona norte de la ciudad) y el grupo lkaria que reivindican un anarquismo “nihílista”. Existe una gran profusión de fanzines (Buscando un camino; Cultura, y un largo etc.) y de grupos musicales que simpatizan con las ideas, entre estos ulfimos destacan Autonomía, Generación Perdida, Al Margen de la Ley, y Los Recios. Desde las universidades se vienen organizando por parte de estudiantes con inquietudes diferentes charlas sobre la Historia del Movimiento Obrero, González Prada y otros temas con participación de cómpaneros libertarios. También hay simpatizantes entre activistas de los derechos de los animales que periódicamente organizan campañas contra las corridas de toros y por la liberación animal. Toda esta actividad límena no es extraño que venga siendo realizadá por parte de personas que se repiten en varios colectivos por lo que no podemos hablar de una cantidad ingente de militantes. El “Fujimorazo” de 1992 obligaría a los companeros peruanos a tomar sus precauciones. Los anarquistas están catalogados según las leyes represivas peruanás como “terroristas independientes” al no encajar en los “terrorismos” tipificados, algo que puede conllevar rigurosas condenas carcelarias. Así los libertarios locales se ven forzados a cambiar sus lugares de reunión, a ser discretos cuando hablan de anarquismo, a cambiar de nombre de las publicaciones cuando consideran que empiezan a ser detectadas y otras medidas en el mismo sentido. Otro grave problema es la falta de locales donde reunirse, teniendo que hacerlo en ocasiones en lugares públicos llamando una atención indeseada. Más recientemente también sufren el “acercamiento” de los hasta hace poco marxistas, leninistas, maoistas, etc. con el fin de sacar un rendimiento político a su trabajo y de las ideas libertarias en general. A pesar de las evidentes dificultades, los compañeros peruanos son optimistas en cuanto a su trabajo y esperan llevar adelante las ideas que consideran más justas.

Dirección de contacto libertario en Perú: Ediciones Musicales Apdo. C. 330062 Lima (Perú).

Nota *El Aprismo se caracteriza en esa época por el aprovechamiento de la figura de Gonzalez Prada y de las ideas anarquistas en su discurso, sirviendo como agente ‘degenerador’ del movimiento obrero. En tiempos más cercanos ha protagonizado escandalosos actos de corrupción (como bajo el gobierno del Aprista Alan García) y en la actualidad algunos de sus integrantes colaboran con el gobierno Fujimori.

Sacado de:

http://www.ecn.org/freedom/FIN/cas.html

http://flornegra.wordpress.com/2007/06/19/anarquismo-en-peru/

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El Anarquismo en el Perú

Hacia 1870 ya se detectan militantes despotricando contra el Estado y el Capital en el Perú, pero no es hasta 1904 en que asomarán los primeros grupos decididamente organizados. En ese año se forma la Unión de Panaderos con clara influencia anarquista, convocándose la primera huelga en el siempre combativo puerto de El Callao. En 1906 aparece en Lima el periódico Humanidad y ya en 1910 el Centro Racionalista Francisco Ferrer editaría Páginas Libres. Tres años más tarde se declara la Huelga General dentro de la campaña por las ocho horas iniciada por la Unión de Jornaleros en la que tendrían destacada participación los anarquistas a través de sus grupos «Luchadores por la Verdad», «Luz y Amor» y los editores del más significativo periódico libertario peruano: La Protesta. Esta campaña iría consiguiendo sus objetivos por gremios hasta que en 1919, desbordado por el desarrollo y proporción de la lucha, el gobierno se ve forzado a establecer obligatoriamente la jornada de ocho horas diarias en todo el país. El siguiente paso sería la creación del Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias persiguiendo la baja de precios en productos básicos, transportes e impuestos, dando lugar esta lucha a la aparición de la FORP (Federación Obrera Regional Peruana) que, de condición anarquista, conseguiría notables éxitos obreros. Destacados luchadores de esa época serian Delfin Lévano, Carlos Barba y Nicolás Gutarra entre otros. Aunque, sin duda, la figura más relevante y con mayor influencia en círculos obreros e intelectuales resultaría ser Manuel González Prada, cuya memoria es aún reivindicada por los activistas actuales. González Prada publicaría entre otros significativos textos: «Páginas Libres» (1894) y «Horas de Lucha» (1908). A principios de los veinte aparece una nueva organización orientada por anarquistas: Unión de Trabajadores de Construcción Civil publicándose El Nivel y El Obrero Constructor. Son años en que la incesante actividad obrera sufrirá la respuesta represiva del gobierno. Se decomisan las imprentas, se cierran los locales y se acaba con buena parte de la infraestructura de un movimiento en el que los anarquistas eran mayoría asesinando a muchos de sus miembros. La ciudad de Trujillo vivirá todavía un levantamiento auspiciado por jornaleros anarcosindicalistas, de cuyo protagonismo se adueñaría el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) ya conformado como partido*. Víctima de la represión y desvirtuado por los incipientes partidos políticos, el movimiento obrero perdería la fuerza adquirida fundando algunos de los supervivientes la Federación Anarquista del Perú a través de la cual se mantendría vivo, aunque ya de forma mucho más minoritaria, el pensamiento libertario, reeditando durante dos años La Protesta y publicando documentos sobre el anarcosindicalismo en el Perú hasta que desapareciera en los anos sesenta.

Tiempos Modernos

La actividad libertaria no reaparece hasta finales de la década de los 80, momento en que asoman en Lima grupos de carácter musical con ciertas inquietudes políticas. Serían las primeras expresiones del llamado «Rock Subterráneo», movimiento que tiene muchas connotaciones con el punk. Estos grupos irán adquiriendo mayor politización con el tiempo pasando el aspecto musical a un segundo plano, dejando de ser un fin para convertirse sólo en uno de los medios posibles. En esta época las guerrillas (MRTA y Sendero Luminoso) captarían, gracias a su mayor propaganda y mejores infraestructuras y preparación, a militantes de entre los simpatizantes libertarios de ese movimiento.

Las leyes antiterroristas limitarían también en buena medida el crecimiento y desarrollo de esos grupos ácratas produciéndose además entre estos cierta autolimitación con el fin de no ser identificados con los grupos armados. En 1989 se crea la CAJA (Colectivo de Juventudes Autónomas) que reúne a muchos de los integrantes del llamado «Movimiento Subterráneo» y que sin ser abiertamente libertario (aunque con anarquistas en su seno) tendría una vida efímera. A principios de los noventa aparecen nuevos militantes que ya no parten de esa base musical que junto a los que ya habían evolucionado desde el rock subterráneo crearán grupos más definidos, teniendo gran influencia sobre ellos la propaganda libertaria que, principalmente de España, les llegaría desde fuera. Surgen, siempre en Lima, Autonomía Proletaria y Colectivización, ambos colectivos aún activos en la actualidad. Autonomía Proletaria centra su trabajo en el campo anarcosindicalista, aunque ya no vea en él un arma tan efectiva como antaño. Realiza una labor de divulgación entre los trabajadores editando una publicación que lleva por título el nombre de la organización, comentando a través de ella todo lo relacionado con la lucha sindical tanto peruana como internacional. En 1996 cambiarán su nombre por el de El Obrero al sentirse sus miembros vigilados y vistos como «elemento extraño» por parte de aparatos políticos.

Fuera de la capital y empezando por el norte encontramos representación libertaria en Piura con el colectivo Reconstruir y la publicación El Inconforme, además de fanzines y bandas musicales «subterráneas». En Huánuco grupos ecologistas distribuyen material alternativo y libertario mientras que en Huancayo flinciona Proyección Popular y se publica el fanzine Reacciona que ya va por el número 12.

Al sur, en Arequipa está La Lucha y sale a la calle la revista Yaiyarguarta, que en lengua quéchua quiere decir «la sangre del pueblo», con alguna de sus páginas en esa lengua haciendo recordar el trabajo que la Federación Obrera Regional Indígena del Perú realizaría allá por los anos 20-30 sirviendo de nexo entre el anarcosindicalismo peruano y el movimiento indígena campesino de esa zona sur del país. En Arequipa también son numerosas las bandas musicales y los fanzines contestatarios. Y ya en el Cuzco, la antigua capital de los incas, encontramos el MAP (Movimiento Anarquista del Perú) que más que un movimiento se trata de un pequeño colectivo editor de una publicación del mismo nombre.

Toda una amalgama de grupos y publicaciones que tratan de coordinarse y lograr una mayor efectividad pero que se enfrentan a no pocos obstáculos. Colectivización edita una revista de igual nombre y vincula sus actividades a los ambientes universitarios, realiza balances históricos y sociológicos sobre la actual coyuntura peruana planteando las ideas libertarias con intención renovadora. Avancemos, es otro colectivo que pretende trascender el aspecto musical que aún rodea a parte de los simpatizantes llevando la discusión al terreno más político. Realizan conciertos, charlas, debates y otras acciones cuyos beneficios se revierten en la organización de nuevas actividades. Avancemos se convertirá poco después en la Coordinadora Sonidos de Acción, agrupación que busca ser núcleo de un movimiento que de forma autónoma se extienda por diferentes barrios de Lima y otras ciudades. La Coordinadora imprime las publicaciones Barricada y Despiert@. Otros colectivos son Cambio Radical (que actúa en la zona norte de la ciudad) y el grupo lkaria que reivindican un anarquismo «nihilista». Existe una gran profusión de fanzines (Buscando un camino; Cultura, y un largo etc.) y de grupos musicales que simpatizan con las ideas, entre estos últimos destacan Autonomía, Generación Perdida, Al Margen de la Ley, y Los Recios. Desde las universidades se vienen organizando por parte de estudiantes con inquietudes diferentes charlas sobre la Historia del Movimiento Obrero, González Prada y otros temas con participación de compañeros libertarios. También hay simpatizantes entre activistas de los derechos de los animales que periódicamente organizan campañas contra las corridas de toros y por la liberación animal. Toda esta actividad límena no es extraño que venga siendo realizada por parte de personas que se repiten en varios colectivos por lo que no podemos hablar de una cantidad ingente de militantes. El «Fujimorazo» de 1992 obligaría a los compañeros peruanos a tomar sus precauciones. Los anarquistas están catalogados según las leyes represivas peruanas como «terroristas independientes» al no encajar en los «terrorismos» tipificados, algo que puede conllevar rigurosas condenas carcelarias. Así los libertarios locales se ven forzados a cambiar sus lugares de reunión, a ser discretos cuando hablan de anarquismo, a cambiar de nombre de las publicaciones cuando consideran que empiezan a ser detectadas y otras medidas en el mismo sentido. Otro grave problema es la falta de locales donde reunirse, teniendo que hacerlo en ocasiones en lugares públicos llamando una atención indeseada. Más recientemente también sufren el «acercamiento» de los hasta hace poco marxistas, leninistas, maoistas, etc. con el fin de sacar un rendimiento político a su trabajo y de las ideas libertarias en general. A pesar de las evidentes dificultades, los compañeros peruanos son optimistas en cuanto a su trabajo y esperan llevar adelante las ideas que consideran más justas.

El Refractorio

http://elrefractario.blogspot.com/2008/03/el-anarquismo-en-el-per.html

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15 de Enero de 1919: una Conquista Obrera

La jornada laboral de las 8 horas es una de las más importantes conquistas de la clase obrera peruana, fueron años de heroica y tenaz lucha contra patrones y el propio Estado, ambos se unieron contra la clase obrera, haciendo caso omiso a sus reclamos, sin embargo el pueblo tendrá que realizar grandes gestas por sus derechos. Donde los compañeros anarquistas realizaron una tremenda labor de informacion y organizacion.


Hoy como ayer las luchas de los miles de trabajadores y trabajadoras son diarias. Sin desmerecer las mejoras conseguidas en el campo laboral a comparacion de los años 20, se ha mantenido la relacion patron-siervo. Existe una estrategia marcada y definida por los patrones. Un equilibrio estrategico que permite esta relacion jerarquica de patron-siervo.

El obrero necesita comida y descanzo para ser eficiente. Por tal razon gana un salario que le permite sobrevivir, no vivir. El patron decreta algunas leyes para calmarnos cuando reclamamos por algo con el fin de mantenernos trabajando tranquilos y produciendo sin perder tiempo. En fin es el praton quien tiene el control en el congreso. Y sabe que leyes promulgar y cuales no.

Aparte de eso el patron no quiere que sus siervos se distraigan conociendo su historia, ni en los sindicatos. Si quieren hacer todo esto el patron tambien se los brindara. Sindicatos dirigidos por la patronal, la historia de las luchas obreras contadas por la prensa del patron. Sumado a esto la diversion brindada por los agentes del patron.

Hoy los patrones y su sistema gritan: Ustedes los trabajadores (siervos) son libres, libres de decidir para quien trabajan, ustedes tienen el control de sus vidas. Esa es la libertad, que esconde la sangrienta dependencia que tienen los siervos al patron; la dependencia economica. El patron controla el mercado, concrola el costo de los alimentos, de la vivienda, de la educacion y de la salud. El siervo no es libre, esta atrapado por todos los lados para servir al patron. El siervo y su familia necesitan comer, vestirse, estudiar, ir al medico. Pero solo hay algo con lo que se accede en este sistema a todo ese tipo de cosas; el dinero. Dinero que solo el patron posee. Por lo cual los humanos nos vendemos y nos convertimos hoy en SIERVOS.

Pero el patron no siempre esta tan tranquilo. El siervo se organizo y se organiza, sus luchas recorren la historia, ejemplos de unidad, solidaridad marcan su destino.

Es a fines del siglo XIX que el Peru los trabajaores empezaron a crear sus propios espacios, su propia prensa, sus sindicatos clasistas y revolucionarios. Un espiritu que hoy no se ha perdido pero que se desvirtuo con organizaciones burocratizadas y construccion del poder desde arriba.

Hoy recordamos “La Lucha por la Jornada de 8 Horas de Trabajo“ conquistas por la fuerza unida de los trabajadores. Hoy mas que nunca la union, organizacion y la lucha desde abajo han mostrado ser las herramienta no simplemente para conseguir mejoras en las leyes laborales, sino plantear de una vez la destruccion de esta relacion siervo-patron. Donde el siervo deje de ser siervo para convertirse en lo que realmente es, UN SER LIBRE. Destruir este sistema impuesto por el patron que se llama capitalismo, pero que tiene distintos nombres cuando la ocacion lo a merita. La relacion jerarquica, de explotacion y servidumbre hoy lleva el nombre de DEMOCRACIA.

Hoy como ayer las luchas de los miles de trabajadores y trabajadoras son diarias. Sin desmerecer las mejoras conseguidas en el campo laboral a comparacion de los años 20, se ha mantenido la relacion patron-siervo. Existe una estrategia marcada y definida por los patrones. Un equilibrio estrategico que permite esta relacion jerarquica de patron-siervo.

El obrero necesita comida y descanzo para ser eficiente. Por tal razon gana un salario que le permite sobrevivir, no vivir. El patron decreta algunas leyes para calmarnos cuando reclamamos por algo con el fin de mantenernos trabajando tranquilos y produciendo sin perder tiempo. En fin es el praton quien tiene el control en el congreso. Y sabe que leyes promulgar y cuales no.

Aparte de eso el patron no quiere que sus siervos se distraigan conociendo su historia, ni en los sindicatos. Si quieren hacer todo esto el patron tambien se los brindara. Sindicatos dirigidos por la patronal, la historia de las luchas obreras contadas por la prensa del patron. Sumado a esto la diversion brindada por los agentes del patron.

Hoy los patrones y su sistema gritan: Ustedes los trabajadores (siervos) son libres, libres de decidir para quien trabajan, ustedes tienen el control de sus vidas. Esa es la libertad, que esconde la sangrienta dependencia que tienen los siervos al patron; la dependencia economica. El patron controla el mercado, concrola el costo de los alimentos, de la vivienda, de la educacion y de la salud. El siervo no es libre, esta atrapado por todos los lados para servir al patron. El siervo y su familia necesitan comer, vestirse, estudiar, ir al medico. Pero solo hay algo con lo que se accede en este sistema a todo ese tipo de cosas; el dinero. Dinero que solo el patron posee. Por lo cual los humanos nos vendemos y nos convertimos hoy en SIERVOS.

Pero el patron no siempre esta tan tranquilo. El siervo se organizo y se organiza, sus luchas recorren la historia, ejemplos de unidad, solidaridad marcan su destino.

Es a fines del siglo XIX que el Peru los trabajaores empezaron a crear sus propios espacios, su propia prensa, sus sindicatos clasistas y revolucionarios. Un espiritu que hoy no se ha perdido pero que se desvirtuo con organizaciones burocratizadas y construccion del poder desde arriba.

Hoy recordamos “La Lucha por la Jornada de 8 Horas de Trabajo“ conquistas por la fuerza unida de los trabajadores. Hoy mas que nunca la union, organizacion y la lucha desde abajo han mostrado ser las herramienta no simplemente para conseguir mejoras en las leyes laborales, sino plantear de una vez la destruccion de esta relacion siervo-patron. Donde el siervo deje de ser siervo para convertirse en lo que realmente es, UN SER LIBRE. Destruir este sistema impuesto por el patron que se llama capitalismo, pero que tiene distintos nombres cuando la ocacion lo a merita. La relacion jerarquica, de explotacion y servidumbre hoy lleva el nombre de DEMOCRACIA.

LAS 8 HORAS DE TRABAJO EN EL PERU

I. Antecedentes y Primeras Organizaciones

Es en la colonia donde se da inicio una nueva forma de organización en la historia peruana; se empiezan a organizar en gremios por oficios, como una forma de protección de sus oficios de un grupo de personas que aseguran sus intereses, ya que si querían ejercitar un oficio debían pasar por un examen bajo la dirección de los maestros mayores del gremio, luego vendrá otra forma de organización en la segunda mitad del siglo XIX. En 1848 se funda en el Perú la primera Sociedad de Socorros Mutuos. Y en 1860 se funda otra sociedad como una asistencia social entre los afiliados, fue la Sociedad de Artesanos de Auxilio Mutuo. En 1886 se constituye la Confederación de Artesanos Unión Universal inicialmente conformada por cigarreros, carpinteros, peluqueros, sastres, carroceros y panaderos. Algunos dirigentes surgidos de las sociedades mutualistas organizaron los primeros congresos obreros (1896 y 1901 en los que empezaron a exponerse las reivindicaciones). A raíz del Congreso de 1901 se constituyó la Asamblea de Sociedades Unidas y se creó la biblioteca popular Ricardo Palma. Otra forma de organización fue el mutualismo que no era apto para la lucha por las reivindicaciones en cada centro de trabajo, no pudo defender los derechos como la huelga de Vitarte en junio de 1896 y la huelga de tipógrafos en setiembre del mismo año y en lugar de la lucha prefirieron practicar la ayuda mutua es decir formar una bolsa común para atender las enfermedades de los asociados, para enterrar a sus muertos…etc. Debido a esto fracasaron. Luego se formará los sindicatos como un instrumento de lucha organizada de los trabajadores por sus reivindicaciones.

Con la aparición de la industria moderna en el país, a fines del siglo XIX, hizo su ingreso también, junto a la clase capitalista criolla el proletariado moderno que se concentró en los sectores económicos Textil, Alimenticio, Minero y Agrícola. Junto a ellos los Obreros Panificadores, Portuarios, Gráficos, Ferrocarriles, eran las otras fuerzas sociales de notable importancia en esos años.

Muchos de ellos como anota Dennis Sulmont, habían salido de las filas del artesanado que había sido llevado a la ruina por la libre importación de productos extranjeros que inundaron principalmente Lima, donde se hallaba el grueso del artesanado peruano que a mediados del siglo XIX llegó a una crisis final luego de dar sus últimas batallas por impedir el ingreso masivo de mercaderías extranjeras.

Los obreros principalmente textiles, fueron los primeros en hacer sentir su protesta desarrollándose así en 1896 una primera Huelga exigiendo la reducción de la jornada de trabajo, aumento de salarios y mejora de la alimentación. Fue una Huelga dirigida por un grupo encabezado por Emilio Mendoza y que era en la fábrica Textil del Grupo Grace en Vitarte y que el Gobierno de Nicolás de Piérola tildó de «criminal» .

En 1986 sucede este acontecimiento que es muy importante ya que los trabajadores de la fábrica Vitarte deciden hacer una huelga casi espontánea, puesto que no había una organización obrera, reclamando el bajo salario y una disminución de las horas de trabajo, ya que laboraban de 6 a.m. a 10 p.m. Seria un adelanto de lo que será más adelante sus demandas, buscando la jornada laboral de las 8 horas.

Vendria luego la Huelga de los Portuarios de 1904 en el Callao donde murió Florencio Aliaga, a quien se recuerda como el primer mártir del movimiento obrero peruano.

En un ambiente totalmente hostil tanto de los patrones como del gobierno de turno fue germinando la conciencia clasista y la necesidad de mayor organización obrera y que denotaba con claridad que el interés del proletariado no es idéntico al de la clase capitalista y del Estado que salía en defensa de los patrones. Fue así como los obreros aprendieron a salir de su mundo fabril localista, comenzaron a visitar a otros obreros de las fábricas y Haciendas aledañas y a frecuentar con intelectuales que pudieran apoyar sus luchas. Así forjaron mas luchas.

II. Situacion del Proletariado

Varios eran los problemas que enfrentaba el naciente proletariado peruano. Si el artesanado laboraba sin jornada de trabajo por la naturaleza de su labor propia de talleres familiares y que era casi sin descanso y de lunes a domingo pues trabajaban sobre lotes de pedidos el naciente proletariado, concentrado en centros urbano industriales con patrones capitalistas estaban sujetos a jornadas laborales de entre 10 a 16 horas diarias, pésima alimentación que brindaban los patrones, malas condiciones de trabajo, salarios que no compensaban las continuas alzas del costo de vida, etc. Laboraban allí hombres maduros, mujeres y hasta niños.

El panorama era pues muy claro. Mientras unos se hacían cada vez más ricos, los otros, la mayoría de peruanos, veían cada vez más agravar su injusta situación en La Protesta (1911-1926) periódico anarquista; en ella encontramos a los mismos obreros como redactores de sus vidas, sus quejas, sus comunicados y por supuesto su protesta. En ella se lee: “(…) y la tempestad es evidente, porque hay madres que en vano se estrujan los pechos, porque hay miserables que no pueden llevarse un pedazo de pan a los labios, porque hay degenerados, porque no hay luz para los espíritus, porque nos ahogamos en esta atmósfera de bajas pasiones, de egoísmo brutales, de pequeñeces, de injusticia (…)” También encontramos entre la prensa obrera la de los textiles donde denuncian sus problemas. Citando concretamente en El Obrero Textil: “Los 3 ó 4 soles que percibimos hoy día no son suficientes para poder atender siquiera nuestros alimentos y la de nuestra familia. Si bien es cierto que ahora un año nuestros patrones aumentaron en un 30 % nuestros exiguos salarios, los artículos alimenticios han encarecido en un 200% y nuestros explotadores han subido el precio de los géneros hasta un 300%” El trabajo de un obrero era de 16 horas diarias, sin dominical, sin vacaciones anuales, sin leyes de protección contra accidentes. Así lo cuenta un protagonista de la época, Julio Portocarrero: “Las condiciones de trabajo eran duras, desde las 6:30 am. hasta las 9:00 pm., con un intervalo para el desayuno de un cuarto de hora, de 9:00 y 9:15; luego 11:00 y 12:00 para el almuerzo y después de 6:00 a 7:00pm para la cena, se trabajaba a destajo y luego por supuesto el salario era bastante deficiente”

Y donde vivia la clase obrera? Ellos también nos lo describen en su prensa: “La vida del pueblo encerrado en callejones y casa de vecindad es triste es horrorosa, es injusta, es criminal. Las familias apenas si desayunan una taza de te y un pan, otras que hacen una sola y escasa comida al día” En 1928 un obrero ganaba 3 soles diarios en lo que al mes vendrían 75 soles, gastando el 60% en comida y 40% en vivienda. Steve Stein menciona: “Temían mucho a las enfermedades ya que acaecía a la pérdida de trabajo (…) pagaban por vivienda algo de 16 ó 18 soles que costaba de 2 habitaciones en un callejón.” En el Archivo General de la Nación (AGN) encontramos expedientes de 1938 sobre las viviendas obreras, donde los representantes de propietarios Urbanos de la Provincia de Lima, envía una carta al Señor Presidente de la República pidiendo que no se produzca la desaparición de solares y callejones por decretarse la ley 8487 sobre la inspección de la vivienda obrera, esto obligaba a los propietarios hacer arreglos y a su vez causaba la subida de los alquileres, argumentando: “De este modo las viviendas que antes se alquilaba por la merced conductiva que fluctuaba entre 3 soles y 10 soles mensuales están desapareciendo casi por completo convirtiéndose en virtud de las mejoras efectuadas, en arriendos mínimos de 12 soles (…) Así para poder alquilar un cuarto cuya renta sea de s/12 soles al mes, el inquilino que tiene que contar con la suma de s/ 48 soles al constituir el deposito de s/ 36 soles equivalente de 3 meses y s/ 12 por el primer mes adelantado. En casi todos los casos esto resulta imposible para el inquilino, que es persona pobre y hasta menesterosa, que nunca tuvo junta esta cantidad de dinero la cual correspondería para él un verdadero capital de trabajo (…). En solución a estos problemas no puede ser indiferente el Estado, sobre todo si se considera que en prudente estimación hay en Lima no más de 50 mil habitantes acostumbrados a pagar arriendos inferiores a s/ 10 soles mensuales y cuyos recursos económicos no les permite abonar más (…)” Con esta carta enviada por los propietarios conocemos los pagos que hacían los obreros para el alquiler de sus cuartos y en qué condiciones vivía la clase obrera peruana y por qué tuvo que intervenir el gobierno con la resolución para la inspección de estas viviendas, en vista que vivían en tan malas condiciones que hubo una ley para inspeccionarlas, claro esta esto no les convenía a los propietarios de las viviendas, ya que tenían que hacer arreglos y eso les costaría. Inclusive los mismos aluden a la clase obrera como pobres, muy pobres que sus míseros sueldos no les alcanzaban para pagar un sólo cuarto. Vemos el problema de vivienda en sus gastos, sin embargo esto nos lleva a la pregunta, ¿y la educación? Ellos no fueron indiferente a este problema se organizaron y en 1922 crearon las universidades populares inclusive había una comisión de la formación de bibliotecas como la de “Ricardo Palma”, la clase obrera no se quedo de brazos cruzados ente sus problemas buscaron soluciones inmediatas.

III. Los Anarquistas

Los anarquistas combatieron a los mutualistas por no enfrentar la raíz del problema de los trabajadores y por su compromiso con los políticos de la época. Los panaderos fueron los primeros en romper con la Confederación de los Artesanos (posición mutualista) y formaron en 1904 la Federación de Obreros Panaderos “Estrella del Perú”(con ideas anarquistas) en este grupo estuvieron Manuel Caracciolo Lévano y Delfín Lévano entre otros, inician el movimiento sindical y organizan por primera vez el 1° de Mayo en 1905. En esa velada que tenia como ponentes a Manuel Gonzáles Prada y Manuel Caracciolo Lévano fue donde Gonzáles Prada pronuncio su fecundo discurso “El intelectual y el Obrero”. Allí lanzó Manuel Caracciolo Lévano, su discurso “Qué son los gremios obreros en el Perú y lo que deberían ser”. Era el primer programa proletario de nuestra historia, y en él se llamaba a la organización y la lucha por la jornada de ocho horas y otros derechos, contó con una masiva participación de la clase trabajadora (aproximadamente 5 000 personas. Nos cuenta César Lévano al respecto: “Manuel C. Lévano, un trabajador, un hombre igual que ellos habían hablado cosas terribles, luminosas, verdaderas. Todo el dolor de clase, toda la injusticia de clase, habían convergido en esa frase que martillaban ahora en cada cerebro: ¡Viva la jornada de ocho horas!”

Fue el tema central la lucha por las 8 horas de trabajo. La clase obrera peruana empezó a adoptar las ideas anarquistas, ayudándole a organizarse sindicalmente y es por eso que se hablará del anarco-sindicalismo. A partir de 1905 los trabajadores desfilan cada primero de mayo por las calles de Lima y Callao con la bandera roja y negra. No puedo dejar de mencionar a la prensa obrera anarquista que fue de gran importancia, y sirvió como defensa frente a las calumnias de una prensa conservadora que tergiversaba el problema obrero describiéndolos de revoltoso y violentos en vista de que no habían vivido antes este movimiento social. Como fue el caso del periódico La Prensa que se manifiesta en contra de las huelgas obreras, esto causó una réplica en Los Parias colocando como titular “Las huelgas y La Prensa”: “(…) La Prensa ha censurado desde un principio la huelga de Huacho. Trató de extraviar la opinión pública (…) los panaderos se declararon en huelga en solidaridad a la matanza de mujeres de Huacho. Es criminal, es inhumano, decir que las huelgas no son provocadas por la miseria del pueblo, sino por la labor envidiosa de unos cuantos agitadores. Solamente a un cretino se le ocurre decir tales torpezas (…)” Los periódicos obreros con influencia anarquista eran: La Protesta, Los Parias, el Hambriento, el Oprimido . La Protesta como la principal difusora ellos nos dirán: “(…) sacamos “La Protesta” voceando la anarquía como ideal nuestro y el sindicalismo revolucionario como medio de organización obrera” .

IV. Escalada de Luchas

Con esta conciencia de clase y organizados los obreros avanzan con paros y movilizaciones. Se desplegaron grandes luchas en el ínterin todas ya animadas por la pretensión de las 8 horas de trabajo. En 1911 se desarrolla el primer Paro General en Lima en solidaridad con los obreros de Vitarte que habían sido masacrados por las tropas del Gobierno ante sus reclamaciones desoídas. Represión que mostraba así la cara que siempre ponen cuando se trata de las reivindicaciones obreras y sociales: salir a defender al capitalista, a la clase económicamente dominante.

Vino luego la gran Huelga de 1912 en el Valle de Chicama, en el Norte del país, en las Haciendas Casa Grande, Zucher Plantagen, Roma, Chiclin, Cartavio, etc. donde protestaban por los bajos salarios, precios elevados de los alimentos vendidos obligatoriamente en los Tambos, por la disminución de sus jornales por los nuevos empleados extranjeros que traían los Hacendados y que fue reprimida con gran violencia por la fuerza pública en el Gobierno del Presidente Billinghurst.

En 1913 en el Callao se sentó por vez primera las 8 horas en el Perú en un sector de la clase trabajadora en medio de un ejemplo de unificación obrera. Ese año se inició un Paro General de los Metalúrgicos, Textiles, Tipógrafos, Panaderos, etc., en apoyo a la huelga iniciada por los Jornaleros de la Unión General de Jornaleros del Callao, que demandaban 8 horas de trabajo junto al abaratamiento del precio del pan, y que se inició el 7 de Enero de 1913. Fue todo un movimiento huelguístico que casi puso de rodillas a la patronal que empleaba jornaleros en los Muelles del Callao y que mereció una dura represión desde el Estado cuyo Gobierno decretó el estado de Sitio por la fuerza del movimiento obrero tanto en Lima y Callao.

El Presidente Billinghurst y sus politicas populistas sacaron aquí su verdadera faz llegando a Reglamentar las Huelgas por lo que el movimiento obrero comenzó a ver en los gobiernos sus auténticos enemigos de clase. Comentando esta gesta obrera, Cesar Lévano señaló que «El Paro se extendió tan avasalladoramente que el Presidente Billinghurst atemorizado puso a Lima en estado de sitio. En la ciudad otrora convencional, el cierrapuertas de fondo nuevo; los que se parapetaban era solo los privilegiados de las calles céntricas. En las vías Principales mandaban los huelguistas».

Pese a la dureza con que el Estado trató a los huelguistas, el movimiento obrero consiguió las 8 horas de trabajo para los obreros del Callao. Los diarios transmitieron el decreto gobiernista:

» Lima, 10 de Enero de 1913,

Vista la petición formulada por los jornaleros de Muelles y Dársenas del Callao y encontrándose justificadas las razones que exponen se resuelve:

Desde la fecha la descarga en el Muelle y Dársena y en la Bahía del Callao tendrá lugar durante todos los días útiles del año desde las 7 a.m. hasta las 11 a.m. y desde la 1 p.m. hasta las 5 p.m. derogándose en esta parte el art. 41º del Reglamento aprobado por Resolución Suprema del 31 de Enero de 1875.

Regístrese, comuníquese, publíquese y archívese.

Rúbrica del S.E.

Maldonado»

Luego tendríamos mas luchas obreras. En 1913 en Talara y Negritos, en el norte peruano, los petroleros sacaron adelante una Huelga exitosa y que trajo consigo el despido de varios lideres obreros por parte de la empresa inglesa Duncan Fox y que fueron repuestos gracias al apoyo de los obreros del Callao que sabotearon los embarques y desembarques de dicha empresa.

Luchas tambien se registran en Huacho, Sayán, Supe y Pativilca que en 1916 reclamaron un aumento hasta del 50% de sus jornales por el alza del precio de las subsistencias. En Huacho, el 10 de Junio de 1916, en medio del fragor de la lucha hubo una matanza de trabajadores siendo victimadas las mujeres Irene Salvador y Manuela Chaflajo.

Hubo también mas luchas de los trabajadores textiles, una de las cuales en 1915 culminó en masacre con el asesinato de Vilela en Vitarte.

Junto a ella, el proletariado peruano fue forjando sus órganos de clase las que fueron vertebrados en torno a la lucha por las 8 horas de trabajo.

Anota Sulmont que en 1918 los anarquistas del Grupo La Protesta constituyeron La Federación Obrera Local de Lima en reemplazo de la Federación Obrera Regional de 1913, estando agrupadas en ella los gremios de Panaderos, Textiles, Gráficos, Ferrocarrileros, Zapateros, Sastres, Mosaistas, Picapedreros, Jornaleros del Callao, Trabajadores Marítimos y otros.

En su I Congreso de Diciembre de 1918, esta Federación se impuso bregar por la Jornada de 8 Horas. Ya para Noviembre por Ley Nº 2851 a iniciativa de José Matías Manzanilla el Estado consideró ya la jornada laboral de 8 horas diarias para las mujeres y los niños así como el trabajo de 45 horas semanales lo que atizó el ambiente laboral, especialmente en el sector textil.

V. La Vispera

Esto despertará en los obreros las fuerzas de seguir luchando y conquistar las 8 horas de trabajo para todos, repercutió principalmente en las industrias de tejido, el 23 de diciembre los trabajadores de la fábrica “El Inca”, ingresan a la huelga indefinida. Luego, una comisión de 20 hombres se traslada a Vitarte para poner en conocimientos a sus compañeros. Luego que los obreros de la fábrica “El Inca” llegan a Lima se reúnen con los obreros de la capital y se realiza una asamblea para definir el problema y plantear su pliego de reclamos en conjunto.. A los pocos días se les unieron los trabajadores textiles de la Vitarte Cotton Mill formando ambos el Comité de Lucha Vitarte-Inca, haciendo un llamado a que los demás trabajadores de tejidos.

Este llamado no sólo fue a los trabajadores textiles, sino a toda la clase trabajadora.

Luego, los obreros forman comisiones para visitar las distintas fábricas de Lima y Callao. Comisiones formadas por dos mujeres y dos hombres o un hombre y una mujer. Estas Comisiones obreras dejaban el mensaje claro en cada centro fabril: Huelga por las 8 horas de trabajo. Entre el lunes 26 de Diciembre al Sábado 31 los obreros textiles ya habían paralizado totalmente. Fábricas como Victoria, Vitarte, San Jacinto y La Unión.

En un comunicado del Comité enviado al público dice lo siguiente: “(…) No es un capricho el que sostenemos: es un deber altamente humano que los hijos de obreros tengan salarios y un trabajo que les permita alimentarse mejor y dar debido descanso a su organismo a fin de que las generaciones futuras sean fuertes en energía física y moral” . Formando el Comité de Huelga Vitarte–Inca establecieron propagandas en otras organizaciones obreras, solicitando su apoyo y el nombramiento de representantes, el 26 de diciembre la fábrica de Tejido La Victoria se les unió, como San Jacinto y el 28 de diciembre El Progreso. Los panaderos, por su cuenta, presentaron el 30 de diciembre a los propietarios de panaderías su pliego de reclamos, marcando las 8 horas de trabajo.

En la asamblea realizada el 31 de diciembre de 1918, se acordó la convocatoria a un mitin obrero, para el 01 de enero de 1919 a la vez se elevaba el pedido al Ministro de Justicia de liberar a los compañeros detenidos en Huacho (entre ellos Gutarra) que fueron apresados allá al informar de la huelga a los compañeros de huacho, en el parque Neptuno (donde fue la asamblea) fueron reprimidos por la fuerza policial, deteniendo a muchos compañeros. En esta misma asamblea se acordó pasar la siguiente nota a la Federación de Estudiantes del Perú (FEP), solicitando su apoyo moral, en esos momentos el presidente FEP era el estudiante Felipe Chueca. El 2 de enero se sumaron los panaderos y es cuando aparecen las primeras ollas comunes en la capital.

El 6 de enero el Comité de Huelga reunido en el local de la Sociedad Hijos del Sol, constituido por los delegados de las fábricas textiles: El Inca, Vitarte, La Victoria, San Jacinto, La Unión; se acordó disolverla designándose en su reemplazo el Comité Pro-Paro General, al sumarse los delegados de Huacho, jornaleros del Callao, motoristas y conductores, zapateros y curtidores. En aquel entonces la prensa informaría la posición que toma el propietario ante la huelga: “(…) pues estos se niegan a conceder el jornal de 8 horas, que según todos las versiones es el punto capital para los arreglos; ante esta negativa de parte de los propietarios, ayer no han concurrido a varios establecimiento, los panaderos paralizando de esta manera las labores cotidianas y obligaciones a los dueños a cerrar sus puertas” . Y en los periódicos anarco-sindicalistas denunciaban la actitud de los patronos: “Ningún gremio peor condenado en el trabajo que este sometido a una labor antinatural y fatigosa, condenado por la ciencia médica, el obrero panadero es víctima de la explotación capitalista y de las enfermedades generadas por esa profesión antihumana, sin embargo, los patronos, con el fútil pretexto de que sus negociaciones no le permiten aumentar sus planillas de agosto, pero sí se les permite comprar automóviles y construcciones se niegan a aceptar la jornada de 8 horas” .

VI: Haya De la Torre el Oportunista

El 13 de enero empezó definitivamente el paro nacional continuando el 14. En esos días toda Lima estaba paralizada ya que solo transitaban las ambulancias. Es aqui donde aparece la fijura de Victor Raul Haya de la Torre y su presunto protagonismo en la obtencion de las 8 horas en el Peru. Carlos Barba nos cuenta lo que realmente paso: „ habían reunido a las fuerzas policiales y del ejército, cañones, ametralladoras y cuanto hay en el Parque Neptuno. Nos tenían un miedo tremendo. Y entonces el ministro Augusto Vinelli mando pedir una comisión para conferenciar sobre la petición de los obreros. Se nombró una comisión y ninguno quería ir. Tenían temor, porque estaban las tropas rodeando. Entonces alguien dijo que deberían ir los estudiantes. Allí había ido Haya De La Torre, Bruno Bueno De La Fuente y Valentín Quesada. Dijeron que la fuerza no se atrevería a abusar con ellos; ese fue el motivo de la intervención de Haya De La Torre. De ahí es donde viene la famosa figura que (los apristas) quieran dar, de que el tiene algo que ver con las organización de la lucha de las ocho horas. El no tuvo nada que ver con esto. Eso fue hecho por los trabajadores, por los dirigentes obreros y por los agitadores que les llamaban en esa época “los del Grupo La Protesta” y todas esas cosas; esos fueron los que hicieron la jornada de las ocho horas, no el Sr. Haya De La Torre.“

Pero muchos desconoces esta parte de la historia entre ellos Felipe Cossío del Pomar que hace referencia a un sólo hombre quien logró la conquista: “La justiciera jornada de 8 horas la idea inspiradora es una, la voluntad realizadora también es una, las dos emanan de Víctor R. Haya de la Torre” .

VII. Las 8 Horas de Trabajo en el Perú

El 8 de Enero de 1919 el Presidente Pardo suprime las garantías individuales y disuelven violentamente las manifestaciones y concentraciones obreras especialmente en Vitarte, ordenando también la detención de los dirigentes sindicales demostrándose una vez mas que el Estado solo representa a la clase capitalista y que no le interesaban las demandas obreras.

Esta provocación estatal es respondida unitariamente por la clase trabajadora que el 13 de Enero decreta un Paro General siendo su Comité de Huelga Central presidido por el obrero textil Fausto Navarrete y conformado por Carlos Barba, Nicolás Gutarra, Julio Portocarrero y César Fonkén, todos ellos obreros. El diario el Comercio informaba que todas las mociones eran aprobadas a las 4 de la mañana:

«1º Proclamar el Paro General por 48 horas.

2º Siendo el Paro General una significación moral, incluidos en ésta la libertad incondicional de los apresados en Casapalca, como también de todos los compañeros que por motivo del movimiento fueron reducidos a prisión;

3º La Asamblea protesta contra la fuerza brutal del militarismo por derramar sangre de los trabajadores, en su necio afán de sostener el estado normal de cosas.

4º la Asamblea al proletariado nacional hace un llamado para la conquista de las 8 horas por la acción directa»

Comisiones obreras salieron ni bien culminó la Asamblea. La solidaridad con esta lucha no se hizo esperar en El Callao, pese a que los Jornaleros ya gozaban de las 8 horas por su lucha de 1913. Allí los delegados de los huelguistas, Julio Portocarrero y Julio Campos. Este último, según narra Portocarrero, «se acercó a José Avante, el presidente de los Jornaleros… Les habló. El Presidente se trajó una banquita que tenía ahí. Dio la voz para que pararan todos y no ingresara ningún trabajador al muelle. El muelle Dársena quedaba frente a la plaza Grau. En la reja de entrada habló a los compañeros: aquí hay una delegación que ha venido de Lima, a poner en conocimiento que se ha decretado el Paro General. Así es que ya saben Ustedes lo que hay que hacer. !Vamos al Paro General! » Nada más. Yo no tuve que pronunciar una palabra más. Cada uno dejó de entrar al trabajo, y se fue

Pero el trabajo de solidaridad de los jornaleros no quedó allí. En el relato de Portocarrero hallamos una muestra de lo que es el poder obrero que sin pedir nada a cambio expresan solidaridad de clase:

«Cada uno dejó de entrar al trabajo, y se fue. A dónde se fueron? Se fueron primero a hacer parar a los tranviarios; luego a hacer parar a los del Molino Santa Rosa y Cogorno; se fueron a hacer parar a los del Vulcano; se fueron a hacer parar a los de la factoría El Águila y Guadalupe, y así a todos los centros de trabajo. Nosotros dimos una vuelta por ahí y dijimos, «vamos a Lima». Cuando nosotros quisimos ir a Limas, ya no encontramos ningún tranvía, ya no había tranvía. Todo estaba paralizado. La gente emprendía la marcha hacia Lima a pie. Nosotros también nos vinimos así.»

Lima y Callao, incluyendo sus Balnearios, entonces, estaban paralizados totalmente el dia 13 de Enero.

Las clases dominantes, los capitalistas, el gobierno, su gendarmería, todos estaban a la expectativa luego de ese día y temerosos tuvieron que ceder a la exigencia obrera. Así el 15 de Enero de 1919, el Ministro de Fomento Manuel Vinelli fue enviado por el Presidente José Pardo a leer en el local de la Federación de Estudiantes, donde hoy es el Museo de Arte en el Paseo Colón de Lima, El Decreto con el que se oficializó las 8 horas de Jornada laboral en el Perú. El Director de Fomento, Sr. Figueroa fue comisionado por el Gobierno para dar a conocer a los Huelguistas en el Local donde se concentraban en el Parque Neptuno que estaba totalmente cercado por el Ejército.

El 15 de enero de 1919 se logró la conquista de 8 horas laborales después de años de espera y luchas constantes, el pueblo salió a las calles de Lima festejando su victoria.

Asi se convertirian en los primeros en conquistar en América la jornada de ocho horas.

VIII. Conclusiones

Luego de la conquista de las 8 horas el 15 de enero de 1919, los obreros tuvieron que seguir luchando para mantenerla y no dejar que le quiten lo ganado. A pesar, de su conquista todavía en 1920 había patronos que no respetan la ley de 8 horas de trabajo. Esto lo conocemos por las cartas emitidas por los propios obreros y también lo denunciaran en la prensa escrita. La clase obrera se dará cuenta de la gran importancia que es organizarse para poder ser escuchados y exigir sus demandas -como se vio- antes no existía una organización sindical (1896), no estaban unidos, esto les convenía a los patrones, ya que podían expulsar a los dirigentes y el resto de trabajadores no podían hacer nada para evitarlo. Pero esto con los años fue evolucionando se empezaron a organizarse y no solo eso también adoptaron una ideología; las ideas de los anarquistas, que les enseñaro a ser más unidos y solidarizarse con sus compañeros ya que se dieron cuanta que tenían un problema en común. El proletario para entonces se convierte ahora en clase obrera. Con la formación de las Federaciones obreras la clase obrera salía en defensa de sus compañeros, como fue el caso de enfermedad donde eran despedidos entre muchos otros casos.

La jornada laboral de las 8 horas es una de las más importantes conquistas de la clase obrera peruana, fueron años de heroica y tenaz lucha contra patrones y el propio Estado, ambos se unieron contra la clase obrera, haciendo caso omiso a sus reclamos, sin embargo el pueblo tendrá que realizar grandes gestas por sus derechos. Donde los compañeros anarquistas realizaron una tremenda labor de informacion y organizacion.

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PERU: 8 horas de trabajo conquistada en 1919

Mauricio Quiroz Torres

limaprovincias@hotmail.com

EL PROLETARIADO PERUANO CONQUISTO LAS 8 HORAS DE TRABAJO EL 15 DE ENERO DE 1919.

EL 15 DE ENERO DE 1919: UNA CONQUISTA OBRERA

87 AÑOS DE LAS 8 HORAS DE TRABAJO EN EL PERU

Mauricio Quiroz Torres*

“Esperar una ciencia imparcial en una sociedad de esclavitud asalariada, seria la misma pueril ingenuidad que esperar de los fabricantes imparcialidad en cuanto a la conveniencia de aumentar los salarios de los obreros, en detrimento de las ganancias del capital”.

Lenin: “Las tres fuentes y las tres partes integrantes del Marxismo”.

Palabras Previas

El capitalismo y el socialismo domesticado no quieren hablar hoy de las luchas obreras que incluso han sido sacadas de los textos de Historia por los ejemplos de combatividad, heroísmo y solidaridad que expresa el proletariado como última clase de la historia clasista y porque ambos expresan el espíritu burgués de considerarse como pilares de la historia.

Por otra parte los politicastros y los plumíferos del gobiernismo y del capital se presentan de tiempo en tiempo como adalides de la Jornada diaria de las 8 Horas de Trabajo desconociendo que esta fue una lucha eminentemente obrera y que tuvo varios años de preparación luego que el proletariado internacional, en Estados Unidos de Norteamérica, lo conquistó a sangre y fuego en 1886, fines del siglo XIX.

Como en muchas de las cosas que pasan en el país, aquí llegamos tardíamente a la conquista de ese derecho tan importante para el trabajador de hoy en día, pues el proletariado peruano recién lo conquistó el 15 de Enero de 1919, hace 87 años mientras en otros países pasa ya el centenario.

No fue nada fácil conseguirlo pues el pueblo tiene que realizar grandes gestas por los derechos del proletariado y del pueblo y que hoy usufructúan inmensas generaciones en el país y en el mundo.

Queremos poner a nuestros lectores con los instantes previos y el momento de su conquista para que conozcan que no fue nada fácil. Fueron años de vicisitudes. Fueron años de represión y masacre. Fueron años de heroica y tenaz lucha contra los Patrones y el Estado que se coligaron para enfrentar las reclamaciones obreras colocándose así como auténticos enemigos de clase y que lo siguen siendo hoy en día. Fueron años de lucha que al final tuvo su fruto para la clase proletaria.

EL CONTEXTO

En los instantes previos en que el Perú no contaba con el Partido del Proletariado ni las masas populares hallaban un claro norte socialista pese a que ya la Revolución Bolchevique de 1917 en Rusia había triunfado, las masas obreras peruanas se lanzaron a una jornada de lucha por conquistar la Jornada diaria de las 8 horas de Trabajo a principios de 1919, luchas orientadas por obreros guiados en buena parte de los casos por el anarcosindicalismo y que tenía como mentor al Maestro Manuel González Prada (1). El Amauta José Carlos Mariátegui recuerda que fue en una actuación de los Panaderos donde González Prada pronunció su discurso sobre los Intelectuales y el Obrero del 1º de Mayo de 1905 y que reprodujo su Revista «Labor» en su Edición Nº 8. Los obreros del coloso imperialista EE.UU. ya la habían conquistado con grandes movimientos obreros que contaron con el suplicio de los combatientes sindicalistas como Parson, Engel, a quienes el encono de los patronos por demoler la acción clasista los hizo ajusticiar acusándolos de terroristas. Pero el Per Pero el Perú aún no la tenía para sus trabajadores.

Desde la aparición de la industria moderna en el país, a fines del siglo XIX, hizo su ingreso a la escena patria, también, junto a la clase capitalista criolla el proletariado moderno que se concentró en los sectores económicos Textil, Alimenticio, Minero y Agrícola. Junto a ellos los Obreros Panificadores, Portuarios, Gráficos, Ferrocarriles, eran las otras fuerzas sociales de notable importancia en esos años.

Muchos de ellos como anota Dennis Sulmont (2), habían salido de las filas del artesanado que había sido llevado a la ruina por la libre importación de productos extranjeros que inundaron principalmente Lima, donde se hallaba el grueso del artesanado peruano que a mediados del siglo XIX llegó a una crisis final luego de dar sus últimas batallas por impedir el ingreso masivo de mercaderías extranjeras.

Varios eran los problemas que enfrentaba el naciente proletariado peruano. Si el artesanado laboraba sin jornada de trabajo por la naturaleza de su labor propia de talleres familiares y que era casi sin descanso y de lunes a domingo pues trabajaban sobre lotes de pedidos el naciente proletariado, concentrado en centros urbano industriales con patrones capitalistas estaban sujetos a jornadas laborales de entre 10 a 16 horas diarias, pésima alimentación que brindaban los patrones, malas condiciones de trabajo, salarios que no compensaban las continuas alzas del costo de vida, etc. Laboraban allí hombres maduros, mujeres y hasta niños.

Julio Portocarrero (3) recuerda que cuando ingresó a laborar de obrero textil en Vitarte ingresaba a las 6.30 de la mañana hasta las 9.00 de la noche, o sea 12 horas, de los cuales el patrón les daba un cuarto de hora para tomar desayuno, una hora de salida para el almuerzo y a las 6 de la tarde una hora de salida para la Cena y luego desde las 7 de la noche a regresar al trabajo. La paga era por trabajo a destajo, o sea los obreros ganaban por la cantidad de piezas que producían, la que era fijada por el patrón.

LAS PRIMERAS PROTESTAS DEL PROLETARIADO

Frente a esta triste realidad los obreros principalmente textiles, fueron los primeros en hacer sentir su protesta desarrollándose así en 1896 una primera Huelga exigiendo la reducción de la jornada de trabajo, aumento de salarios y mejora de la alimentación (4). Fue una Huelga dirigida por un grupo dirigido por Emilio Mendoza y que era en la fábrica Textil del Grupo Grace en Vitarte y que no contó con el apoyo del Gobierno de Nicolás de Piérola que más bien lo tildó de «criminal» (5).

En un ambiente totalmente hostil tanto de los patrones como del gobierno de turno fue germinando la conciencia clasista y la necesidad de mayor organización obrera y que denotaba con claridad que el interés del proletariado no es idéntico al de la clase capitalista y del Estado que salía en defensa de los patrones. Fue así como los obreros aprendieron a salir de su mundo fabril localista, comenzaron a visitar a otros obreros de las fábricas y Haciendas aledañas y a frecuentar con intelectuales que pudieran apoyar sus luchas. Así forjaron mas luchas.

Llegó así la Huelga de los Portuarios de 1904 en el Callao donde murió Florencio Aliaga, a quien se recuerda como el primer mártir del movimiento obrero peruano. Ese mismo año, los Panaderos peruanos organizaban centralizadamente el interés obrero. En 1905 organizaron un acto por la celebración de la Jornada Internacional de los Trabajadores emulando a los mártires de Chicago y donde se acordó luchar por la jornada de 8 horas, lo que permitió una mayor concentración obrera, que tuvo en 1913 la Federación Obrera Regional Peruana y en 1915 la Unión de Trabajadores en Tejidos con los obreros textiles de Lima y Vitarte.

Se desplegaron grandes luchas en el ínterin todas ya animadas por la pretensión de las 8 horas de trabajo. En 1911 se desarrolla el primer Paro General en Lima en solidaridad con los obreros de Vitarte que habían sido masacrados por las tropas del Gobierno ante sus reclamaciones desoídas. Represión que mostraba así la cara que siempre ponen cuando se trata de las reivindicaciones obreras y sociales: salir a defender al capitalista, a la clase económicamente dominante. El 25 y 26 de Mayo de 1912, se hizo un Paro General en apoyo de Guillermo Billinghurst.

Vino luego la gran Huelga de 1912 en el Valle de Chicama, en el Norte del país, en las Haciendas Casa Grande, Zucher Plantagen, Roma, Chiclin, Cartavio, etc. donde protestaban por los bajos salarios, precios elevados de los alimentos vendidos obligatoriamente en los Tambos, por la disminución de sus jornales por los nuevos empleados extranjeros que traían los Hacendados ( 6) y que fue reprimida con gran violencia por la fuerza pública. El Presidente Billinghurst, a quien los obreros apoyaron anteriormente sacó así su verdadera faz llegando incluso a Reglamentar las Huelgas

CALLAO-1913: LAS PRIMERAS 8 HORAS DE TRABAJO

También habríamos de contar las luchas de 1913 en el Callao y que sentó por vez primera las 8 horas en el Perú en un sector de la clase trabajadora en medio de un ejemplo de centralización y unificación obrera. Ese año se inició un Paro General de los Metalúrgicos, Textiles, Tipógrafos, Panaderos, etc., en apoyo a la huelga iniciada por los Jornaleros de la Unión General de Jornaleros del Callao cuyo Presidente era Fernando Vera, que demandaban 8 horas de trabajo junto al abaratamiento del precio del pan, y que se inició el 7 de Enero de 1913. Fue todo un movimiento huelguístico que casi puso de rodillas a la patronal que empleaba jornaleros en los Muelles del Callao y que mereció una dura represión desde el Estado cuyo Gobierno decretó el estado de Sitio por la fuerza del movimiento obrero tanto en Lima y Callao.

El Presidente Billinghurst, a quien los obreros apoyaron anteriormente sacó aquí su verdadera faz llegando incluso a Reglamentar las Huelgas por lo que el movimiento obrero comenzó a ver en los gobiernos sus auténticos enemigos de clase. Comentando esta gesta obrera, Cesar Lévano señaló que «El Paro se extendió tan avasalladoramente que el Presidente Billinghurst atemorizado puso a Lima en estado de sitio. En la ciudad otrora convencional, el cierrapuertas de fondo nuevo; los que se parapetaban era solo los privilegiados de las calles céntricas. En las vías Principales mandaban los huelguistas» (7)

Pese a la dureza con que el Estado trató a los huelguistas, el movimiento obrero consiguió las 8 horas de trabajo para los obreros del Callao. Los diarios transmitieron el decreto gobiernista:

» Lima, 10 de Enero de 1913,

Vista la petición formulada por los jornaleros de Muelles y Dársenas del Callao y encontrándose justificadas las razones que exponen se resuelve:

Desde la fecha la descarga en el Muelle y Dársena y en la Bahía del Callao tendrá lugar durante todos los días útiles del año desde las 7 a.m. hasta las 11 a.m. y desde la 1 p.m. hasta las 5 p.m. derogándose en esta parte el art. 41º del Reglamento aprobado por Resolución Suprema del 31 de Enero de 1875.

Regístrese, comuníquese, publíquese y archívese.

Rúbrica del S.E.

Maldonado» (8)

MAS LUCHAS OBRERAS Y SU ORGANIZACION

Luego tendríamos mas luchas obreras. En 1913 en Talara y Negritos, en el norte peruano, los petroleros sacaron adelante una Huelga exitosa y que trajo consigo el despido de varios lideres obreros por parte de la empresa inglesa Duncan Fox y que fueron repuestos gracias al apoyo de los obreros del Callao que sabotearon los embarques y desembarques de dicha empresa.

La historia del movimiento obrero registra también las luchas de los trabajadores de Huacho, Sayán, Supe y Pativilca que en 1916 reclamaron un aumento hasta del 50% de sus jornales por el alza del precio de las subsistencias. En Huacho, el 10 de Junio de 1916, en medio del fragor de la lucha hubo una matanza de trabajadores siendo victimadas las mujeres Irene Salvador y Manuela Chaflajo, como recuerda Jorge Basadre (9)

Hubo también mas luchas de los trabajadores textiles, una de las cuales en 1915 culminó en masacre con el asesinato de Vilela en Vitarte.

Junto a ella, el proletariado peruano fue forjando sus órganos de clase las que fueron vertebrados en torno a la lucha por las 8 horas de trabajo. Anota Sulmont que en 1918 los anarquistas del Grupo La Protesta constituyeron La Federación Obrera Local de Lima en reemplazo de la Federación Obrera Regional de 1913, estando agrupadas en ella los gremios de Panaderos, Textiles, Gráficos, Ferrocarrileros, Zapateros, Sastres, Mosaistas, Picapedreros, Jornaleros del Callao, Trabajadores Marítimos y otros.

LAS 8 HORAS DE TRABAJO

En su I Congreso de Diciembre de 1918, esta Federación se impuso bregar por la Jornada de 8 Horas. Ya para Noviembre por Ley Nº 2851 a iniciativa de José Matías Manzanilla el Estado consideró ya la jornada laboral de 8 horas diarias para las mujeres y los niños así como el trabajo de 45 horas semanales lo que atizó el ambiente laboral, especialmente en el sector textil.

Los obreros de la fábrica textil El Inca en la tercera semana de Diciembre arrancan una Paralización casi sin presentar pliego alguno. Los dirigentes obreros de entonces, coordinando entre sí, ven en esto la oportunidad para plasmar la petición de la Jornada de 8 Horas y coordinando con los Comisionados de dicha Fábrica Alfredo Borjas, Alberto Mendieta y el chino Matos así lo hacen saber a éstos y a otros dirigentes de otros gremios obreros. El 24 de Diciembre de 1918, el Gerente de El Inca dijo que no a la petición de las 8 horas de trabajo. Y desde ese momento se declaró una Huelga por las 8 horas de Trabajo formándose el Comité de Huelga Vitarte-Inca presidido por Manuel Casabona de la textil El Inca.

Así se inicia la lucha por las 8 Horas de Trabajo.

Luego, los obreros forman comisiones para visitar las distintas fábricas de Lima y Callao. Comisiones formadas por dos mujeres y dos hombres o un hombre y una mujer, como recuerda Julio Portocarrero. Estas Comisiones obreras dejaban el mensaje claro en cada centro fabril: Huelga por las 8 horas de trabajo. Entre el lunes 26 de Diciembre al Sábado 31 los obreros textiles ya habían paralizado totalmente. Fábricas como Victoria, Vitarte, San Jacinto y La Unión.

Allí los obreros se dan cuenta que no bastaba la lucha textil por las 8 horas. Debían expandir la lucha si querían triunfar y para eso era clave coordinar con los medios de prensa apareciendo así la contribución del diario El Tiempo, diario opositor al Presidente José Pardo y Barreda, donde escribía el Amauta José Carlos Mariátegui y que les publicaba todos sus Oficios remitidos por el Comité de Huelga. Eso es lo que hace un dirigente auténtico, no se queda en un solo lugar y busca coordinar acciones.

Formaron nuevas Comisiones para visitar a todos los demás gremios de trabajadores y de las Haciendas a unificarlos en la lucha por la jornada de las 8 horas. Este trabajo de hormiga lo hacían obreros que no ponían reparo alguno y sacrificaban las fiestas de Pascua y Año Nuevo en aras de una conquista superior.

Conforme se expandía la paralización textil había la necesidad, también, de conformar un Comité de Huelga General. En ese lapso, los estudiantes universitarios buscaron a los dirigentes huelguistas para coordinar acciones destacando entre ellos Bruno Bueno, Valentín Quesada y Víctor Raúl Haya de la Torre.

El 2 de Enero de 1919 los Panaderos se pliegan totalmente as la Huelga.

El 8 de Enero de 1919 el Presidente Pardo suprime las garantías individuales y disuelven violentamente las manifestaciones y concentraciones obreras especialmente en Vitarte, ordenando también la detención de los dirigentes sindicales demostrándose una vez mas que el Estado solo representa a la clase capitalista y que no le interesaban las demandas obreras.

Esta provocación estatal es respondida unitariamente por la clase trabajadora que el 13 de Enero decreta un Paro General siendo su Comité de Huelga Central presidido por el obrero textil Fausto Navarrete y conformado por Carlos Barba, Nicolás Gutarra, Julio Portocarrero y César Fonkén, todos ellos obreros. El diario el Comercio informaba que todas las mociones eran aprobadas a las 4 de la mañana:

«1º Proclamar el Paro General por 48 horas.

2º Siendo el Paro General una significación moral, incluidos en ésta la libertad incondicional de los apresados en Casapalca, como también de todos los compañeros que por motivo del movimiento fueron reducidos a prisión;

3º La Asamblea protesta contra la fuerza brutal del militarismo por derramar sangre de los trabajadores, en su necio afán de sostener el estado normal de cosas.

4º la Asamblea al proletariado nacional hace un llamado para la conquista de las 8 horas por la acción directa» (10).

Comisiones obreras salieron ni bien culminó la Asamblea. La solidaridad con esta lucha no se hizo esperar en El Callao, pese a que los Jornaleros ya gozaban de las 8 horas por su lucha de 1913. Allí los delegados de los huelguistas, Julio Portocarrero y Julio Campos. Este último, según narra Portocarrero, «se acercó a José Avante, el presidente de los Jornaleros… Les habló. El Presidente se trajó una banquita que tenía ahí. Dio la voz para que pararan todos y no ingresara ningún trabajador al muelle. El muelle Dársena quedaba frente a la plaza Grau. En la reja de entrada habló a los compañeros: aquí hay una delegación que ha venido de Lima, a poner en conocimiento que se ha decretado el Paro General. Así es que ya saben Ustedes lo que hay que hacer. !Vamos al Paro General! » Nada más. Yo no tuve que pronunciar una palabra más. Cada uno dejó de entrar al trabajo, y se fue.» (11). !Que tal muestra de desinteresada solidaridad!.

Pero el trabajo de solidaridad de los jornaleros no quedó allí. En el relato de Portocarrero hallamos una muestra de lo que es el poder obrero que sin pedir nada a cambio expresan solidaridad de clase:

«Cada uno dejó de entrar al trabajo, y se fue. A dónde se fueron? Se fueron primero a hacer parar a los tranviarios; luego a hacer parar a los del Molino Santa Rosa y Cogorno; se fueron a hacer parar a los del Vulcano; se fueron a hacer parar a los de la factoría El Águila y Guadalupe, y así a todos los centros de trabajo. Nosotros dimos una vuelta por ahí y dijimos, «vamos a Lima». Cuando nosotros quisimos ir a Limas, ya no encontramos ningún tranvía, ya no había tranvía. Todo estaba paralizado. La gente emprendía la marcha hacia Lima a pie. Nosotros también nos vinimos así.» (12)

Lima y Callao, incluyendo sus Balnearios, entonces, estaban paralizados totalmente el dia 13 de Enero.

Las clases dominantes, los capitalistas, el gobierno, su gendarmería, todos estaban a la expectativa luego de ese día y temerosos tuvieron que ceder a la exigencia obrera. Así el 15 de Enero de 1919, el Ministro de Fomento Manuel Vinelli fue enviado por el Presidente José Pardo a leer en el local de la Federación de Estudiantes, donde hoy es el Museo de Arte en el Paseo Colón de Lima, El Decreto con el que se oficializó las 8 horas de Jornada laboral en el Perú. El Director de Fomento, Sr. Figueroa fue comisionado por el Gobierno para dar a conocer a los Huelguistas en el Local donde se concentraban en el Parque Neptuno que estaba totalmente cercado por el Ejército.

Allí sesionaron los Huelguistas y acordaron levantar el Paro. La clase obrera había triunfado una vez más.

UNA ANÉCDOTA

Julio Portocarrero nos hace conocer que el mismo 15 de enero, casi agotado se fue a descansar y habiendo enviado a Grimaldo Escobedo a avisar a los obreros textiles de Vitarte de que el Paro se había levantado, éstos no le habían creído y reclamaban su presencia. Dejemos que él nos lleve a este importante pasaje de su vida:

» Al día siguiente, cuando yo estaba en el Parque Neptuno esperando que vinieran los demás delegados, me dio la voz Escobedo y me dijo que venía de Vitarte para decirme que fuera, porque los trabajadores no querían entrar a trabajar mientras yo no fuera a darles la información. Ante eso, me vi precisado a emprender inmediatamente viaje hacia la Estación de Desamparados para tomar el tren para Vitarte, y poder llegar a las 10 de la mañana. Cuando regresé a Vitarte e informé a la gente sobre el Decreto, resolvieron entrar a trabajar. Yo ya no regresé a Lima. Empecé a trabajar junto con todos los operarios».
(13)

Anécdota que retrata el fuerte liderazgo que tenían los dirigentes obreros de entonces.

EPILOGO

Esta fue una de las importantes conquistas de la clase obrera peruana para conseguir la Jornada de 8 Horas de Trabajo en el país hace casi 90 Años y que hoy es pisoteada por los capitalistas dizque modernos en cada confín del planeta y especialmente en el Perú.

Las lecciones de combatividad, heroísmo, solidaridad, unificación principista, direccionalidad obrera, etc. fueron una constante de esta gesta obrera y constituyen un ejemplo a seguir para continuar las luchas obreras y su ascenso al plano político.

Hoy le corresponde al proletariado peruano avanzar en que esta conquista sea respetada frente al confusionismo que genera en el país el gobiernismo que hoy se presenta como el adalid de esta importante lucha y frente al reformismo y el revisionismo que lo embarcan en el camino electorero como si el pueblo alguna vez con este camino haya conseguido algo duradero.

La clase obrera tiene ante sí la disyuntiva de seguir en el circulo vicioso de conquistar derechos que un tiempo es respetado y reconquistar derechos que los pierde cada vez que hay crisis del capitalismo y que ahora la globalización imperialista los amenaza con mayor pauperización.

En los países del capitalismo avanzado la clase obrera debe saber que según propias informaciones de esa agencia de la oligarquía imperialista mundial, el Banco Mundial, el decil más rico de Centro y Sudamérica se queda con el 48% del ingreso total mientras que el decil más pobre sólo recibe el 1.6% de dicho Ingreso.; y que en los países capitalistas el decil superior recibe el 29.1% mientras que el decil inferior solo el 2.5% (14) y que hoy en día las tarifas de servicios como la telefonía, el agua, el gas y la energía eléctrica crecen por encima de los salarios lo que hace caer sostenidamente los salarios de los trabajadores tanto así que en EEUU el Instituto de Política Económica Liberal refiriéndose a los altos costos energéticos se ha sobresaltado indicando que es la mayor caída del ingreso real en décadas (15). Se comprueba que pese a la globalización y al notable desarrollo de la tecnología los ricos se enriquecen mas y los pobres se empobrecen mas y que el salario de los trabajadores tiende a desvalorizarse mas cumpliéndose ese viejo precepto marxista de que los beneficios capitalistas crecen a expensas del salario de los trabajadores.

Situación del que no escapa el propio EEUU de Norteamérica, el clásico país imperialista y terrorista Nº 1 en el mundo, en la década de 1960 los trabajadores con sus salarios representaban el 46% del valor añadido del producto y en la década del 90 ha descendido totalmente pues representa solo el 36% (16); descenso que se viene observando ya en los beneficios de pensiones y de salud que si antes pagaban los patrones hoy lo hacen con la creciente participación del salario laboral conforme lo revela un Informe de la Kaiser Family Foundation: el 60% de las empresas ofrecen seguros de salud en el 2005 mientras el 2003 era el 66% y el 2000 era el 69% de los patrones (17) augurando el estudioso James Petras que para el presente año mas del 90% de los trabajadores estarán pagando su atención sanitaria individual y su plan de pensiones bajo riesgo de perderlos pues los patrones capitalistas ya no quieren mantenerlos pues les reduce su competitividad internacional (18).

Esto pese a que los capitalistas yanquis se vanaglorian de que en los últimos cuatro años han tenido una recuperación económica y sólo en el último año han tenido un crecimiento de su PBI en 3.4% y buena parte de los capitalistas financieros inversores han batido los récords de beneficios para sus accionistas (19). Contra lo que afirmaban los sepultureros del Marxismo, éste nos enseña que un “rápido crecimiento del capital productivo determina un igualmente rápido acrecentamiento de la riqueza, el lujo, las necesidades sociales, los placeres sociales. Así, aunque los esparcimientos del obrero suban, la satisfacción social que ellos brindan desciende en comparación con los crecientes goces de los capitalistas” (20).

La clase obrera tiene que entender que con la globalización imperialista solo las ganancias empresariales seguirán manteniéndose para lo cual las potencias capitalistas viene empleando la competencia entre Bloques o Pueblos Continentes y Tratados Bilaterales como el TLC auspiciado por EEUU y que gobiernos serviles como el Toledo y de otros países semicoloniales siguen a pie juntillas y en ella el salario tenderá a reducir su valor nominal inclusive.

Una firma yanqui como es la Delphi, la Nº 1 en autopartes en USA (21), paga por ejemplo a sus obreros en USA 27 dólares por hora de trabajo mas beneficios jubilatorios y de salud- que han empezado a reducirse- mientras en China esta misma empresa paga 3 dólares la hora sin ningún beneficio pensionario y sanitario, lo que en términos globales lleva a una reducción sustantiva de los salarios en los países avanzados para proteger las ganancias empresariales que crecen mas con el auxilio que le proporcionan las ganancias por los productos de sus filiales como en China donde los salarios son completamente bajos.

Al reducirse nominalmente el salario se empuja al obrero a prolongar su jornada laboral directa e indirectamente con lo cual su vida familiar tiende a reducirse y produciéndose así un nuevo crecimiento de los beneficios del capital confirmándose otro viejo precepto marxista de que “cuanto más consiga el capital alargar la jornada de trabajo mayor será la cantidad de trabajo ajeno que se apropiará” ( 22). Situación que hasta en el ámbito personal ha agudizado la proliferación del estrés en casi el 30% de los adultos norteamericanos (23).

Todo esto acontece bajo los auspicios del Estado que se revela así como un órgano de la clase capitalista. A los obreros y a los pueblos les dicen que tienen que sacrificarse en aras de la estabilidad de las empresas capitalistas o del control inflacionario mientras sus ganancias y el parasitismo de la deuda externa son crecientes (24).

Por ello la clase obrera tiene que dar el salto de las luchas sindicales a la lucha política por el Poder. La clase obrera debe prepararse para la conquista del Poder para la clase y el pueblo pese a que el gobiernismo, el reformismo y el revisionismo colocan este problema como uno como uno lejano y lo engañan constantemente con el camino electorero o de reformas presentándolos como caminos que el pueblo debe transitar.

La clase obrera es revolucionaria o no es nada en el sistema capitalista dice un viejo apotegma marxista y hacia ella debe concurrir la acción proletaria de hoy en día si queremos ser seguidores de quienes conquistaron reivindicaciones como las 8 horas en el país y en el mundo del cual gozan tirios y troyanos Esa es su misión histórica y hacia ella concurrimos todos los que servimos al pueblo de todo corazón.

Como enseña Lenin, le corresponde al proletariado ser esa fuerza que debe crear lo nuevo:

“Los hombres han sido siempre en política víctimas necias del engaño de los demás y del engaño propio, y los seguirán siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas y políticas, los intereses de una ú otra clase.

Los Partidarios de reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo y mientras que no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por la fuerza de unas u otras clases dominantes.

Y para vencer la resistencia de esas clases, sólo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos rodea, educar y organizar para la lucha a los elementos que puedan –y, por su situación social, deban- forma fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo.” (25).

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(*): Profesor. Coordinador Nacional del Movimiento Magisterial «Germán Caro Rios».

Notas.-

1. José Carlos Mariátegui en «Antecedentes y Desarrollo de la Acción Clasista» inserta en la compilación «La Organización del Proletariado» .

2. Dennis Sulmont: El Movimiento Obrero Peruano 1890-1980. Reseña Histórica.

3. Julio Portocarrero: Sindicalismo Peruano. Primera Etapa 1911-1930

4. Ernesto Yepes del Castillo: Un Siglo de Desarrollo Capitalista en el Perú. 1820-1920.

5. Demetrio Flores G.: Medio Siglo de Vida Sindical en Vitarte. 1911-1961.

6. Diario El Comercio. Edición del 11 de Abril de 1912.

7. César Lévano: La Verdadera Historia de la Jornada de las Ocho Horas en el Perú.

8. Diario El Callao, 11 de Enero de 1913

9. Jorge Basadre: Historia de la República del Perú.

10. Diario El Comercio. Edición del 13 de Enero de 1919.

11. J. Portocarrero: ob. cit.

12. J. Portocarrero: ibid.

13. J. Portocarrero: ibid.

14. Banco Mundial: Desigualdad en América Latina y el Caribe: Ruptura con la historia?. 2003.

15. Rebelión: 1º de Noviembre del 2005, citando a Clarin.

16. Phil Gasper: La Vigencia del Manifiesto Comunista.

17. Rebelión: Ibid.

18. James Petras: El Estado del Imperio. 2006.

19. Ibid.

20. Carlos Marx: Trabajo Asalariado y Capital.

21. Rebelión. Ob. cit.

22. Carlos Marx: Salario, Precio y Ganancia.

23. J. Petras: Ob. cit. Petras recoge allí las declaraciones de la economista yanqui Julie Schor que yendo mas allá en esto del estrés dice que “ los estadounidenses están literalmente, buscándose la muerte, ya que su trabajo contribuye a provocar enfermedades de corazón, hipertensión, problemas gástricos, depresión, fatiga y otras dolencias”.

24. El economista Peter Morici, de la administración del ex Presidente Clinton, queria disciplinar las exigencias sindicales de los obreros de los centros automotores culpando de su crisis a las dirigencias sindicales por no haber educado a sus afiliados y mostrarse realistas en sus pliegos reivindicatorios. En Rebelión: 1º de Noviembre del 2005.

25. V.I. Lenin: Las tres fuentes y las tres partes integrantes del Marxismo”.

http://colombia.indymedia.org/news/2006/01/36783.php

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