“Hace 120 años atrás, Manuel Caracciolo Lévano, el líder anarco sindicalista que conquistó las 8 horas laborales en el país, fue elegido alcalde de Lurín y, con él, el inicio de una nueva etapa en su vida política.
El 16 de enero de 1889 fue reconocido como alcalde de Lurín por el Concejo de Lima. Tenía 26 años. Era un joven muy instruido y activo. Había terminado con honores la escuela en Lurín y se había traslado a la capital para continuar sus estudios. Había ingresado a la Universidad de San Marcos. Pero la guerra con Chile frenó su anhelo. Defendió la patria. Se enroló a las tropas de Cáceres. Y terminado la guerra, regresó a su tierra natal para contribuir por su desarrollo.
Ganó las elecciones a la alcaldía a fines de 1888. Fue reconocido por el Concejo de Lima al mes siguiente. Pero no asumió el cargo sino hasta tres meses después. Sus enemigos y el sistema político comenzaban a asecharlo.
Nicho de Manuel en el Cementerio Presbítero Maestro
Pero lo grave viene después. Debido a las acusaciones de dos regidores del concejo de Lurín, la Municipalidad de Lima acuerda el 17 de setiembre de 1889 llevar a juicio criminal a Manuel Caracciolo y, declara acéfala el concejo de Lurín. Pero mediante resolución suprema del 7 de enero de 1890, firmado por Cáceres, se dispone que sigan cumpliendo su función en Lurín hasta que el Juez disponga lo contrario. Pero en la práctica estaba ausente de su función. El juicio continuó por muchos meses. Lo reemplazó el teniente alcalde hasta casi al final del periodo, que en esa época era de dos años.
Después de esa experiencia política, que estaba cargado de mucha amargura e indignación, decide irse de Lurín. Nunca mas buscó y tuvo un cargo en el estado. Lo acogen los sindicalistas capitalinos. Conoció y entendió la realidad económica y social en que vivía el país. Se adhiere a la predica anarquista del momento. Y comenzó su larga vida en favor de las clases mas necesitadas, siendo su hazaña mas recordada el triunfo de las ocho horas laborales en 1919.
Al parecer, nunca mas regresó a Lurín. Allí muy pocos lo recuerdan. Actualmente descansa sus restos en el Cementerio Presbítero Maestro, donde le llevamos flores cuando estamos de visita.
Fue uno de los mejores hijos del sur de Lima. Un hombre íntegro y honesto, que vivió lejos de los aplausos, el acomodo, el servilismo y el arribismo, tan común en estos días ¿Cuánto habremos aprendido de él?, ¿Cuan cercanos estamos de sus principios?, ¿Cuánto hemos dejado de ser como don Manuel en estos días tan difíciles?”
* Artículo publicado por Jhonny Chipana Rivas, el viernes 16 de enero del 2009, en el Blog www.limasur-peru.blogspot.com/